Por José Antonio Chávez
El fin de semana, el líder nacional de Morena, Mario Delgado salió a la defensa del Presidente Andrés Manuel López Obrador para denunciar a los opositores de una campaña con costos de un millón de dólares para potencializar la frase de narcopresidente.
Delgado soltó que ellos, los del PRI, PAN, PRD y conservadores en general, son los causantes que esa frase se potencializara en las redes sociales y que no son el sentir de la gente o sociedad como han querido hacer creer. Vaya que son campañas de guerra sucia.
Desde luego que Mario Delgado tiene la encomienda de buscar disolver esa campaña, con otra campaña, la de las conferencias de prensa con la consigna de convencer a los mexicanos que es mentira y que es una campaña electoral para desprestigiar al Presidente.
Desde luego que el Presidente López Obrador está muy enojado y muy molesto porque no han podido contener esa frase que se ha hecho viral en las redes, es una frase que le pega en su imagen por el reportaje del uso de recursos de la delincuencia organizada o narcotráfico en su campaña del 2006 cuando compitió contra el panista Felipe Calderón.
El enojo también se extendió porque ni diputados ni senadores han salido a la defensa y que su reacción ha sido tardía.
Ignacio Mier, mandamás de los diputados en San Lázaro salió a destiempo y en el Senado que preside la morenista, Ana Lilia Rivera el entonces líder, Eduardo Ramírez estaba en el intercambio de estafeta para la llegada de Ricardo Monreal.
Naturalmente que en el equipo de Morena hay desesperación porque los negativos han mermado su aceptación en las cifras de las encuestas.
Los opositores del PRI, PAN y PRD acusaron que el Presidente intenta ocultar, con las 18 iniciativas de reforma la inseguridad que se vive en el país. Que quiere centrar el debate nacional en esas iniciativas que son totalmente de corte electoral.
En días pasados le comenté que los líderes del PRI, Alejandro Moreno y del PAN, Mark Cortés anunciaron que apoyarán la reforma de Pensiones, que aportarán sus votos para que se logre la mayoría calificada de los dos tercios, pues a Morena y aliados les faltas esos votos.
Sin embargo, adelantaron también que no dejarán de tocar el tema de la inseguridad que ya coloca este sexenio como el más violento de la historia con más de 175 mil personas asesinadas.
En consecuencia, el Presidente no ha podido enderezar y marcar la agenda, como lo venía ejerciendo en su sexenio, hoy le pesa ese reportaje del periodista estadounidense, Tim Golden que desnudó el uso de dineros del narcotráfico en su campaña del 2006.
Por eso la tarea de Mario Delgado fue salir a buscar convencer que es una guerra sucia de los opositores que quieren desprestigiar al Presidente para evitar que siga el proyecto de la cuarta transformación en el 2024.
CESAR YAÑEZ PARA QUE LEVANTE SHEINBAUM
Se acuerda de César Yáñez, el eterno compañero y jefe de prensa de López Obrador, que caminó con él por 18 años hasta llegar a la Presidencia de México, ayer se incorporó al equipo de Claudia Sheinbaum. La suntuosa boda que tuvo, César al principio de esta administración, lo dejó fuera de Palacio, AMLO así lo decidió.
Se desempeñaba como subsecretario en Gobernación y basta recordar que el propio, entonces titular de esa secretaria, Adán Augusto le puso el pie y con su equipo lo maltrataron al grado que dejó de ayudarles en la precampaña. Les renunció y la queja llegó al Presidente que no toleró que lo hayan maltratado, la factura se la cobró a Don Adán cuando se ventiló su cercana relación con la diputada Chávez que incluso se registró el uso de los aviones oficiales para viajes con la familia de la legisladora.
Basta recordar que acusaron a la diputada Andrea Chávez y Arturo Avila, coordinador de la campaña de Adán, de haber secuestrado al entonces secretario de gobernación para definir las tareas y estrategias en lo electoral. Fueron ellos, los que despreciaron a César Yáñez y prácticamente lo echaron.
Ahora César, sin duda su experiencia lo situará como el mandamás de la estrategia de Comunicación, pues la preocupación en Palacio Nacional es que Sheinbaum no levanta, o como dijera el mismo Presidente cuando se refería a Calderón en plena campaña electoral en el 2006, no levanta ni con levadura de gansito.