Por Norma Meraz
Cuanto trabajo cuesta, para muchos, hablar con la verdad.
Del concepto “ política” tenemos muchas acepciones: que es un arte o una doctrina; es la actividad de los que rigen o aspiran a conducir los asuntos públicos, según el diccionario.
Esa es la letra, pero ubiquemos el ejercicio de la política en Mexico.
Si Nicolás Maquiavelo viviera hoy, tendría mucho trabajo para adecuar su tratado político “El Príncipe” y en lugar de asesorar a los Medici en Florencia tuviera que asesorar a muchos gobernantes sin escrúpulos pero si, con muchas aspiraciones de poder sin poseer capacidad para gobernar.
Gobernar es ejercer el mando, el poder en bien de sus gobernados .
En México se gobierna poco con ese sentido y mucho para incursionar en el campo del enriquecimiento, la mentira, el abuso y la garantía de la impunidad.
Porque los políticos mexicanos insisten en decir: ”trabajamos en un proyecto de nación“?
México no es un proyecto, es mucho más que eso. Es un país. Un país que cuenta con territorio, población y gobierno institucional. Esa es la definición estricta de acuerdo al derecho internacional.
Gobierno y política van de la mano. No se puede gobernar careciendo de sensibilidad para servir y sin un proyecto para engrandecer un país.
Politiquería y corrupcion son sellos del engaño y la simulación. El político cree conocer la realidad pero está, es solo una realidad construida a modo .
Maquiavelo en su obra, preconizó el arte del disimulo como esencia de la política; concepción vigente al día de hoy, pero cuando la verdadera realidad política, social y económica de un país no embona con la realidad que el gobernante concibe, da como resultado la ingobernabilidad y la carencia de gobernanza.
Una sociedad decepcionada por no ser tomada en cuenta como parte fundamental de un país, es una sociedad que desprecia la política .
Cuál es el proyecto de nación al que aspiran gobernar los candidatos a dirigir México?
Un país que carece de líderes políticos, de programas y acciones que conlleven el conocimiento la reflexión y la convicción de gobernar para servir, es un país que no avanzará en su desarrollo.
Hace falta primero, reconocer los problemas para poder enfrentarlos . México tiene frente a si enormes desafíos: la profunda desigualdad social . Mientras el 45% de la población vive en la miseria, la riqueza se concentra en menos del 10%. Este es un grave problema de distribución de la riqueza. Otro desafío es el crimen organizado y otro fundamental, es la falta de estímulos para la educación la ciencia y la cultura.
Un pueblo sin educación es presa fácil de los abusadores del poder y víctima del atraso .
La reforma educativa ha sido una muy buena idea , lástima que su verdadero sentido fue político: quitarle el poder al magisterio.
De acuerdo a información fidedigna, el organismo autónomo para la evaluación de la educación realizó una encuesta entre mil trescientos profesores y arrojó un dato interesante: el 75% no está de acuerdo con dicha reforma .
El motivo es claro; en las zonas rurales y suburbanas no se ha dotado de los elementos básicos para trabajar.
En los casos de contar con aulas, muchas no tienen techo, ni baños ni mesabancos ni libros, las clases las imparten a campo abierto a niños que llegan sin alimento en el estómago.
El 30% de los jóvenes de entre 19 y 29 años, no tienen educación .
Según datos del Dr. Juan Ramón de la Fuente, ex rector de la UNAM; sólo 2 de cada 10 jóvenes de entre 18 y 24 años de edad, llegan a la universidad y solo 1.3 de ellos terminan sus estudios los otros 8 y pico restantes que no estudian ni trabajan, se enfilan hacia los embarazos no deseados, la migración a Estados Unidos, la drogadiccion y el comercio informal. El Dr. de la Fuente llama a estos jóvenes “la generación del desencanto “y califica a México como “ un país que vive en los suburbios de la sociedad del conocimiento”. Y cómo no si estos datos nos llevan a una sola conclusión: ¡Digamos la verdad!