Carlos Galguera Roiz
En plena reivindicación femenina en España, inicio con este genérico, “incorrecto”, querido amigo
Tengo constancia, verificable experiencia propia, que muchas de las reflexiones que escribo y envío no las lee, prácticamente nadie…; casi todo el mundo jura y perjura que carece de tiempo disponible, ante las avalanchas que entran cada día por sus ventanas, aunque podría contar, en realidad, con muchas horas de rigurosa desocupación…
Sin embargo he de decir que estos trabajillos requieren, independientemente del contenido o calidad de lo expuesto, bastante esfuerzo por parte del remitente, diría que mucho…; insisto, no lee prácticamente nadie estos rollos – aunque no lo fueran – si conllevan cierta extensión, incluso precisaría como lectura máxima, inmensa mayoría de los que se aventuran en estas inmersiones, dos párrafos…
Como pequeño protagonista de estas actividades, digo esto, a estas alturas, sin mayor resquemor, ningún tipo de frustración; pero, comprobado lo tengo, escribo, en buena medida, para ordenar mis propios laberintos…, es todo. Seguir mis parámetros mas genuinos, es una labor solitaria, que me obliga a permanecer en mis guaridas, como siempre, largas estancias…
En cualquier caso agradezco pistas sobre este tema toral; época de multimillonarias comunicaciones, minúsculas recepciones reales…; ¿ así se lavarán los cerebros?, con esta clase de fluidos recibidos no cabe casi eliminar, siquiera la mugre superficial…
Uno de mis buenos amigos, gran comunicador, brillante analista, matiza mi grito: “Cierto, a veces uno escribe para otros, pero por lo general uno escribe para sí mismo, no te prives de este privilegio…”
Pues sí, comprobado lo tengo. Escribo en buena medida para aclarar mis inquietantes dudas, indescifrables incógnitas, que aparecen por los caminos…; bueno, soy consciente que he escrito bastante más de los dos párrafos “pactados”. I´m sorry