Francisco Gómez Maza
La economía ha sido un fracaso
Nos urge a un mundo sostenible
Aquí se ha armado un bochinche porque el producto interno está por los suelos y se dice que la economía está en recesión. Pero esta posición es sólo un modus videndi de quienes creen ser economistas y que yo califico de economicistas, sin afán de ofender a nadie en particular.
Siempre he defendido la idea de que una economía que crece y crece, al gusto de quienes detentan los grandes medios de producción, y no distribuye entre los trabajadores tanto para mejorar su nivel de vida como para activar la demanda agregada, es una economía fallida, digan lo que digan los demás. Es una economía fracasada porque está basada en la aberrante y avara concentración de la riqueza en muy poquitas manos.
El producto crece y los economistas se han dedicado a impulsar un crecimiento que no ha llevado a ningún paraíso, ni a los capitalistas ni a los trabajadores.
Los capitalistas están hinchados de dinero en sus cuentas bancarias y en los paraísos fiscales, pero no son felices, viven empobrecidos del espíritu, con miedos terribles de ser víctimas de delincuentes, de secuestradores, de ladrones, de asesinos.
Los trabajadores tampoco son felices porque, muchos envidian la riqueza del patrón, y se pasan la vida lamentándose de no haber nacido en pañales de seda. Y a muchísimos, con conciencia de clase, pues no les alcanza el salario, a pesar de los incrementos, porque lo que impera no es la ley del mercado, sino la de la necesidad y del abuso. Y los precios se elevan precarizando la vida de los que sólo detentan su fuerza de trabajo.
Y miren que he hallado una perla. Un artículo perdido por ahí, escrito por un ingeniero mecánico por la Universidad de Chile y difundido por un digital de nombre La Ventana Ciudadana, que viene como anillo al dedo. Coincide con lo que piensa este escribidor en torno al crecimiento de la economía. Y como de rajatabla, afirma que la opción para un mundo sostenible es el “crecimiento cero”. Cómo la ven: ¡crecimiento cero!
Miren lo que dice: “Ya no es posible que el desarrollo de la humanidad continúe sobre la base del concepto de un “crecimiento permanente”, pues la explotación de los bienes de la Naturaleza por el hombre ha superado todos los límites imaginables. Tan grande has sido la intervención antrópica, que está cambiando aceleradamente el clima de la Tierra. Tanto la atmósfera como los mares están aumentando paulatinamente su temperatura y los cambios que ha sufrido la biósfera ya son irreversibles. Hemos sobrepasado largamente los “límites del crecimiento.”
Y cita: El economista y pacifista Kenneth E. Boulding quien, evidentemente, no comulga con el neo-liberalismo, sentenció: “Quien piense que siempre es posible el crecimiento exponencial, en un mundo finito, o está loco o es economista”. Otro pensador, Edgar Morin, padre del pensamiento complejo, de modo similar, postula: “debemos rechazar el concepto subdesarrollado del desarrollo que convierte el crecimiento tecno-industrial en la panacea de todo desarrollo antropo-social, y renunciar a la idea mitológica de un progreso que se acrecienta hasta lo infinito.”
Es posible modificar las tendencias de crecimiento y establecer una estabilidad ecológica y económica de modo sostenible en lo futuro. Los problemas que sufre actualmente la humanidad tienen solución: decrecimiento con tendencia a Crecimiento = 0, como nos lo han recomendado los científicos con sólidos fundamentos. Podría diseñarse una situación de equilibrio global, que permitiera la satisfacción de las necesidades materiales básicas de cada persona en la Tierra y todas tendrían igual oportunidad de desarrollar su potencial individual.
La transición desde un modelo de crecimiento sin límites a equilibrio global es posible. Sin embargo, a pesar de todos los indicadores y señales de que avanzamos por un camino equivocado, seguimos avanzando por él, sin cambiar el rumbo ni hacer las transformaciones políticas y económicas indispensables para evitar el desastre que se avecina con rapidez.