Salvador Flores Llamas
“La presidencia de Trump, por la que peleamos y ganamos, terminó”, dijo Steva Bannon, al ser despedido de la Casa Blanca como jefe de estrategia, pues el presidente fue presionado por varios funcionarios
El “genio” ultraderechista, racista, discriminador, antiinmigrante, que propuso al millonario fracasado Trump hacerlo presidente de EU, cayó en desgracia por criticar los bandazos de su jefe, quien apoyó las protestas en Charlottesville de la supremacía blanca, neonazis y kukluxklan contra la mayoría de estadounidenses, después las desaprobó y luego salió con que ambos bandos son culpables.
Fue la gota que derramó el vaso, pues Bannon ya tenía pleitos con importantes colaboradores de Trump, como el yerno Jared Kushner, y el jefe del gabinete, Gral. John Kelly, quien finalmente le sugirió que renunciar; Bannon se opuso y Trump tuvo que correrlo.
Tras de que la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders anunció su salida, Bannon se difundió una entrevista con “The Weekly Standard” en la dijo que la presidencia Trump había terminado, y a la Agencia Bloomberg que él seguirá promoviendo la agenda utraderechista.
Él sugerió a Donald unas de las medidas más impopulares, como el veto a migrantes y la salida del Acuerdo Climático de París.
Desagradaba a Trump que su jefe de estrategia, quien logró lo imposible y lo colocó en el Despacho Oval, adaptó el populismo trumpista a la ideología de sectores de la ultraderecha y de los obreros desencantados con la recuperación económica, fuera siempre en foco mediático y le robara protagonismo.
Precipitó su caída afirmar que Trump no convertiría en hechos su “retórica incendiaria” sobre Corea del Norte, y destacados senadores republicanos estimaron que tampoco cumpliría su amenaza de enviar el Ejército de EU a Venezuela para deponer a Maduro.
Empero, el legado de Bannon no se irá de la Casa Blanca, su visión del mundo y políticas, se quedan, pues son la base que permitió a Trump ganar la Presidencia.
Esta renuncia se suma a las numerosas que ha sufrido el gabinete: han salido 5 jefes de Comunicación (en una semana se fueron 2).
La más sonada fue la de Michael Flynn, como Consejero de Seguridad Nacional. Robert Harward, elegido para suplirlo, rechazó el cargo.
Andrew Puzder rechazó la secretaría de trabajo, antes que el senado lo ratificara. Para suplirlo Trump nombró al abogado cubano-estadounidense Alexander Acosta (único hispano del gabinete) ex fiscal general de Miami.
El líder de Uber despreció un cargo, tras recibir fuertes críticas por anunciar que seguiría como parte del consejo asesor pese a las medidas migratorias.
El día que Trump protestó como presidente le dimitieron el secretario de estado adjunto de Seguridad Diplomática, Gregory Starr, y la directora de Operaciones de Edificios de Ultramar, Lydia Muniz.
Ya instalado en la Casa Blanca Trump abdicaron 4 diplomáticos: Patrick F. Kennedy, subsecretario de Administración del Departamento de Estado; las secretarias adjuntas de Estado de asuntos consulares, Michele Bond, y de administración, Joyce Anne Barr, y el director de la oficina de misiones extranjeras, Gentry Smith.
También dejó el cargo Victoria Nuland, secretaria asistente de Asuntos Europeos y de Eurasia.
A fines de enero Donald despidió a la secretaria de Justicia Sally Yates por negarse a defender el veto a refugiados, la reemplazó Dana Boente, fiscal por el distrito este de Virginia. También destituyó al jefe interino de Migración y Aduanas, Daniel Ragsdale.
Tras el primer mes de gobierno Philip Bilden, nominado secretario de Marina, rechazó el cargo para no separarse de sus intereses empresariales, según el secretario de Defensa, Jim Mattis.
Hace dos semanas Donald disolvió los dos consejos empresariales que lo asesoraban, porque se retiraron varios de sus miembros.
El 12 de enero nombró asesor de ciberseguridad a Rudolph Giuliani quien destacó, como alcalde de Nueva York y atendió exitosamente a los heridos y deudos de los muertos en el derrumbe de las Torres Gemelas, mas no aceptó por el autoritarismo de Trump, quien no acepta lo contradigan.
Tantas salidas del gabinete y declaraciones contradictorias hablan de inestabilidad del gobierno trumpista, día a día parece acercarse a su final, y “The New York Times” de plano sostuvo que Trump no está preparado para el cargo.
Al cumplir 210 días en el poder,“Bannon, el bárbaro”, anunció que volvía a su trinchera el portal de internet Breitbar, predilecto de supremacistas, neonazis, misóginos, xenófobos y antisemitas, y anunció que dará la guerra a los opositores de Trump en el Congreso, los medios informativos y las corporaciones que desvirtúan la lucha de la ultraderecha gringa, llamada también “derecha alternativa”.
Lozoya se sale por la tangente
Acusado de que recibió 10 millones de dólares de sobornos en 2012, como director de actividades internacionales de la campaña presidencial de Peña Nieto, Emilio Lozoya Austin, exdirector de Pemex, dijo con que es falso eso, denunciado ante tribunales brasileños por tres ex funcionarios de la firma Odebrecht, que provocó que expresidentes de Brasil y Perú estén presos;
Lozoya amagó con demandar penalmente a quienes publiquen información tal, como la revista “Proceso”, para amedrentar a los medios, contra el derecho a la libre información; a la vez que “apoyó” a varias publicaciones para insertar en sus páginas su defensa, plagada de mentiras a modo.
No en balde tiene de abogado al experto penalista Javier Coello Trejo, quien se entrenó muy bien como subprocurador de la PGR en tiempos de Salinas de Gortari y como procurador estatal en Chiapas.
La PGR apenas abrió un expediente del caso, pues habilidosamente Coello Trejo le solicitó admitir a declarar a su cliente, una maniobra para que dijera lo que quisiera sin ser interrogado por no estar imputado ni figurar como testigo.
Es un caso más en la cloaca de corrupción del sexenio de Peña Nieto, que crecerá en los meses siguientes y puede pegarle muy duro al PRI en la campaña presidencial de 2018
La oposición insistió en que México ya no debe ser un triste referente internacional de la impunidad. Es increíble que otra vez una autoridad extranjera nos entere de la corrupción que se comete en el país, pues nuestro gobierno no investiga la corrupción en México”.
Según Transparencia Internacional, México cayó 28 lugares entre 2015 y 2016 en la percepción de la corrupción y ocupa el último entre los países miembros de la OCDE.
@chavafloresll