lunes, noviembre 25, 2024

HOMO ESPACIOS: Ella… la “reina del jazz”

Por Glen Rodrigo Magaña

En su nombre lleva la corona del jazz vocal femenino, Ella Fitzgerald, la niña de Virginia que llegara a Nueva York abandonada por su padre a una edad temprana y quien quedó huérfana a los 15 años -en los tiempos más complicados de la Gran Depresión estadounidense-, su situación se mantuvo así hasta el glorioso día del 21 de noviembre de 1934 en el teatro Apollo en Harlem. La joven cantante e integrante favorita de la banda de Chick Webb, célebre baterista que al fallecer le heredó su big band; alumna de la improvisación vocal “scat” desarrollada por Louis Armstrong y con quien realizara tres maravillosos discos; las inolvidables recopilaciones de afamados compositores, que registró en los aclamados Songs Books, junto con la Jazz At The Philharmonic (JATP) del “impresario” Norman Granz; actuó para cuatro filmes, participó en muchos programas de televisión, reconocida a nivel mundial con sus más de 200 discos lanzados, catorce Premios Grammy, Medalla Nacional de las Artes, entre otros tantas glorias y ritmos que interpretó, a quien con su humildad, trabajo, junto con su enorme talento se le considera… la “primera dama de la canción”.

El 30 de abril celebramos el Día Internacional del Jazz, y su voz, es representativa de la mujer, de aquellas intérpretes del ritmo roto que lucharon en contra del racismo, del machismo, incluso de un constante hostigamiento. Las féminas afrodescendientes escarmentaron la miseria, el trato injusto, incluso, al no permitírseles tocar algún instrumento, así como soportar violaciones por parte de algunos “hombrecillos” que sostenían la asquerosa teoría de la “supremacía blanca”, pero en el dolor encontraron fortaleza y se convirtieron en verdaderos íconos de la música negra.

Las historias son muy diversas en aquellos años dorados del ritmo roto, fue entonces cuando una chica negra, pobre y huérfana, logró convertirse en el referente del jazz vocal femenino, su nombre… Ella Fitzgerald.

El sufrimiento de los primeros años…

“No es de dónde vienes, sino a dónde vas lo que cuenta…” E.F.

El estado de Virgina en los Estados Unidos, fue el primer sitio en el país de las barras y las estrellas donde surge la esclavitud en 1619. Tres siglos después, la situación de los afroamericanos no cambiaría mucho y en la localidad de Newport News, un 25 de abril de 1917, nace el ícono del jazz vocal… Ella Jane Fítzgerald.

Ella tuvo una infancia y adolescencia un tanto triste, sufriría los estragos de la miseria y el abandono de su padre William Fitzgerald cuando tenía entre cuatro o cinco años de edad. A inicios de los años veinte, su madre Temperance, junto con su padrastro Joseph Da Silva, deciden mudarse al barrio de Yonkers en la “Gran Manzana”, sitio donde en 1923 naciera su hermana Frances.

En una aparente estabilidad -lo comento porque existen algunas versiones de que Ella Fitzgerald era abusada sexualmente por su padre- aunque en su biografía oficial no se menciona esto. Lo que sí es un hecho, es que comenzó a cantar en el coro religioso de la Bethany African Methodist Episcopal Church, aprendió a tocar el piano, era amante de la música de Louis Armstrong y del afamado ensamble vocal de las Boswell Sisters, soñaba con actuar en el legendario teatro Apollo en Harlem, así como ser una hábil bailarina y hasta jugar beisbol con los chicos de su cuadra. En pocas palabras, se encontraba en la meca del ritmo roto: Nueva York en los delirantes años veinte, época del swing y la fiesta del jazz.

La señora Temperance, “Tempie” como le decían de cariño, fallecería en 1932 a causa de un accidente automovilístico, poco tiempo después, su padrastro moriría de un infarto cardiaco. Al quedar huérfana, junto con su hermana Frances, serían adoptadas por su tía Virginia.

Durante aquellos años, entre 1932 y 1934, la joven Fitzgerald, entre la oscuridad de la Gran Depresión, sería enviada a un reformatorio a causa de diversos problemas con la ley, abandonaría los estudios e incluso se escapó de aquel cruel internado para jóvenes infractores para vivir en la calle, pero su panorama cambiaría radicalmente la noche del 21 de noviembre de 1934.

Los maestros: Webb & Armstrong

“No renuncies a intentar hacer lo que realmente quieres hacer. Donde hay amor e inspiración, no creo que puedas equivocarte…” E.F.

El aclamado concurso Amateur Nigth Show del Theatre Apollo en Harlem, aquella noche del 21 de noviembre de 1934, fue el parteaguas en la carrera de Fitzgerald. Se tenía programado que realizara un acto de baile, pero las Edwards Sisters habían aparecido, provocando con su coreografía, fuertes aplausos en el recinto. Ante el público, la jovencita de 15 años, Ella Fitzgerald, daría un cambio de último momento en su presentación, cantaría el tema “Judy” del reconocido compositor, cantante y pianista estadounidense Hoagy Carmichel, en la versión de Connee de las Boswell Sisters, que fuera la canción favorita de su madre. Al concluir, se escuchó una ovación histórica, había conquistado el Apollo, lógicamente ganó el primer lugar y se dio el lujo de interpretar otro tema de sus queridas Boswell Sisters: “The object of my affection”.

