CIUDAD DE MÉXICO, 13 de marzo (AlmomentoMX/SemMéxico).- Las candidatas y candidatos a la presidencia de México y a otros cargos de elección popular para estas elecciones deben incluir en su trabajo político el feminismo, porque así “estarían considerando a las mujeres como ciudadanas con derechos”, opinó la doctora en Antropología y experta en género, Pilar Alberti Manzanares.
En entrevista con SemMéxico, explicó que el concepto de ciudadanía es fundamental, ya que alude al reconocimiento entre pares. Es decir, “en el contrato social que propone [Jean-Jacques] Rousseau para que la sociedad sea justa y democrática quienes participan son personas valoradas como iguales y pares. El problema es que el patriarcado no considera a las mujeres ni iguales ni pares a los hombres; por ello tampoco las considera ciudadanas. Romper con estos principios patriarcales es lo que propone el feminismo”.
Alberti Manzanares, quien se doctoró como antropóloga en la Universidad Complutense de Madrid y cursó estudios de especialización en género en el Programa Interdisciplinario de Estudios de la Mujer, de El Colegio de México, afirma que el feminismo propone una república feminista, donde la política considere que las mujeres no son inferiores, no son propiedad y no son esclavas de los hombres.
Por lo tanto, las leyes normativas y reglamentos plantean una política que incluye a las mujeres desde el empoderamiento, affidamento, sororidad y nuevas masculinidades no patriarcales.
En cuanto al rechazo del feminismo en la esfera pública, ella le da la siguiente explicación: es porque el patriarcado utiliza el mecanismo de separar a las mujeres para que no se unan y deconstruyan las bases patriarcales.
La académica que imparte los cursos de Estudios de Género en las Ciencias Sociales y Problemática de las mujeres y hombres rurales, en la maestría y doctorado del Programa de Estudios del Desarrollo Rural del Colegio de Postgraduados, menciona que esta forma de separar a las mujeres es muy efectiva, pues “el patriarcado presenta a las feministas con una imagen desprestigiada al compararlas con la imagen ‘ideal de mujer’ patriarcal: linda, ocupada de su casa, sus hijos, hijas y su marido, que no sale en las noches, que no va sola por la calle, lava los trastes con amor, etcétera.
En ese sentido, menciona que hay un rechazo al feminismo en la esfera pública porque este cuestiona, crítica, deconstruye, acusa, pone en evidencia al patriarcado. Está segura que si se incluyera el feminismo en todas las actividades públicas y privadas se lograría otro mundo.
Agrega que la república feminista sería la utopía en el horizonte cercano. El feminismo en la familia, escuela, trabajo, relaciones de pareja, política, economía, cultura, ciencia, arte, medios de comunicación, etcétera.
La académica del Colegio de Postgraduados menciona otro punto fundamental en caso de incluir el feminismo en la esfera pública: se erradicaría la violencia hacia las mujeres, la trata, violaciones, secuestros, extorsiones, violencia en la familia, la calle, medios de transporte, trabajo y por supuesto los feminicidios.
Al preguntarle a la integrante del Sistema Nacional de Investigadores, nivel II, lo difícil que ha sido introducir el feminismo en las universidades, ella tiene una respuesta contundente: El patriarcado está fuertemente arraigado en el control del conocimiento.
Añade que el saber da poder, por ello el patriarcado se asegura de que las mujeres no sepan, no vayan a la escuela. Malala (Yousafzai) –dice— es un ejemplo de la lucha de los talibanes para evitar que las mujeres sepan leer y escribir.
Agrega que el androcentrismo concentra los puestos de poder de escuelas, universidades, equipos de investigación, comités de evaluación, editores de revistas, autoridades del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), premios científicos, presupuestos de proyectos.
Con la experiencia acumulada en el campo académico, explica que el feminismo cuestiona todo el andamiaje científico androcéntrico y eso molesta al patriarcado que, con “argumentos muy objetivos”, invisibiliza el aporte de las mujeres en la ciencia; se resiste a utilizar lenguaje incluyente de género en las clases, discursos, artículos, conferencias, libros, informes, reglamentos académicos; subestima los méritos de las mujeres para obtener premios, ascensos, puestos de decisión, aumentos de salario, y utiliza la violencia tanto contra las científicas, maestras y alumnas.
Otro mecanismo del patriarcado —agrega— es el cinismo, que consiste en hacer creer que las culpables de su situación desigual, inferiorizada, maltratada, violentada, son las propias mujeres.
Alberti Manzanares obtuvo el Premio Municipal de Derechos Humanos de Texcoco en diciembre de 2017, lo que “me hizo sentir muy reconocida por la sociedad, al considerarme, junto con otras personas muy valiosas que trabajan por el bien de la comunidad”. El premio lo otorgó la Defensoría de los Derechos Humanos de Texcoco.
La especialista obtuvo este premio por su trabajo en favor de los derechos de las mujeres desde el trabajo con grupos de ellas en el ámbito rural, indígena y urbano, docencia, investigación, publicaciones, capacitaciones, conferencias y en la vida cotidiana. Su objetivo de vida: Lograr una república feminista.
Para ese objetivo dice que no está sola, hay feministas en Texcoco, Ciudad de México, en todo el país, en toda América Latina y el resto del mundo, donde ellas participan, proponen, organizan, apoyan y construyen desde la paz y el diálogo.
Al hacer un balance de los avances en el reconocimiento a los derechos de las mujeres en México, puntualiza los siguientes logros:
- Existencia de la Coordinadora feminista. Ellas proponen una agenda en las elecciones, negociaron con los partidos para incluir sus demandas y se registró una candidata la presidencia de México, así como mujeres militantes en los partidos políticos.
- Un hecho histórico: se da la primera y segunda Ley Revolucionaria de las mujeres del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Las dos leyes son excelentes propuestas, realizadas desde las mujeres y para las mujeres indígenas. Fruto del trabajo de las bases zapatistas con influencia de asesoras feministas es el avance y propuesta actual de una mujer candidata a presidenta de México: María de Jesús Patricio Martínez, Mari Chuy.
- Creación del Instituto Nacional de las Mujeres.
- Aprobación de la Ley General de Igualdad entre Mujeres y Hombres. Las feministas asesoraron, propusieron, participaron.
- Aprobación de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
2011- Modificación al artículo 1 de la Constitución mexicana para incluir los derechos de las mujeres.
2006-2015. Política Nacional de igualdad regida por el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres). Al frente —en ese entonces— de Rocío García Gaytan lograron la transversalización de la perspectiva de género en todas las secretarías de gobierno, en los estados y en municipios. Las feministas asesoran, participaron y dirigieron estas políticas. El modelo de Equidad de Género certificado por el Inmujeres en empresas privadas fue un logro fundamental para democratizar el ámbito privado. La Norma Mexicana para la igualdad Laboral entre Mujeres y Hombres, certificada por la Secretaría de Trabajo y Previsión Social y el Inmujeres fue otro logro en el ámbito laboral y sindical.
- Las Constituyentes feministas CDMX logran que en la nueva constitución de la Ciudad de México se incluyan algunas propuestas feministas, una de ellas el respeto a la comunidad LGBTTTI (Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Transgénero, Travesti e Intersexual).
- Marcha de las mujeres en el mundo 8M, Si las mujeres paramos, se para el mundo.
AM.MX/fm