A pesar del nombre, las personas con TDAH en realidad no tienen un déficit de atención; sino que su cerebro tiene un problema regulándola y esto se traduce en tener atención en muchos lugares a la vez. Lo cual deja sin prestar la necesaria en el lugar indicado o situación requerida, debido a un problema en algo llamado sistema de la “función ejecutiva”; que es como un sistema de autogestión del cerebro para las habilidades cognitivas.
Este sistema es el encargado de priorizar tareas, concentrarse y otras habilidades. Por esta razón, las personas con el trastorno pueden llegar a tener severos problemas al realizar tareas diarias o también para relacionarse con otras personas.
En el cerebro de las personas neurodivergentes, las funciones ejecutivas se desarrollan de diferente manera al de los neurotípicos. Aunado a ello, existe un déficit en dos neurotransmisores que ayudan a este sistema a funcionar correctamente: noradrenalina y dopamina.
Una persona con ese padecimiento explicó como ejemplo, que el cerebro de un ADHD (por sus siglas en inglés) es como si este (la función ejecutiva) fuera una empresa y el director general es el sistema ejecutivo. Entonces, si el director se encuentra en una reunión, está realizando determinadas tareas o funciones (revisando pendientes, organizando algo o cualquier actividad que sea necesaria). Por lo tanto, la secretaria del director (que es el cerebro de alguien con TDAH) indica a las distracciones o factores externos que el director (sistema ejecutivo), se encuentra ocupado haciendo otras labores. Sin embargo, en el cerebro del ADHD, la secretaria permite el paso a todos o lo niega totalmente. Esto se traduce en:
-Distracciones sin final.
-Olvidos básicos como ir al sanitario, comer, llamar a alguien porque es extremadamente importante, vestirse, llegar a tiempo a reuniones, etc.
Para las personas con TDAH que predomina el tipo inatento, la distracción es algo de todos los días y en todo momento. También puede traducirse en una persona que se escapa de la realidad, “sueña despierta” o un tanto “torpe”. La realidad es que la deficiencia de los neurotransmisores antes mencionados es la causante de estos ‘descuidos’ que pueden llegar a causar accidentes.
Las personas con TDAH llegan a tener accidentes casi el doble de veces que un cerebro neurotípico. Pero esto no significa que sea malo, pues el hecho de ser una persona dispersa genera que el cerebro sea más creativo y observe detalle que el resto de las personas no logran identificar.
Cuando alguien se concentra en “lo que debería concentrarse”, evita lo que está a su alrededor y por ello, las personas distraídas suelen notar esos detalles.
A pesar de que se le llama déficit de atención, no es un déficit, como ya se mencionó; sino un problema de regulación. Por lo tanto, es pertinente crear ciertas estrategias que ayuden a la persona que padece este trastorno; a través de terapia conductual y si es necesario, con medicamentos.
Otro dato importante del TDAH es que el cerebro no todo el tiempo se encuentra disperso, pues hay momentos en los que se entra en un estado de hiper concentración que puede durar horas. Esto tampoco es saludable porque la persona deja de hacer actividades básicas como alimentarse. No obstante, el hallarse en este estado, para los ADHD es gratificante y compensan la falta de noradrenalina en su cerebro. Además, suelen trabajar mucho más rápido que el resto de personas neurotípicas.
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