Por José Antonio Chávez
En la recta final para la designación de las candidaturas Presidenciales de Morena y aliados, y de los opositores del PRI, PAN y PRD, se perfilan dos mujeres para encabezar la disputa por suceder al Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Ellas son Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum, suman las preferencias para ser nominadas por sus partidos.
Sin embargo, a pesar que Sheinbaum es la consentida de Palacio Nacional, el Presidente no decidido quien ocupará la candidatura.
Ayer Mario Delgado, como líder del partido Morena, adelantó las fechas del 27 de agosto para cerrar precampañas de las cuatro corcholatas, Sheinbaum, Adán López, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal y los aliados, del PT, Gerardo Fernández Noroña y del Verde Manuel Velazco.
Con ello, se dará paso al procedimiento que será a partir del 28 de agosto al tres de septiembre que se levantará las encuesta. Con ello se marca que no podrán realizar eventos ni promocionarse. Al seis de septiembre se procesará para sacar los resultados y dar a conocer a quien le favorecieron.
Mientras que en el Frente Nacional por México, del PRI, de Alejandro Moreno “Alito”, PAN de Marko Cortés y PRD de Jesús Zambrano, con la declinación de Santiago Creel, solo quedan en la pelea Xóchitl Gálvez y Beatriz Paredes.
Santiago Creel se inclinó por su compañera de partido, y en la recta final pareciera que será, ella, Xóchitl Gálvez la que encabece la candidatura Presidencial.
En el Frente Amplio por México, están en la etapa definitoria, y tal vez el próximo lunes se tenga una sorpresa de declinación, pues para nadie es secreto que la aceptación de marca se inclina a Xóchitl Gálvez. Beatriz Paredes podría jugar, junto con Creel un papel más que significante, compartir la coordinación de campaña sur, centro y norte.
EDUARDO RAMIREZ, DEL NO DE NUÑO, AL SI DE AMLO
El director del IMSS, Zoé Robledo decidió hacerse a un lado del juego de la candidatura a gobernar Chiapas. Ese movimiento dejó más que abierta la puerta para que se corone el líder del Senado, Eduardo Ramírez para buscar retener esa entidad que gobierna Rutilio Escandón y que le pesan un abultado expediente de negativos por la mala administración.
Eduardo Ramírez ha sido el candidato natural desde 2016, pero por la influencia de Aurelio Nuño se le frenó pudiera encabezar la candidatura por el entonces partido que militaba PRI.
Nuño le dijo a Eduardo Ramírez que (por sus Huev…), no iba a ser candidato, y que hiciera como quisiera. Obviamente era el brazo del entonces Presidente Peña Nieto y no había, en consecuencia nada que hacer. Los resultados desastrosos del 2018 para el PRI, fue precisamente por esa actitud de imposición de amigos de los peñistas. Perdieron la Presidencia y desbarrancaron el Congreso, en San Lázaro de 200 quedaron con 41 diputados y en el Senado de 57 quedaron con 13, todos entraron por beca, salvo el Yucateco, Jorge Carlos Ramírez Marín que ganó por votos su mayoría.
En ese inter del 2016 al 2017, Eduardo sostuvo encuentros con López Obrador que lo invitó a la nueva transformación que proyectaba con su movimiento de la 4T.
Decidió pasarse a Morena y con el apoyo del partido Verde de Manuel Velasco, ganó de calle la fórmula del Senado. Entró como mantequilla. Incluso logró más votos que el propio candidato a gobernador, Rutilio Escandón, una imposición que le generó posterior arrepentimiento al propio Presidente. Hubieras sido mejor candidato y mejor gobernador, le dijo a Eduardo en corto en una reunión de legisladores.
Hoy, la salida que le dio Zoé Robledo de renunciar sus aspiraciones, sitúa a Eduardo Ramírez como el favorito para la candidatura de su estado natal. El 2024 ya está en puerta.