Carlos Galguera Roiz
Una invasión de minúsculas, llamémoslas de momento partículas, nos está “visitando”; extraña, fulminante propagación, efímera existencia, mecanismo de réplicas…, ha penetrado inopinadamente en el mundo, generando graves, sobre todo numerosos, impactos en la salud humana. La realidad es que esta pandemia declarada, ha puesto patas arriba los Sistemas Sanitarios, Económicos, Sociales, Políticos…largamente establecidos en puntos cruciales y numerosos de la Tierra.
España es, de momento, uno de los países más castigados por esta plaga bíblica; es aquí donde me encuentro confinado desde hace 22 días, sufriendo y obedeciendo normas dictadas desde el gobierno, para controlar esta Pandemia, que ha alterado en profundidad el “modus vivendi” de la sociedad española en pleno.
Tres semanas “prisionero” y las limitaciones impuestas no parecen dar resultados; aunque las comparecencias oficiales, presuntuosas y, en general, de bajo nivel, son continuas y las cifras aparecen cada día en pantallas, perono acabo de entender su verdadera dimensión, “algo me huele a podrido en Dinamarca”, que nos diría Marcelo en Hamlet, a través del genial Shakespeare…
Tres parámetros nos muestran los responsables diariamente: infectados, muertos y recuperados. El primero refleja las dimensiones de la penetración vírica; pues bien, en España la cifra de infectados publicada cada día, es la de los dictaminados positivos ante limitadas – muy escasas – pruebas realizadas, lo cual tiene, muy probablemente, poco que ver con la realidad, es decir con la penetración real del virus entre la ciudadanía.
Claro, para saber este dato crucial, harían falta equipos de detección, alta calidad y en cantidades acordes al tamaño de la población a examinar, ¡¡ no tenemos recursos!!, parecen argüir responsables. Niego la mayor, hoy día la Estadística, si no es usada con intenciones manipuladoras, es una Ciencia prácticamente exacta.
Vamos a ver, hoy se puede saber, altísimo grado de aproximación, cuantos y cuales canales de TV son vistos por tantas y cuantas personas, sin necesidad de acudir a contar casa por casa, todo a base de usar herramientas estadísticas, sondeos científicamente pensados y planeados, con muestras de alcance suficiente, según la aproximación deseada…
Por el mismo sistema, adecuadamente traducido, podríamos saber cuál es el impacto actual del Coronavirus entre la ciudadanía española, incluso desglosado por Comunidades…, es decir tendríamos un punto de partida sólido para instrumentar el combate eficaz contra esta plaga terrible…
Otro punto, las cifras medibles, aparentemente contundentes, serían las muertes derivadas de esta pandemia, pero haciendo números saqué lo siguiente; los españoles muertos, por cualquier causa, antes del brote COVID-19, eran, como promedio, más o menos, 1160/cada día. Es de suponer que esta tasa se tendría que mantener en la actualidad, pequeñas oscilaciones, no parece haber razones para alteraciones notables…
Pero los muertos oficiales por Coronavirus, nos dicen que rondan 900/día, cuando antes la gripe común causaba del orden de 17 muertos/día. La duda que no he podido resolver es si entre los fallecidos actuales se distinguen con precisión, entre las víctimas directas del Coronavirus y las que simplemente tenían el virus, pero este no causó el deceso…
Bueno, todo este panorama está ocurriendo en España, 47 millones de habitantes, que navega con un Gobierno de socialistas en coalición con comunistas y otras alianzas como grupos separatistas…, todo en medio de confrontaciones con la oposición prácticamente insolubles…
La cúpula actual del gobierno de España, compuesta mayoritariamente por gente sin experiencia en “grandes escaladas”, ha propiciado una gestión para abordar la invasión del COVID-19 muy poco eficiente, si contemplamos opiniones y reflexiones de peso, reconocidas, incluyendo las mías personales. Como ejemplo, entre muchos otros, una serie de errores evidentes; compras sanitarias en gran escala, que resultaron timos, o descaradamente robos, como acaba de acontecer en Turquía…
Las largas comparecencias del presidente, horas de máxima audiencia y preguntas descaradamente “acondicionadas”, eludiendo todas las críticas; explicaciones, alabanzas y humildad entrelazadas, repetidas “ad nauseam”, discursos leídos desde pantalla, con escenas medio lacrimógenas para la ciudadanía, y estamentos que cumplen sus ordenes, escaso contenido, en definitiva, incensarios múltiples, incluidos los gubernamentales…
Es lo que priva hoy en los medios afines al presidente, pero hay antecedentes inocultables; Pedro Sánchez tiene una larga y documentada trayectoria, de incumplimientos flagrantes, mentiras clamorosas, promesas incumplidas, reiteradas, lo cual resta credibilidad a sus intervenciones últimas, más lacrimógenas que convincentes. Pero lo logrado está ahí: la evitación, inquietante, de controles democráticos, ante el prolongado estado de alarma…
Así estamos hoy en España, el presidente injustificadamente crecido, y arropado por una asesoría científica, que nadie sabe quien la compone… y jugando a su favor el virus, que parece “retroceder”, ante unos datos, que son, o podrían ser como explicamos más arriba, engañosos o al menos incomprobables….
El verdadero trasfondo es inocultable: la reclusión virtual de una población de 47 millones de españoles, lo cual acarrea problemas de una gravedad máxima, más preocupante si además no se está abordando a cabalidad esta pandemia, pero el colofón, de unas dimensiones inimaginables es el impacto económico negativo, verdaderamente desolador, que se avizora tras esta tragedia griega…
Si ante este escenario dantesco, el actual gobierno español no arma una alianza verdaderamente trasversal y suficientemente profunda, que cale en la ciudadanía, incluyendo a todos los representantes políticos que crean en ella, estarían cometiendo un acto, esté o no tipificado en las leyes, de traición para el grueso de la ciudadanía española, indefensa ante este mortífero episodio y sus épicas consecuencias…
Finalmente quiero mostrar unas pinceladas sobre el causante de este descalabro universal, que parece no tiene un origen, ni final, claro; me refiero al Coronavirus que campea por el mundo en estos momentos. El mecanismo esencial de este minúsculo organismo, consiste en su capacidad de replicarse a sí mismo, si encuentra una célula, a la cual se adapta y de la cual capta energía para el proceso de autocopiarse, a cambio de la aniquilación de su ocasional huésped…
Pues bien este elemento puede ser de procedencia natural o incluso una manipulación humana…, no lo sé, no se sabe de momento. Dejémoslo ahí.
Solo quiero poner sobre la mesa un hecho; un abordaje a nivel planetario de una cantidad inconmensurable de objetos, sin entrar en su clasificación, absolutamente invisibles para escalas humanas, milésimas del grosor de un cabello humano, que logra la invasión en el colectivo humano de terráqueos, 7.900 millones de componentes, desbaratando estructuras e instituciones poderosísimas… ha de moverse, es una hipótesis que me parece plausible, a través de cadena o cadenas de mando; absolutamente inimaginables, me resisto a creer que esta movilización surja del azar…, pero la Cuántica me enseñó una clave para interpretar con humildad hechos inabordables: podría ser…
En cualquier caso los resultados de la marabunta están ahí, y los avances compensatorios del ser humano se han quedado aquí…
Bueno, valga esta cadena de reflexiones y apuntes, por si pueden hacer pensar algo a alguien…; en cualquier caso mi línea es refugiarme, como estoy haciendo, buscando las probabilidades favorables y a esperar que pase, o me adapte a nuevas realidades y acepte otros “acompañantes”…; aunque parezcan insignificantes, podríamos encontrar un entente… ¿o no?