- Dejó de ejercer más de 50,000 MDP del presupuesto autorizado en Tabasco y Campeche
CIUDAD DE MÉXICO, 20 de noviembre (AlMomentoMx).— Los datos publicados por el INEGI en el Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE) pintan un panorama no agradable para diversos estados del país. En aquellos estados en los cuales el principal motor de la economía se encuentra ligado a la actividad petrolera la situación se torna aún más sombría, revisemos el detalle de dos de ellos, los estados que concentran más del 80% de las actividades de extracción y procesamiento de crudo y gas del país, a saber Campeche y Tabasco.
El citado ITAEE refleja que durante el tercer trimestre del 2019 la economía de Campeche se contrajo -2.6% a tasa anual, mientras que la economía de Tabasco lo hizo en un desolador -10.3%. Para referencia, el mismo INEGI reporta a través del Banco de Información Económica que la actividad de extracción petrolera representó en la última medición disponible, correspondiente al 2017, el 79% del PIB de Campeche y el 53% del PIB de Tabasco.
Hay que tomar en cuenta para evaluar los resultados económicos de estos estados en el 2019 que uno de los principales ejes rectores del desarrollo económico propuesto por el gobierno consistió en detonar el crecimiento de la empresa petrolera del estado y recuperar niveles de producción equiparables a aquellos que mantenía durante el 2014, del orden de 2.6 Mbd.
Adicionalmente, hay que poner en la balanza que el presupuesto de la federación planteó un incremento neto con respecto al 2018 del 22.3% al presupuesto de gasto de capital de Pemex, unos $69,000 MDP, sin considerar las múltiples inyecciones extraordinarias de recursos realizadas por la Secretaría de Hacienda durante el año que suman más de $100,000 MDP.
Por el momento no se toma en cuenta la inundación en la refinería de Dos Bocas y el impacto millonario del reciente hackeo de la paraestatal, eventos que son demasiado recientes, a pesar de su importancia, para haber generado efecto alguno en las cifras económicas.
Dados los datos anteriores y la alta correlación entre el crecimiento económico de los estados de Tabasco y Campeche con la actividad petrolera cabría suponer que el 2019 debió haber sido un año de extraordinaria bonanza para las carteras de los habitantes de los mismos. Pero, ¿por qué no ha sido éste el caso? Es que a la fecha, Pemex dejó de ejercer más de $50,000 MDP del presupuesto autorizado y adicionalmente adeuda a sus proveedores y contratistas más de $100,000 MDP.
Si se considera que alrededor del 50% de estos montos debería haberse inyectado a la economía de uno de estos dos estados, el efecto acumulado de las cifras mencionadas corresponde a aproximadamente 7.5% del PIB. No extraña entonces que Tabasco y Campeche sufran en carne propia las consecuencias de la negligencia de la administración de la paraestatal.
Por esto habría que preguntarse si los administradores de Petróleos Mexicanos no se dan cuenta que al dejar de gastar el presupuesto que les ha sido autorizado por el Congreso y retener a la mala los pagos de sus proveedores, particularmente las empresas mexicanas pequeñas y medianas que viven y mueren junto con los estados petroleros del sureste, están asestando un golpe mortal a las ya de por sí maltrechas economías de esos estados?
En estos estados también se preguntan si les habrán quedado grandes los zapatos, ya que no es lo mismo haber manejado el GDF a manejar la 8ª petrolera más grande del mundo. Cabría también la posibilidad, han dicho pequeños proveedores de la paraestatal, de que existan intereses políticos, rencillas, patadas por debajo de la mesa, que conduzcan a la empresa insignia de la cuarta transformación a disparar torpedos por debajo de la línea de flotación de la misma 4T.
Dicen que ojalá el presidente López Obrador pusiera atención a los desatinos de sus subordinados en Pemex mientras aún hay tiempo de corregir el rumbo.