Había abierto la puerta, y quien le daría el acceso a la escena jazzística, fue el gran saxofonista Benny Carter, quien escuchó la hermosa voz de aquella jovencita en aquel glorioso día en el Apollo. Carter, buscaría integrar a Ella en las grandes bandas de Benny Goodman o Fletcher Henderson, pero quien finalmente se interesaría, fue el pequeño gigante de la batería, Chick (pollito) Webb.

Carter invitó a Webb a una presentación que Fitzgerald realizó junto con la Tiny Bradshaw en el Harlem Opera House en enero de 1935. Antes de iniciar el concierto, las palabras mágicas de Benny Carter fueron: “Solo escucha su voz” y boom, Chick Webb quedó embelesado, pero el baterista ya contaba con un cantante en su banda, así que le propuso a Ella que, si lograba la aprobación del público de la Universidad de Yale en su cena de fin de curso, obtendría el puesto. Fitzgerald firmaría aquella noche su contrato por 12.50 dólares a la semana, su grabación inaugural fue “Love and kisses” en 1935 con el prestigiado sello Decca y muy pronto se convertiría en la favorita de Webb.

Balanceada entre el swing y el bebop, su nombre aparecería en diversas revistas especializadas, por ejemplo, la Metronome Magazine en enero de 1936 aseguraba: “No existen razones para no pensar que se convertirá en la mejor cantante de jazz del momento”. Grabó y realizó diversas presentaciones con la banda de Webb, su primer éxito sería el tema infantil “A tisket, a tasket” en 1938, vendió un millón de copias y logró lo que ninguna cantante de jazz había conseguido hasta entonces, se colocó como número uno en todas las listas de éxitos por 17 semanas.

A causa de la parálisis de sus piernas y una serie de complicaciones físicas, Chick Webb utilizaba un equipamiento especial para tocar la batería, fue intervenido en distintas ocasiones, pero el 16 de junio de 1939, no soportó otra operación. Ella cantó en su sepelio “My buddy” y acató una de las últimas voluntades de Webb… ser la líder de su banda.

En 1941 contrae matrimonio con un trabajador portuario, Benny Kornegay, el matrimonio dura solo un par de años, ya que Ella se enteró que Kornegay tenía antecedentes penales. El amor, no tardaría mucho en llegar, en una gira que realizara con Dizzy Gillespie en 1946, se enamora del bajista Ray Brown, en 1947 se casan y adoptan un hijo, Ray Jr. quién se convertiría también en jazzista. El romance con Brown, a causa del distanciamiento provocado por sus carreras artísticas, finalmente se disuelve y se divorcian en 1953, aunque siempre fueron amigos, Ella comentaría tiempo después: “He tenido algunos asuntos amorosos maravillosos y otros que no funcionaron. No quiero insistir en eso y no quiero molestar a la gente, pero creo que todos los lugares fabulosos en los que he estado, las cosas maravillosas que me han sucedido y las grandes personas que he conocido, deberían ser una historia”.

Después de una agenda muy cargada, así como el peso de dirigir la banda de Webb (que después de su fallecimiento nombraran a esta big band como la “Gran Orquesta de Ella Fitzgerald”), decide en 1942 disolverla e iniciar su carrera como solista y aquí aparecería otra leyenda que le enseñara el arte del scat… Louis Armstrong.

La “primera dama de la canción” y el maestro del scat “Satchmo”, grabaron una serie de álbumes, que se convertirían en joyas del jazz: Ella and Louis (1956), Ella and Louis Again (1957) o Porgy and Bess (1959). Respecto al scat, Fitzgerald describiría su fórmula: “Robé todo lo que escuché, pero principalmente traté de imitar el sonido de las trompetas”.

El reinado…

Sé que no soy una chica glamorosa y no es fácil para mí levantarme frente a una multitud de personas. Antes me molestaba mucho, pero ahora tengo claro que Dios me dio este talento para usarlo, así que solo me quedo ahí, de pie y canto…” E.F.

Otro nombre importante en la trayectoria artística de Fitzgerald, fue Norman Granz, célebre “impresario” de jazz, dueño de la disquera Verve de 1956 a 1961, creador de la Jazz At The Philharmonic (JATP) y manager de Ella.

La “primera dama de la canción” comienza a trabajar con Granz en 1946, realiza diversas giras internacionales con diferentes instrumentistas sincopados y en 1952 se presenta por primera vez en Europa.

