lunes, julio 8, 2024

AMLO, el iluminado

Resultado de imagen para el cambio Lopez obradorPor Eduardo Rodríguez Mayén

El “cambio verdadero” ya se dio. Así como lo lee, lamentablemente no fue AMLO el autor de ese increíble suceso. ¿Se acuerdan cuando Fox derrocó al “tirano PRI” por allá del año 2000? Fue precisamente aquel esperado “punto de inflexión” que nos llevaría al 1er mundo y nos volvería a todos productivos ciudadanos con empleos dignos y bien pagados, canastas básicas como arcones de navidad, calles como las de las campiñas holandesas, seguridad profesional, capacitada y bien pagada casi casi como la del MI6 inglés. Pues bueno, yo también me acuerdo de los festejos en el Ángel, los conciertos de celebración y el clima de “satisfacción” por haber matado al dinosaurio que llevaba 70 años oprimiendo al “pueblo bueno”. Todo pintaba de maravilla, y ¿luego qué pasó?

Pasó que conocimos la voracidad de la señora esposa del Presidente y la de sus hijitos que no eran precisamente beatos, conocimos la astucia de los “Amigos de Fox”, de Oceanografía y del fortalecimiento al extremo de los sindicatos petrolero y magisterial. ¿Cuál fue el saldo que le dejó este tan esperado cambio de régimen a la sociedad? ¿Qué siguió después con Calderón?, ¿Por qué carajos regresó entonces el PRI con Peña?
Casi medio país está volcado de rodillas con López Obrador el día de hoy. Échenle un vistazo a las redes sociales para deleitarse con las maromas de altísimo grado de dificultad que ejecutan sus fieles incondicionales seguidores.

No vamos a ningún lado esperando que pase lo que ya le pasó a este país hace 18 años dónde vivimos un cambio del cual sólo fuimos espectadores. El cambio presente y el escenario futuro no está en manos de ningún gobernante; no está en manos de Obrador ni lo estuvo en las de Peña, Calderón o Fox. ¿Dónde carajos estamos parados cuando hay que estar activos? ¿Cuando entenderemos que de nada sirve un capitán muy chingón (cosa que no aplica hoy) si la tripulación del barco se la pasa mascando chicle en lugar de izar velas, prender motores, levantar ancla y navegar? La pregunta de los 64 millones: ¿somos ingenuos, torpes o mediocres? ¿Qué diablos hacen 30 millones de personas tiradas en el suelo besando los pies del “iluminado” en lugar de levantarse, sacudirse la tierra y ayudarle a sacar este país adelante? Divide y vencerás decía Maquiavelo, y así estamos, pero ¿a quién vencemos?
Nos vencemos a nosotros mismos, unos contra otros, mexicanos “fifís” contra “chairos”, “prianistas” contra “amlovers”, y “la victoria sabe chingona” me dijeron hace poco en un restaurante un grupo de morenistas. Ese es el fin. Así estamos, así estuvimos y así estaremos. No me preocupa (tanto) López Obrador, ni después Monreal o Batres, ni siquiera Taibo II, debería inquietarnos lo corto de miras que significa esperar la gloria y la redención en manos de un gobernante que apenas está dando asomos de lo insípida que será su gestión. Llevamos más de un siglo esperando al redentor y mientras, esperemos otro siglo más, pero vayamos a comprar una silla cómoda para sentarnos a gusto para ver el show, total, acostumbrados estamos.

Artículos relacionados