Por: Mario Ruiz Redondo
Nadie más. Son finalmente cuatro los candidatos que llegan a la recta final por la Gubernatura de Chiapas. Roberto Albores Gleason, por la Coalición PRI-PVEM y PANAL; José Antonio Aguilar Bodegas, abanderando la causa del PAN-PRD-MC, mientras que Rutilio Escandón Cadenas, bajo las siglas de MORENA-PT-EC y Jesús Alejo Orantes Ruiz, como independiente.
La hora de la verdad este día 23 de marzo, al quedar formalmente registrados todos, ante el Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEPC). El jueves lo hicieron Escandón Cadenas y Orantes Ruiz, mientras que hoy viernes a las 12 del día, acudirá Albores Gleason y a las dos de la tarde corresponderá a Aguilar Bodegas.
Fin del río revuelto, de las especulaciones, de los golpes bajos de las últimas semanas, que provocaron desconcierto entre la ciudadanía, creando una cortina de humo llena de confusiones al agitarse las aguas que vuelven a su cauce y transparencia.
Van los que supieron convencer, de ser los idóneos para enarbolar las siglas y los colores de los partidos que finalmente los respaldan para que en una contienda abierta, aporten lo mejor de sus inteligencias, para convencer a una ciudadanía que espera escuchar sus propuestas de solución a los problemas que siguen prevaleciendo en la entidad.
En el camino, los que no tuvieron los suficientes méritos para participar y ser tomados en cuenta, en una definición que como normalmente suele ocurrir, habrá quienes no queden conformes.
Roberto Albores Gleason, tuvo la serenidad y madurez suficiente, para no caer en las provocaciones de las que fue objeto, por quienes calificaron de “imposición de las dirigencias nacionales cupulares”, su designación como candidato de la Coalición PRI-PVEM-PANAL, que se pretendió desactivar mediante marchas, mítines, discursos, desplegados y conferencias de prensa, por las principales ciudades de la entidad, argumentando defender “la dignidad de los chiapanecos”.
Movilizaciones que no prosperarían, al negarse socialmente la respuesta pretendida y con ello, la consolidación de la amalgama de partidos que respaldan a Albores Gleason, al mantenerse inquebrantable y arribar sin contratiempo alguno al registro con las siglas originales, dispuesto a confrontar ideas y principios con sus competidores de la carrera por el poder estatal.
Rutilio Escandón Cadenas, repetiría su número de ser el primero en encabezar la lista de inscripción como precandidato en la instancia electoral local, como ahora en su calidad de candidato del partido Movimiento de Regeneración Nacional, que lidera Andrés Manuel López Obrador.
Su transitar como ungido también de los Partidos del Trabajo y Encuentro Social, tendría buen arranque al ser acompañado durante una semana por “el peje” y el abuelo incómodo Fernando Coello Pedrero, cosechando las simpatías logradas durante su paso reciente en su calidad de presidente del Tribunal Superior de Justicia del estado, así como ex diputado federal y ex senador de la República.
La sorpresa la dio el veterano líder cañero, Jesús “Chus” Alejo Orantes Ruiz, que a diferencia del poderoso empresario Rómulo Farrera Escudero, cumpliría su palabra de ser aspirante independiente a la gubernatura, una vez que rompió sus relaciones partidistas con el Revolucionario Institucional.
Y no sólo eso, pues el carismático dirigente campesino, se dio el lujo de invitar a su ceremonia de acreditación ante el IEPC, a Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón “El Bronco”, gobernador con licencia del estado de Nuevo León y cuestionado aspirante independiente a la Presidencia de la República, por el Instituto Nacional de Elecciones.
Sin embargo, el que ha dado el campanazo, después de que todos los daban como muerto políticamente, es José Antonio Aguilar Bodegas, quien acudirá en último lugar a solicitar su inclusión ante la autoridad electoral estatal, como representante de la suma de los Partidos Acción Nacional, de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano.
Mucho le sirvió en las últimas semanas a Josean, como popularmente se le conoce, la experiencia de 43 años adquirida como militante activo del PRI, en los que fue delegado federal de la Secretaría de Agricultura, alcalde de Tapachula, diputado local, líder del Congreso, presidente del tricolor estatal y senador de la república.
Últimas semanas cruciales, de indefinición demasiado agotadora, al tener el aval de la candidatura del PRD, por parte del liderazgo nacional, pero con la oposición de la dirigencia estatal en declarada guerra de rechazo absoluto, que ponía en duda su continuidad en el ejercicio político profesional.
Incertidumbre del ave fénix que se derrumbaba, más aún cuando se multiplicaban las piedras en el camino, con acciones pretendidamente desestabilizadoras, como cuando tuvo conocimiento de un supuesto expediente de su cuenta bancaria, en la que se establecía la presunción de delitos por evasión fiscal, que no cumplieron su objetivo de inhabilitarlo en sus aspiraciones políticas, mediante la iniciación de un proceso legal en su contra.
Pese a su amplia cartera curricular. Aguilar Bodegas no concretaba ninguna de las posibles opciones, especialmente las del Frente integrado por el PAN-PRD y Movimiento Ciudadano, que cada vez se veían más distantes en su andar disputado por el senador del Verde, Luis Armando Melgar Bravo, además de el ex líder del PVEM estatal y del Congreso, Eduardo Ramírez Aguilar, después de renunciar a ambas posiciones, luego de quedar fuera de toda posibilidad de aspirar a la Gubernatura, los dos, al ser postulado Roberto Albores Gleason.
La diputada federal María Elena Orantes, una de las gentes de confianza del dirigente del Movimiento Ciudadano, Dante delgado Raunuro, constituía otro de los obstáculos para Aguilar Bodegas, pues la legisladora mantenía su veladora prendida como opción de género para no permitir la designación de su colega ex priísta.
