Adrián García Aguirre / Palenque, Chiapas
* Su objetivo es “mejorar la calidad de vida”.
* “Cuidar condiciones ambientales y sustentabilidad”.
* La fauna, entre las primeras víctimas del proyecto.
* Hay casi un centenar de especies prioritarias.
* Mil 500 kilómetros de vía recorrerán la zona.
* Seria devastación y fragmentación regionales.
Investigadores, expertos y ambientalistas, coinciden en señalar que el megaproyecto del mal llamado Tren Maya impulsado por Andrés Manuel López Obrador, pone en riesgo al medio ambiente y por lo tanto a la fauna de la región en donde se pretende establecer.
Quienes han estudiado el plan que se desarrolla en Yucatán y otros cuatro estados del sureste se han preguntado sobre el entorno ambiental y que animales serán afectados por el ferrocarril y cuál será el impacto de esta obra en ellos.
¿Cómo afecta el Tren Maya al medio ambiente? De acuerdo con el gobierno federal, el objetivo de este proyecto es “mejorar la calidad de vida -y es aquí cuando surgen preguntas de las personas-, cuidar el ambiente y detonar el desarrollo sustentable”.
Esto no será -y no es- así, de acuerdo con investigadores y personas que viven en la región, quienes han identificado desde las etapas de planeación y construcción atropellos a los derechos humanos y peligros para el ecosistema y la fauna local: algunos de estos son, quizás, irreversibles.
El Tren Maya es un megaproyecto que recorrerá mil 500 kilómetros en los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, entidades localizadas en el sureste de México sobre una región biodiversa.
En ella viven al menos cien especies de animales que actualmente son catalogadas como prioritarias para la conservación por la Ley General de Vida Silvestre, de las cuales 31 están en peligro de extinción bajo la norma mexicana y tres en peligro crítico de extinción bajo los estándares internacionales.
Además, frente a la vía del Tren Maya e encuentra una cueva llamada el Volcán de los Murciélagos que le da refugio a nueve especies de murciélagos, consideradas como amenazadas de extinción y siete tienen un riesgo de extinción catalogado como menor en todo el mundo.
Estas categorías de prioridad y riesgo las define la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en México y la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).
La Semarnat trabaja para conservar cierto número de especies como estrategia complementaria para proteger a otras especies y hábitats, así como, para asegurar la permanencia, integridad ecológica y viabilidad evolutiva de la biodiversidad.
El lugar en donde habitan estos animales ha sido devastado en las últimas décadas, pues las actividades humanas han restringido el espacio que los animales pueden habitar.
Al punto de que ya solo queda un cuarto del territorio con hábitats naturales en comparación con hace más de dos décadas: pequeños manchones a lo largo de la península.
“Este es un proyecto para reactivar la economía en el sureste del país”, dijo López Obrador el 16 de diciembre de 2018 durante la Ceremonia de Pueblos Originarios para la construcción del Tren Maya en la que le ofreció a la Madre Tierra aguardiente, pollo y tortillas para pedirle la aprobación del proyecto.
“Si lo analizamos bien, la construcción de estos mil 500 kilómetros va a generar muchísimos empleos, va a haber mucho trabajo”, comentó en el evento.
Un ejemplo de las consecuencias de proyectos como este es el caso de Okinawa en Japón. Kaichu-Doro es una carretera de 4.75 kilómetros que conecta la isla de Katsuren con la isla de Henza.
De acuerdo con un estudio publicado en 2019, en siete de las diez áreas estudiadas a lo largo de la carretera hay un daño ambiental que afecta el ecosistema marino de las islas.
Además del deterioro ambiental, el proyecto modificó las condiciones climáticas del agua y, en las corrientes marinas, la calidad del agua bajó drásticamente haciendo difícil la supervivencia de las especies.
Lo que fue hecho para mejorar la comunicación vial entre las islas, terminó dañando a la vida marina y al medio ambiente.
¿Cómo afectará el Tren Maya a la región?, es la pregunta que debiera hacerse, y la respuesta se ha sintetizado así: fragmentará, contaminará y desequilibrará todavía más los ecosistemas de la región.
Estos cambios en el medio ambiente impactarán negativamente en la fauna de la región de manera tal, que ni el crecimiento económico ni la generación de empleos podrán contrarrestar, si no se toman las medidas necesarias para evitarlo, precisan los estudiosos del tema, preocupados por el futuro que ya está encima.