CHETUMAL, Q.R.- Las autoridades del Ayuntamiento de Othón P. Blanco, literalmente, se burlan en la cara de las víctimas de violencia. No les importa el bienestar de las infancias, no les importa que en el último año las agresiones intrafamiliares incrementaran 30.6 por ciento; no les importa nada que no sea lucrar, aunque sea con el dolor ajeno.
De acuerdo con Sol Quintana Roo, en sus manos tuvieron la oportunidad de incentivar a niños, como los hermanitos de Calderitas —quienes eran violentados sexualmente por su madre—, a buscar ayuda para denunciar desde el primer momento… pero, en vez de eso, prefirieron la simulación.
Por esos días en que se desvelaba el macabro caso, el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) del municipio, institución encargada de velar por la protección de la niñez, entonces dirigido por Paulina Sánchez Gómez, llevaba a cabo un infructífero programa de prevención del maltrato infantil, llamado “Me lo dijo un pajarito”, para el que tenía autorizados dos millones 577 mil pesos.
Y si bien tenía la consigna de brindar conocimiento acerca de la violencia familiar y sus tipos; así como desmitificar y fomentar la cultura de la denuncia, mediante pláticas dirigidas a niños, niñas y adolescentes en las diferentes escuelas de la ciudad y comunidades de Othón P. Blanco, “con el fin de hacerlos tomar conciencia y poner un alto a la violencia”, el organismo sólo se acercó a 20 personas: Tres mujeres, ocho niños y nueve niñas.
Esto quiere decir que el oneroso taller tuvo alcance en menos del 0.02 por ciento de los menores de edad que viven en el municipio. Sin ir tan lejos, en una escuela de la ciudad capital hay al menos 400 alumnos a quienes pudo interesarles la plática, pero, desde luego, eso a ninguna autoridad del Ayuntamiento le importó.
Cínicamente, el programa “destinaría” 128 mil 850 pesos a la “atención” de cada uno de los 20 asistentes y quizá fue que Sánchez Gómez o alguno de sus colaboradores se dieron cuenta del descaro que representaba —y que obviamente nadie les iba a creer que todo ese dinero se usaría para pláticas en escuelas— que decidieron ejercer 665 mil 634 pesos; o sea un monto de 33 mil 331.7 pesos por participante, una cantidad aún exorbitante.
Al solicitar más información respecto al proyecto, pues de primera mano no especifica si se limita a pláticas o si incluye atención psicológica o acompañamiento legal a las víctimas, la Plataforma Nacional de Transparencia arroja un mensaje que dice: “Chetumal, Quintana Roo, de 2021.
UVTAIP Presente.
En este año de 2021 y en este trimestre no se documentó este tipo de información. Gracias”.
Pero con todo lo que costó el programa, lo más lógico debió ser que se incrementaran las denuncias durante el 1 de abril y el 30 de junio pasados, tiempo en que se ejecutó o, mejor aún, que disminuyeran los casos. Pero nada de esto ocurrió; pues mientras en el primer trimestre del año (enero-marzo) el promedio fue de 2.5 denuncias diarias, durante el segundo trimestre (abril-junio) éste fue de 2.7, de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), consultadas por Sol Quintana Roo.
Mientras los altos mandos justificaban los millonarios derroches con talleres que no terminaron en nada más allá que una anécdota, empleadas encargadas de cuidar y limpiar el albergue Casa de la Esperanza laboraban sin paga.
De acuerdo con su denuncia, en el último mes de la administración de Otoniel Segovia no recibieron su sueldo por atender el sitio, donde se brinda asistencia a personas de escasos recursos, y lamentaron que el DIF y la Tesorería se pelotearan la responsabilidad.
Institución trofeo
En cada nueva administración, la presidencia honoraria del DIF queda en manos de la pareja sentimental del nuevo alcalde o alcaldesa del municipio, y la administración de Yensunni Idalia Martínez Hernández, en Othón P. Blanco, no es la excepción.
Hoy, su esposo, David Hernández Solís, de quien se desconoce si cuenta con alguna especialidad en el ramo o siquiera con estudios universitarios, ocupará ese puesto, cuya función, básicamente, es cortar listones y lucir bonito.
El flamante encargado honorario del bienestar de los niños othonenses tendrá la consigna de levantar la voz ante los manejos turbios al interior de la institución. La pregunta es si cumplirá con esa labor o aplicará las mismas prácticas que su hermana, Maricarmen
Hernández Solís, actual presidenta municipal de Felipe Carrillo Puerto, quien públicamente acusa a su antecesor, José Esquivel Vargas, de dejarle obras inconclusas y deudas sin pagar, pero que en la opacidad mantiene convenios con empresarios afines al exedil.
Para muestra está el mercado Benito Juárez, pilar de la economía de las familias de la Zona Maya, cuya rehabilitación quedó a medias, debido a la negligencia de la constructora, misma que obtuvo contratos por más de 50 millones de pesos en la pasada administración y cuya representante legal, Maira Pitol Enríquez, es presunta allegada a la nueva alcaldesa.
Y aunque se esperaría que los recursos económicos realmente se destinen a los niños y niñas víctimas de violencia, ya David Hernández Solís sentenció cómo será su gestión. Usando el lema del presidente López Obrador, lanzó un guiño a los nuevos funcionarios: “Amor con amor se paga”.
AM.MX/fm