Los trazos de Cobi
Tres Años de Coronavirus
Parece que fue ayer, 27 de febrero de 2020, cuando se anunció el primer caso de contagio en nuestro país. No teníamos entonces ni la más remota idea de cómo cambiaría nuestra realidad, nuestra vida.
La CDMX, el cuerpo social más robusto y complejo de Latinoamérica quedó casi paralizado por la declaración de emergencia sanitaria que obligó a la suspensión de las actividades no esenciales.
La cadena de contagio del virus aumentó a niveles alarmantes a pesar del aislamiento social, de tal forma que a principios de 2021 las filas por conseguir medicamentos y/o oxígeno para los enfermos, la imposibilidad ingresar pacientes en los hospitales, y la dificultad de recuperar el cadáver de un ser querido a través de un servicio funerario capacitado, eran muestras de lo mal preparada que la Capital de la República estaba para este tipo de emergencias.
Llegaron las vacunas
Poco a poco, a medida que avanzó la vacunación de millones de personas, se inició la lenta recuperación de las actividades, económicas y sociales. Para 2023 aún quedan huecos en los mercados de mano de obra, tecnología y productos alimenticios que la pandemia afectó gravemente.
Hoy, 27 de febrero de 2023, quedan espacios vacíos en las familias que perdieron a seres queridos, 332 mil 859 fallecidos, según cifras oficiales, que posicionaron a la enfermedad como la cuarta causa de muerte (según el INEGI). Además quedan personas afectadas, sobrevivientes del covid con secuelas crónicas.
Para estas personas, la pesadilla no termina, y falta mucho por construir e implementar políticas públicas como un mejor sistema de salud que permitan reintegrar parte de lo perdido (salud, bienestar, confianza) a los sobrevivientes de la pandemia.
Lo que hoy sabemos
La revista especializada “the Lancet”, publicó en días pasados un estudio sobre la protección (inmunidad) que obtiene una persona que se ha infectado de las variantes de covid y la inmunidad que ofrecen las vacunas. El análisis indica que la inmunidad combinada o “híbrida” otorga hasta 40 semanas de inmunidad.
Estos datos son muy importantes pues significan “una luz al final del túnel” (como diría mi Abuela Cuca) se acerca la inmunidad “de rebaño”, porque durante una cantidad de tiempo significativa, no te infectas ni eres “foco de infección”, aunque claro existen grupos vulnerables como los adultos mayores, las personas que sufren de diabetes, hipertensión o alguna otra enfermedad crónica y degenerativa.
La creciente inmunidad, permitiría organizar mejor aspectos como las concentraciones humanas en centros de trabajo, centros de estudio, espectáculos, transporte público.
https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(22)02465-5/fulltext
Pero la lección más importante es: las pandemias causadas por virus pueden llegar en cualquier momento y la educación es la más efectiva forma de prevención.
Y un elemento principal en esta nueva etapa de la historia de la CDMX es el uso como hábito del tapabocas, no como obligación, sino como instrumento de uso cotidiano para evitar o mitigar los contagios.
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ALCALDES Y GOBERNADORES: Segunda fuerza política
