CIUDAD DE MÉXICO.- Las estafas y los fraudes son cada vez más comunes y las personas adultas mayores no escapan de ello, no solo por parte de desconocidos, sino, a veces, por personas cercanas: vecinos, amigos o familiares.
Los estafadores aprovechan la falta de experiencia tecnológica de las personas adultas mayores para manipular o controlar su dinero. Es por ello que la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), en colaboración con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), emiten recomendaciones de gran utilidad para que las personas de este sector de la población no caigan en estafas.
Es importante aprender a usar la tecnología a su propio ritmo, de esta manera pueden proteger su dinero con la ayuda de aplicaciones y servicios digitales. Hay cursos gratuitos, videos en línea y talleres presenciales para que las personas adultas mayores aprendan a usar cajeros, banca en línea, aplicaciones y teléfonos inteligentes.
También es de suma importancia no proporcionar las contraseñas bancarias, ni el NIP de las tarjetas que se manejen; tampoco se debe firmar algún documento bancario, poderes notariales o préstamos sin revisarlos primero con alguien de confianza, o sin leerlos y comprenderlos en su totalidad.
Se debe consultar cualquier movimiento que parezca extraño directamente con el banco donde se tenga una cuenta y por ningún motivo llamar o responder mensajes de números que parezcan sospechosos.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2024, las personas adultas mayores reportan menos problemas financieros que otros grupos, pero no por eso están exentos de riesgos. Apenas un 6 % declaró haber tenido problemas con productos, aunque su confianza y desconocimiento digital los hace más vulnerables a ciertos inconvenientes.
Las estafas y abusos más comunes a los que se enfrentan las personas adultas mayores y que hay que aprender a identificar para evitar caer en ellos son: correos electrónicos falsos, llamadas engañosas, mensajes de texto falsos, visitas sospechosas a su domicilio, incluso el abuso de confianza por parte de personas cercanas o integrantes de su familia.
En este último caso, puede ocurrir que un familiar o conocido ofrezca ayuda a una persona adulta mayor, pero no le permita ver sus estados de cuenta, que le pida su tarjeta o haga movimientos sin explicarle. Esa persona está cometiendo actos que se consideran una forma de abuso.
Las personas adultas mayores tienen derecho a tomar sus propias decisiones financieras, a contar con apoyo claro, honesto y sin manipulación.
El artículo completo sobre protección financiera se puede leer en la Revista del Consumidor de este mes, a través del siguiente link https://revistadelconsumidor.profeco.gob.mx/media/revistas/sumario/su mario_cuida_tu_dinero_2025_10_nrrbF3Va.pdf
AM.MX/fm