TOLUCA.- Hace ocho años, Raymundo Sánchez Martínez enfrentó un giro radical en su vida al perder la vista. Hoy, su historia refleja fuerza, amor y determinación, y se convierte en un testimonio que inspira a muchas personas, justo en el marco del Día del Padre.
Raymundo vive con una atrofia del nervio óptico congénita, pero nunca permitió que esta condición lo detuviera.
“Cuando yo entré a ‘Vemos con el Corazón’, por mi parte sí iba muy enfocado en rehabilitarme, me urgía volver a lucrar, volver a ganar dinero, volver a ser una persona independiente, productiva y poder volver a ser proveedor para mis hijos, porque creo que fue lo que me impulsó para salir de la pérdida de la vista, y pues mi refugio siempre ha sido mi familia”, compartió.
Su hijo Eros, conmovido, expresa su admiración: “Lo amo mucho. Me gustaría seguir compartiendo momentos con él. Si hay que enfrentar una tormenta, que sea juntos”.
A través del apoyo de la institución “Vemos con el Corazón”, certificada por la Junta de Asistencia Privada del Estado de México (JAPEM), Raymundo ha transformado su vida. En este espacio, ha participado en talleres de rehabilitación, cocina, música, lectura, computación y terapia ocupacional, además de recibir apoyo psicológico.
Además, la JAPEM ha fortalecido la labor de esta institución con asesorías gratuitas, capacitación especializada y apoyo en recaudación de fondos, lo que ha permitido ampliar su impacto social.
Raymundo Sánchez Martínez aprendió braille, impartió clases en una escuela particular y hoy complementa sus ingresos vendiendo dulces en las calles de Toluca. También recibe el apoyo del programa Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad.
La historia de Raymundo no solo honra la figura paterna, sino que también visibiliza la importancia de apoyar a quienes enfrentan la vida con valentía y determinación.
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