CIUDAD DE MÉXICO.- El paro carretero nacional 24 de noviembre convocado por organizaciones campesinas y transportistas ha encendido una fuerte alarma entre líderes empresariales. Las protestas se extenderán por múltiples carreteras federales y estatales, amenazando con interrumpir el transporte de mercancías y servicios esenciales en todo el país.
Las demandas del sector agrícola por mejores precios y apoyos se combinan con el reclamo de seguridad vial y justicia logística, pero los empresarios advierten que un bloqueo prolongado podría paralizar rutas clave y afectar seriamente la economía nacional.
Demandas agrarias y consecuencias para el transporte
Los campesinos denuncian que el maíz y otros granos no cubren sus costos de producción, mientras que México importa maíz transgénico de otros países, lo que debilita a los productores locales. Advierten que sin un cambio profundo en la política agropecuaria, la protesta es inevitable. A su vez, los transportistas reclaman inseguridad en carreteras, robos, extorsión y trámites burocráticos que encarecen su operación.
Según convocantes y medios nacionales, las rutas que podrían verse bloqueadas incluyen autopistas estratégicas como México-Toluca, México-Querétaro, México-Pachuca, México-Puebla y México-Cuernavaca, además de tramos que conectan con aduanas y corredores logísticos importantes. Se reporta que al menos 24 estados podrían incorporarse al paro, incluyendo entidades con fuerte actividad comercial y agropecuaria. El bloqueo también implicaría cierres parciales o totales de accesos y casetas de peaje, lo que aumentará el impacto para la cadena de suministro.
Alejandro Arena Barroso, presidente de la CANACO local, expresó su solidaridad con los agricultores, aunque insistió en la necesidad de garantizar el libre tránsito y evitar medidas que paralicen la economía. Señala que México necesita una política pública real para el agro y una presencia más decidida del Estado en seguridad vial.
Michel Sojo Quiroz, líder de Coparmex, llamó a mantener el respeto a la negociación, pero advirtió que los bloqueos anteriores ya han detenido plantas industriales, afectado cultivos perecederos y puesto en riesgo ambulancias y transporte de personal.
Arturo González Palomino, director general de una asociación del transporte, destacó que el paro puede afectar no solo mercancías, sino también medicamentos y suministros hospitalarios críticos. Denunció que las importaciones de maíz transgénico profundizan la desigualdad entre productores y criticó la falta de apoyos estatales.
Los analistas advierten que un paro prolongado podría generar cuellos de botella en la logística, elevar los costos de transporte y provocar desabasto de productos en mercados locales y nacionales. Empresas que dependen del transporte por carretera podrían suspender operaciones, lo que impactaría en empleos y producción.
El paro del 24 de noviembre representa un punto de inflexión para el país: por un lado, universidades y cámaras empresariales reconocen la legitimidad de las demandas agrarias; por otro, alertan que bloquear carreteras no puede convertirse en el mecanismo principal para negociar. Exigen al gobierno federal una intervención urgente, que atienda las causas profundas del malestar en el campo sin sacrificar la movilidad ni la estabilidad económica del país.
AM.MX/fm
