MONTERREY, NUEVO LEÓN.- El pasado 16 de diciembre, el Consejo Estatal Electoral de Nuevo León aprobó, por unanimidad, la convocatoria para realizar un plebiscito que permita a los ciudadanos de la entidad votar sobre si desean que el estado se convierta en un país independiente. La pregunta sería: «¿Estarías de acuerdo que el estado de Nuevo León fuera un país independiente?»
Esta iniciativa no surge de la nada. El 20 de noviembre de 2024, Gilberto Lozano, un conocido empresario y activista mexicano, presentó una petición formal ante el Consejo Estatal Electoral. Lozano, quien ha sido una figura destacada en movimientos como el Congreso Nacional Ciudadano (CONACI) y el Frente Nacional Anti-AMLO (FRENAA), expresó su descontento con la situación política y social del país. Según él, el cambio radical que ha sufrido el Pacto Federal entre los estados de la República Mexicana y el gobierno federal ha llevado a la necesidad de considerar la independencia de Nuevo León.
El activista considera que la región ha sufrido un deterioro en sus derechos y libertades bajo el actual gobierno y que, si se separan de México, podrían establecer un modelo de gobierno más alineado con sus intereses locales.
La consulta popular para determinar la independencia de Nuevo León no será un evento inmediato. El Consejo Estatal Electoral aprobó que esta consulta se realice el primer domingo de agosto de 2026, en donde los ciudadanos podrán votar por la independencia de su estado. Sin embargo, este es solo el primer paso. El proceso incluirá la obtención de firmas de apoyo, las cuales se realizarán electrónicamente a través de la aplicación móvil del Instituto Nacional Electoral (INE).
Aunque la consulta es un paso importante, la viabilidad de la independencia de Nuevo León sigue siendo una cuestión abierta, ya que dependerá no solo del apoyo popular dentro del estado, sino también de la respuesta del gobierno federal y de la comunidad internacional.
Si bien la idea de la independencia de Nuevo León genera mucho debate, es importante considerar las repercusiones que esto tendría no solo a nivel nacional, sino también a nivel internacional. La separación de un estado de la República Mexicana requeriría una serie de cambios legales, constitucionales y diplomáticos que no serían fáciles de implementar.
A nivel local, la independencia podría significar mayores oportunidades de autogobernarse y tomar decisiones económicas y políticas sin la intervención del gobierno central. Sin embargo, también traería consigo desafíos significativos, como la creación de un sistema fiscal independiente, la negociación de acuerdos comerciales y la determinación de su lugar en el escenario internacional.
AM.MX/fm