En 1955, Ella actúa en el filme Pete Kelley’s Blues, protagonizando a una cantante de un club nocturno llamada “Maggie Jackson”, anteriormente, en 1942, ya había aparecido en la pantalla grande con el cortometraje de la Universal Pictures Ride ‘Em Cowboy, donde interpretó su gran éxito “A-Tisket, A-Tasket”. Existen, otras dos cintas donde aparece Fitzgerald, estrenadas en 1958: St. Louis Blues y Let No Man Write My Epitapth.

Después de participar en Pete Kelley’s Blues (1955), Fitzgerald firma contrato con la disquera Verve e inicia una serie de grabaciones que son uno de sus mayores legados, los Song Books, recopilaciones que se realizaran entre 1956 a 1964 de los aclamados compositores: Cole Porter (1956), Rodgers & Hart (1956), Duke Ellington (1957), Irving Berlin (1958), George and Ira Gershwin (1959), Harold Arlen (1961), Jerome Kern (1963) y Johnny Mercer (1964).

Al vender Granz la Verve a la MGM en 1961, Ella continúa por un rato en esta disquera, pero de 1967 a 1970 graba para la Capitol y Reprise Records. Varios especialistas apuntan que uno de sus mejores discos fue Ella in Berlin (1960) con la Verve, pero existen tantos sencillos inolvidables como: Night and day (1956), Summertime (1958), Dream a little dream of me (1963), Cry me a river (1975) y muchos más.

En sus apariciones en televisión, fue invitada a los programas: The Bing Crosby Show, The Dinah Shore Show, The Frank Sinatra Show, The Ed Sullivan Show, The Tonight Show, The Nat King Cole Show, El show de Andy Willams y El show de Dean Martin, además de grabar dos especiales para la prestigiada cadena londinense BBC. Entre las tantas gratas declaraciones, la de Sinatra “La Voz”, sería una de las más atinadas de aquellos años setenta: “La mejor manera de empezar cualquier velada musical es con Ella Fitgerald”.

Todo ese jazz…

“A través de los años, descubro que no solo tengo a los fanáticos de mis días, sino a los jóvenes de hoy y eso significa que todo valió la pena…” E.F.

En 1973 Norman Granz, el hombre blanco que usó el jazz para la justicia de los afroamericanos, funda la Pablo Records, Ella Fitzgerald firma inmediatamente con él y graba sus últimos discos, siendo All That Jazz (1982) su entrega final. Se retiró de los escenarios con un magno concierto en el Carnegie Hall de Nueva York en 1991.

Problemas respiratorios, insuficiencia cardiaca, la factura por tanto agotamiento e incluso la amputación de sus piernas en 1993 a causa de su diabetes, hicieron que la “primera dama de la canción” se fastidiara de tantos hospitales y en 1996, decidió pasar sus últimos días en su casa de Beverly Hill, California, argumentando: “Solo quiero oler el aire, escuchar a los pájaros y escuchar a Alice (nieto) reír”. Cuentan que se encontraba sentada en su patio trasero, era un día hermoso de verano, y entre esa paz, el 15 de junio de 1996, miró al cielo y dijo: “Estoy lista para irme”.

Incluida en el Salón de la Fama de Down Beat; galardonada con el Kennedy Center Honors; en 1987 recibiría del presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, la Medalla Nacional de las Artes; 14 premios Grammy, más que cualquier otra cantante femenina -uno de ellos, por logros y trayectoria artística-; más de 200 álbumes lanzados; cantante en todo tipo de alineación jazzística, ya fuera desde un elemento, hasta una orquesta; en su voz que registraba hasta tres octavas, interpretó diversos géneros musicales, tales como swing, bebop, balada, blues, soul, bossa nova, calipso, góspel, himnos navideños e incluso temas de bandas como The Beatles “Hey Jude”, Cream “Sunshine of your love” o “Get ready” de los Smokey Robinson. Definitivamente, la combinación de talento, humildad y constancia, es lo que hizo de Ella… la “reina del jazz”.

Estimados homoespacieros les comparto los tradicionales enlaces para que sigan disfrutando de la reina Ella Fitzgerald:

-Ella Fitzgerald (American Masters). Documental -ingles-. https://youtu.be/h8C67gnApLs

-Ella Fitzgerald: “The Object Of My Affection”. https://youtu.be/ZtcQNjLYRYM

-Ella Fitzgerald Feat. Chick Webb Orchestra: “A-Tisket, A-Tasket”. https://youtu.be/BCIFg5ddZZY

-Ella and Louis (álbum de 1956). https://youtu.be/VqOaQgD_2KA

-El scat de Ella Fitzgerald: “How High is the moon”. https://youtu.be/T8Ji4uG4cac

-Ella Fitzgerald: 100+ American Songbook Classics (recopilación). https://youtu.be/WVMgS_PgGZc

-Live in Berlin (Álbum de 1960). https://www.youtube.com/playlist?list=PLWq9RjJM7_Vo8nA8ekBVhDBUw2TuRZwnQ

-Frank Sinatra & Ella Fitzgerald: “Moonlight In Vermont”. https://youtu.be/cyyRi3l7E_k

-All That Jazz (álbum de 1982). https://youtu.be/O-BLj4ZDy8k

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