Por José Cruz Delgado
*Es tiempo de la salida de Alfredo Ramírez.
*Inseguridad ahuyenta inversionistas.
*Señor gobernador, si quiere a su estado pida licencia.
*Por dignidad, abandone el cargo.
*Ridículo de la Guardia Civil.
Lo que está sucediendo en Michoacán con el tema de la inseguridad tiene prendidos los focos rojos y hay alerta general entre la población. Lo sucedido lunes en Zurumútaro, municipio de Pátzcuaro, en donde un joven empresario fue secuestrado a sangre y fuego por un comando armado ha rebasado la ciencia ficción.
Familiares y amigos de otros estados me enviaron mensajes tras conocer un video y preguntaron si era verdad o se trataba de un montaje, lamentablemente, contesté que eso estaba sucediendo, que no se trataba de un país en guerra con otro, que eso estaba sucediendo en Michoacán, en un emblemático municipio conocido internacionalmente por el lago de Pátzcuaro.
La violencia en Michoacán rebasó por mucho al gobernador de la 4T Alfredo Ramírez Bedolla, un personaje insensible, indolente y un fracaso como gobernante. Ramírez Bedolla es un sujeto cuya virtud es el ego y ser ferviente seguidor del Dios Baco. Es un “hombrecito” carente de sensibilidad, le vale madre la inseguridad, tenerlo como gobernador fue la peor maldición que pudo haberme caído al estado de Michoacán.
Anteriormente, un gobernador por menos y por dignidad solicitaba licencia al cargo, pero Alfredo Ramírez Bedolla no sabe que es eso, si lo supiera ya hubiera tirado el cargo. Morena y la 4T sin una pesadilla para las y los michoacanos.
Pátzcuaro, desde hace tiempo se convirtió en un municipio inseguro para el turismo, pero la cereza del pastel la puso el grupo de hombres armados que plagio al joven empresario y que ha desatado enojo e indignación, dejando en evidencia la incapacidad de las “autoridades” para salvaguardar la integridad de las e los michoacanos. Con este triste suceso quedó demostrado la ineficacia de la Guardia Civil y la inexistencia de una estrategia de seguridad.
Como dije, la gente de la región de Pátzcuaro está encabronada por los malos resultados en materia de seguridad tanto con el gobernador como con el alcalde por su poca o nula efectividad.
Comerciantes locales han convocado bloqueos en diversos puntos del municipio, exigiendo la aparición con vida de Tariácuri Hernández y cuestionando el papel del gobierno estatal en la creciente ola de violencia que afecta a Michoacán. Las protestas reflejan el hartazgo de los ciudadanos ante un panorama de inseguridad que parece no tener fin, pese a los constantes discursos de Ramírez Bedolla sobre los “avances” en materia de seguridad.
Este caso se suma a una serie de eventos violentos que han marcado la administración de Alfredo Ramírez Bedolla, evidenciando que sus estrategias de coordinación con la Federación y la Guardia Nacional no han dado resultados tangibles. Mientras el gobernador prioriza su discurso político, las cifras de secuestros, homicidios y extorsiones siguen en aumento, dejando a la población en un estado de vulnerabilidad constante.
Organizaciones sociales y civiles han señalado que este hecho no solo refleja la incapacidad del gobierno para combatir la delincuencia, sino también una alarmante falta de control sobre las propias fuerzas del orden. La comunidad de Pátzcuaro, un enclave fundamental para el turismo en Michoacán, ahora está marcada por el miedo y la indignación.
La administración de Alfredo Ramírez Bedolla enfrenta una crisis de credibilidad y confianza. Cada vez son más las voces que exigen no solo justicia en este caso, sino también un cambio urgente en las políticas de seguridad que devuelvan la tranquilidad a los michoacanos. Sin embargo, la pregunta persiste: ¿actuará el gobernador, o seguirá priorizando su narrativa política sobre la realidad que vive el estado?