CHETUMAL, Q.R.- Sin importar lo mucho que cuesten, la presidenta municipal Yensunni Martínez Hernández se resiste a deshacerse de los aviadores heredados de Otoniel Segovia Martínez, pues es más su interés por proteger el acuerdo que sostienen, que el de cumplir con la encomienda de velar por los othonenses.
De acuerdo con Sol Quintana Roo, personal que cobra millonadas sin mover un dedo, en áreas que no son clave para el beneficio del municipio, son el sello que Segovia Martínez dejó en su catastrófica administración y que ahora pesan sobre la nómina de la gestión actual, que apenas puede cubrirse, pues absorbe la mitad del presupuesto del Ayuntamiento en el Ejercicio Fiscal 2021.
De aquí que parezca inverosímil que una sola persona cobre más de un millón de pesos por únicamente aplicar servicios de fumigación en determinadas épocas del año… y a medias.
Es el caso de Gaspar Felipe Trejo Santos, quien presuntamente labora en la Dirección de Salud, como fumigador, cargo por el que recibe una remuneración mensual de 112 mil 355 pesos.
Esta persona, quien labora en el Ayuntamiento desde 2008, recibe todos los días un pago de 3 mil 745 pesos, sin importar si es época de mosquitos o no. Y lo peor del caso es que todos esos recursos no se ven reflejados en la erradicación de insectos.
Basta recordar la plaga de mosquitos bobos que azotó a Chetumal a principios de 2021, que derivó hasta en una recomendación de la Comisión de los Derechos Humanos por representar un peligro para la salud de la población; sin embargo, ésta no fue atendida.
Mismo caso en años anteriores, pues datos de la Secretaría de Salud federal revelan que de 2015 a 2020, Quintana Roo acumuló 726 personas contagiadas de Zika, de las que 335 eran mujeres embarazadas.
Y mientras la salud de la población peligra, la presidenta municipal opta por derrochar los recursos en aviadores y refrendar así el pacto de impunidad que sostiene con Otoniel Segovia, como Sol Quintana Roo lo expuso en su edición anterior, en la que reveló cómo permite que un aviador gane hasta más que ella.
A la fecha, el Ayuntamiento de Othón P. Blanco mantiene a personajes cercanos a Segovia Martínez, como es el caso de Abraham Leonardo Martínez Sosa, quien, sin tener una licenciatura o experiencia laboral, se ostenta como “jefe de departamento”, cuya función principal es atención al cliente, la cual brindaría de manera remota, pues radica en la alcaldía Gustavo A. Madero, en la Ciudad de México.
De acuerdo con su declaración patrimonial, este “funcionario”, adscrito a la Dirección de Servicios Generales, ocupa su cargo desde enero de 2010 a la fecha, con un ingreso mensual neto de 789 mil 396 pesos, es decir que, al año, recibe un total de ¡nueve millones 472 mil 752 pesos de los othonenses por hacer absolutamente nada!
Desde luego que no es un hecho aislado, pues ningún alcalde permitiría que funcionarios de menor rango percibieran sueldos más altos y la de Othón P. Blanco no es la excepción. Es gracias al cobro de un moche a estas personas que la alcaldesa puede hacerse de más dinero para costear la vida de lujo que a ella y a su pareja, David Hernández Solís, les gusta mantener, con ropa de marca y una camioneta de lujo.
Martínez Hernández completa, además, su quincena con los diezmos de hasta 20 por ciento que recibe a cambio de la entrega de contratos de obra pública, entre ellos, los 11 que Segovia Martínez le heredó para evitar ir a prisión.
AM.MX/fm