MÉRIDA.— En sesión del pleno del Congreso de Yucatán, el diputado Wilmer Manuel Monforte presentó una iniciativa para reconocer las festividades en honor a los Santos Reyes de la Feria Anual de Tizimín como Patrimonio Cultural Intangible del Estado, y así proteger una de las fiestas tradicionales más emblemáticas y tradicionales de la entidad.
En su intervención en la máxima tribuna del estado, Monforte Marfil señaló que las fiestas tradicionales de Tizimín cuentan con raíces antiguas y permiten que saberes, valores, creencias y costumbres se transmitan a través de generaciones, formando una identidad colectiva.
Las festividades en honor a los Santos Reyes es una celebración que se puede considerar al menos, en los aspectos de culto católico, con una antigüedad de más de 400 años. Aunque los elementos y tradiciones mayas son más antiguos y están presentes con símbolos y acciones que nutren y dan vida a estas fiestas.
“Se tiene referencia que desde 1588 su convento se encuentra dedicado a los tres reyes magos, posiblemente para generar una unión entre culturas, buscando identificar las creencias de los antiguos mayas con la nueva religión católica; así desde el período colonial se instituyeron como patronos de la localidad a los Tres Santos Reyes: Gaspar, Melchor y Baltazar”, recordó.
Erik Ojeda, director del Instituto de Investigaciones Legislativas de Yucatán, destacó que, según la tradición oral de Tizimín, desde el periodo prehispánico, la región era un centro de peregrinaciones vinculadas al culto a deidades mayas relacionadas con elementos de la naturaleza como el agua, el viento y la tierra, y que a la llegada de los franciscanos se instituyeron como patronos de la localidad a los tres Santos Reyes.
⇒ Las festividades también están vinculadas a los ciclos agrícolas, principalmente a la cosecha de maíz, además de que esta fiesta es un recordatorio vivo de la mezcla de culturas y un referente de las tradiciones.
Por la riqueza cultural que refleja, la ciudad se ha convertido en el destino de una gran cantidad de visitantes, pues recibe a miles de peregrinos y personas de todo el estado y del sureste del país, también llegan de otros estados de la República e inclusive de otros países, lo que refleja la magnitud de la festividad.
“Esta fiesta que, si bien significa una derrama turística y por ende económica para la población, es principalmente una muestra de nuestra cultura y tradiciones que pone a la ciudad de Tizimín en los ojos del mundo, por lo que debe ser promovida y conservada”, apuntó Monforte Marfil.
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AM.MX/dsc