CIUDAD DE MÉXICO.- Con la abstención de Ricardo Monreal, el Senado de la República aprobó en lo general y particular la iniciativa para que la Guardia Nacional (GN) se incorpore a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la cual fue propuesta por el Ejecutivo federal.
Esto pese a que las bancadas de oposición aseguraron que se trata militarizar el país y se ha abusado de la política de seguridad nacional.
En la votación general, 71 senadores votaron a favor, 51 en contra y hubo una abstención, que fue la del senador Ricardo Monreal, líder de los morenistas en la Cámara alta.
En cuanto a la votación particular, los artículos reservados fueron votados con 69 sufragios a favor, 50 en contra y dos abstenciones.
Citalli Hernández, senadora de Morena, defendió la política de seguridad nacional del gobierno federal y pidió que se coordinen esfuerzos para pacificar el país. Agregó que a los elementos de la GN conservarán su antigüedad y derechos laborales en caso de que se incorporen a la Sedena, “sabemos que la ciudadanía merece vivir en paz”, dijo.
En su intervención, el senador Emilio Álvarez Icaza declaró que la GN sólo ha participado en el 2 por ciento de las detenciones a nivel nacional, cuando tiene el 20 por ciento del presupuesto en materia de seguridad pública. Declaró que el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) será el de más fallecidos y desaparecidos.
Legisladores de Morena, el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) argumentaron que las fuerzas armadas cuentan con el 80 por ciento de la aprobación de la ciudadanía, son leales y “honestos”. La discusión de las bancadas en el Pleno estuvo dirigida por Alejandro Armenta, nuevo presidente de la también denominada Cámara Alta.
urante la discusión, el senador Gabriel García Hernández, de Morena, afirmó que la Cámara de Senadores debe velar por lo que es justo y necesario. “Hoy vemos que las Fuerzas Armadas gozan de mayor confianza y han participado en diversas acciones que permiten vislumbrar una organización transformada”.
La senadora del PAN, Indira Rosales San Román, dijo que no se va “perpetuar un modelo de seguridad que es un fracaso”; además, mencionó que si el objetivo es lograr la paz en el país se tienen que fortalecer y profesionalizar los cuerpos de seguridad pública civiles, apostarle a la prevención, la procuración y formar nuevas policías, pero no con este tipo de reformas que son inconstitucionales.
El senador Jorge Carlos Ramírez Marín, del PRI, aseguró que no debe pasarse la Guardia Nacional al Ejército, porque no hay argumentos sólidos que lo justifiquen, y los que existen, son meramente políticos. También precisó que, para que no haya más muertes ni desaparecidos, debe fortalecerse a las fuerzas civiles en las entidades.
Luis David Ortíz Salinas, senador de Movimiento Ciudadano, dijo que el modelo de militarización de la seguridad pública del Presidente no ha logrado disminuir la inseguridad en el país, porque no entienden los roles y tareas que realizan policías y militares, por lo que se requiere una discusión profunda para cambiar dicho enfoque.
El senador Israel Zamora Guzmán, del PVEM, señaló que los Grupos Parlamentarios de oposición, sin ningún fundamento, establecen que con esta reforma se pierde el carácter civil de la Guardia Nacional; sin embargo, apuntó, es algo que jamás ocurre “y cualquier persona puede comprobar en el documento que no hay un solo artículo donde se pierda el estado civil de la misma”.
La senadora del PT, Cora Cecilia Pinedo Alonso, aseveró que el país carece de una institución policial con visión ciudadana, presencia y alcance nacional, y sobre todo con credibilidad, por eso es de suma relevancia brindar, con urgencia, un marco jurídico claro para la Guardia Nacional, como el elemento más fuerte para combatir la seguridad y la delincuencia.
Del PRD, Antonio García Conejo dijo que la reforma es inconstitucional e incongruente, con el modelo policial planteado en el Plan Nacional de Desarrollo, que presentó la presente administración.
Por su parte, el senador Gustavo Madero Muñoz, del Grupo Plural, afirmó que más que cambiar de opinión, el Ejecutivo federal cambia de principios, ya que el rumbo por el que está llevando a México, es el de la creciente militarización y criminalización.
Luego de la aprobación en lo general, la Asamblea dio paso a las reservas que presentaron senadores de diferentes Grupos Parlamentarios para modificar diversos artículos del proyecto.
Estas propuestas no fueron admitidas por la Asamblea, por lo que los artículos reservados fueron aprobados en los términos del dictamen, con 69 votos a favor, 50 en contra y dos abstenciones.
De esta manera, el dictamen, que reforma diversas disposiciones de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal; de la Ley de la Guardia Nacional; de la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos; y de la Ley de Ascensos y Recompensas del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, fue remitido al Ejecutivo federal para sus efectos constitucionales.
El pasado viernes 2 de septiembre, la iniciativa de la Guardia Nacional fue aprobada en la Cámara de Diputados, con 451 votos a favor, 23 en contra y tan sólo una abstención. De ahí que la iniciativa pasó a la denominada Cámara Alta, donde fue aprobada por las comisiones unidas de Justicia y Estudios Legislativos Segunda.
En la conferencia matutina del pasado 6 de septiembre, el presidente López Obrador dijo que sí cambió de opinión respecto a que el Ejército permanezca más tiempo en las calles (hasta 2028), aparte de que la GN pase a la Sedena, debido al problema que les “heredaron” las administraciones de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
La siguiente iniciativa que enviará el presidente López Obrador al Congreso Legislativo será la de reforma electoral, donde se busca modificar al Instituto Nacional Electoral (INE) y que pase a llamarse el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC).
AM.MX/fm