El encuentro de José Antonio con Ricardo Anaya Cortés, ex líder nacional panista y candidato del blanquiazul a la Presidencia de la República, sería determinante para su designación como abanderado de la causa del PAN a la sucesión en Chiapas, lo cual obligaría en la semana final de la definición, a que el PRD lo declarara de igual forma como su ungido, adhesión a la que se incorporaría el Movimiento Ciudadano.
Hábil decisión de Anaya Cortés, sabedor de que Josean es el político que el próximo 1 de julio, acarreará importante número de votos al redil de Acción Nacional, al convertirse en el rival a vencer en la contienda que ya da comienzo.
Aguilar Bodegas está de nuevo arriba de un cuadrilátero, donde es el fajador que responde golpe a golpe los intentos por desaparecerlo de la faz de la política chiapaneca.
Lo ocurrido después de su retiro de las filas del tricolor, lo han puesto contra la pared y en algún momento derrumbado ante la andanada conjunta de varios atacantes desde distintos flancos.
Se ha convertido ante los ojos de la ciudadanía en una víctima del sistema que no quiere que llegue al mando principal de gobierno en Chiapas, poniéndolo así en ventaja sobre sus contendientes en una guerra que apenas durará tres meses, en la que será determinante el conocimiento pleno de la realidad y problemática socio-económica-cultural de más de cinco millones de habitantes, para estar en posibilidad de proponer soluciones prácticas, al alcance del conocimiento y aceptación de los interesados. Conoce y saben de él.
Está en ventaja, porque tiene arraigo entre quienes producen la tierra y los empresarios que han seguido de cerca su carrera que le llevó en 2006 a contender por la Gubernatura con Juan Sabines Guerrero, que ganó la elección por decisión de Pablo Abner Salazar Mendiguchía, que manipuló los números del Instituto Electoral, a pesar del apabullante triunfo de José Antonio, al que se declararía perdedor por una diferencia de seis mil votos.
Juan no conocía ni conoció Chiapas, durante los seis años de un sexenio plagado de arbitrariedades y corrupción, al dejar al estado una deuda pública histórica de más de 20 mil millones de pesos, sin que en su ejercicio haya habido transparencia, a los que habría que agregar los adeudos por una cantidad similar con proveedores de servicios que aún siguen esperando inútilmente el pago correspondiente, a pesar de ser una deuda institucional.
Sabines Guerrero, al igual que su antecesor Pablo Abner Salazar Mendiguchía, ha sido un hombre pleno de rencores y venganzas. Josean sería blanco de sus traumas, cuando ordenó su persecución judicial por presuntos ilícitos, que llegó al grado de pedir fuese boletinado por la Interpol (Policía Internacional), como el peor de los delincuentes. Su pecado, fue haber dicho al entonces mandatario, que tenía la intención de ser candidato al gobierno del estado.
Muchos obstáculos, de todos los tamaños, ha tenido que sortear el político tapachulteco-costeño-chiapaneco más sobresaliente de los últimos tiempos, junto con el acapatehuense Sami David David, ex diputado federal cinco veces, ex senador de la República, líder del PRI estatal, ex diputado local y dirigente del Congreso, ex director de Investigaciones Políticas y Sociales de la Secretaría de Gobernación en tiempos de Enrique Olivares Santana.
Sami sería también derrotado por el juego sucio de las elecciones del año 2000, que favorecieron a Pablo Abner Salazar Mendiguchía, que al igual que Sabines Guerrero, era un ignorante de la problemática chiapaneca, pero aún así fue impuesto por consigna de Ernesto Zedillo Ponce de León, de acuerdo con Vicente Fox Quesada, para dar comienzo a los gobiernos de la alternancia con el PAN.
Inicia pues este fin de marzo, la fase crucial para definir el futuro gobierno de Chiapas, dentro de una realidad en que el discurso de las soluciones, se ha mantenido distante de quienes ancestralmente han
vivido de la esperanza que cada seis años renuevan, porque no les queda de otra.
Hoy, en esta recta final, Roberto Albores Gleason, Rutilio Escandón Cadenas, Jesús “Chus” Alejo Orantes Ruiz y José Antonio Aguilar Bodegas, se ubican en la disyuntiva de representar más de lo mismo o de ofertar los compromisos urgentes de cambio social, que den paso al Chiapas de la justicia económica, del beneficio de las riquezas naturales de las que sus pobladores son dueños en el papel, pues el Estado Mexicano solo devuelve migajas que se pierden en el camino.
No deberán olvidar que su triunfo o fracaso, va a depender de los jóvenes chiapanecos que son mayoría ciudadana y conforman cada vez, más un ejército de desempleados egresados de universidades, que en su gran mayoría están desvinculadas de la realidad y que por lo mismo cometen fraude al egresar profesionistas que terminan en la frustración.
Chiapas requiere con urgencia, el apoyo planificado a la producción de alimentos, para aprovechar las tierras que ahora se encuentran en el abandono, por la cancelación de los importantes estímulos que hicieron posible en el pasado de hace casi cuatro décadas, ser clasificado como uno de los graneros de México.
Que los compromisos hagan viable de una vez por todas, el paso de las promesas al cumplimiento de incentivar la industrialización en las ricas regiones de la entidad, cuyas poblaciones se mantienen en la pobreza y son parte de la exportación de mano de obra barata a otras partes del país y Estados Unidos.
Bienvenida la contienda. Que gane quien garantice una mejor perspectiva para Chiapas y que la pobreza y el hambre de nuestros indígenas dejen de ser nuestra identidad.
Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.
Premio al Mérito Periodístico 2015 y 2017 del Senado de la República y de Comunicadores por la Unidad A.C.