lunes, febrero 3, 2025

SILABARIO DE POLÍTICA: El teatro bufo de la Corte, prueba de que el miedo no anda en burro II/II

Moisés EDWIN BARREDA

Al ser abatido el teatro bufo de la Suprema Corte de (in)Justicia cayó el último escollo ilegal opuesto por el remedo de oposición  –los residuos de la oligarquía y asociados, incluidos los intereses extranjeros– para evitar que la Humanidad conociera y reconociera que la República mexicana ya es completamente democrática por disposición de la sociedad participativa y educada que en las pasadas elecciones federales le entregó el poder reformador de la Constitución del país al segundo piso de la Cuarta transformación.

Desde luego ese teatro tuvo claque, en la que figuran dos editores de sendas revistas siempre retretes para elogiar y/o servir al régimen de la oligarquía a cambio de muchas decenas de millones de pesos. En una de ellas un aspirante –al parecer– a tinterillo da receta para desechar la reforma judicial, con argumentos impropios aun de picapleitos de poca monta, rosario de jaladas increíbles y aun risibles.

Entre ellas está que la presidente Sheinbaum se empeñó en “romper las cadenas del constitucionalismo” y “establecer nueva ley suprema, no tiene más límite que su propia voluntad“, y “todos los días” –en las mañaneras del pueblo—“promueve un proceso de erosión de la democracia“.

Ah, pero antes denuncia que la Presidente “desobedeció más de 140 sentencias que ordenan detener la reforma judicial (…) Además pretende usurpar el poder para ser ella el único tribunal capaz de interpretar la Constitución y obligar a todos a obedecer sus decisiones.”

A ese sujeto le pasa de noche que en junio pasado 36 millones de mexicanos que son la sociedad participativa y educada depositaron en su eventual gobierno la capacidad de hacer reformas, adiciones y abrogación a todos los preceptos del Código Político federal, y precisamente la reforma judicial, que nos convirtió en verdadera República democrática, es sólo una de todas las que devolverán a la Constitución el espíritu favorable al pueblo que le imprimieron los revolucionarios radicales que se impusieron a los carranclanes.

La mínima estatura del autor de marras le impidió ver u oír lo relativo al artículo 61 de la Ley de Amparo, ya inscrito en la Constitución para evitar segunda edición del teatro bufo de la Corre. Además chafea como pitoniso, pues en su momento auguró que “al menos un puñado de ministros votará a favor de invalidar la Reforma Judicial.”

Y mucho menos considera que ese precepto fue ideado por el Congreso de la época, engendro de la oligarquía como fueron todos antes de julio del 18, en obvio de eventual traición de su incondicional Suprema Corte de Justicia al proyecto de reformas estructurales.

Tuvimos la fortuna de que fracasó la estrategia con que la ya pobre –sin poder– oligarquía y asociados, los intereses corruptos locales y extranjeros, combaten desde siempre al gobierno del pueblo y sus decisiones porque siempre nos han pensado o visto a los mexicanos como runfla de tontos e ignorantes lerdos.

“EL MIEDO…”

Por otra parte, no es tan descabellado pensar que en esta segunda etapa del gobierno del pueblo por el pueblo y para el pueblo, definición de Lincoln en Gettysburg, el objetivo fundamental del más importante episodio del libreto del teatro de ese tribunal fue frustrar la reforma judicial, pues podría inhabilitarla para seguir protegiendo los intereses nacionales y extranjeros beneficiados por los anteriores gobiernos corruptos y entregados a Washington sobre todo, con concesiones – para extracción de oro y plata las peores– y contratos más que ventajosos para ellos y más que lesivos para la nación,

Tampoco es excesiva audacia el pensar que oponían la cruz a la reforma judicial porque temían –y temen– que a la segunda etapa de la cuarta transformación, gobierno del pueblo, podría serle útil para demandar aquí, allá y acullá reducir la nocividad si no la nulidad de tantos negocios sucios hechos sin consenso popular por los sucesivos gobiernos corruptos de la pridictadura, sobre todo los de miguel de la madrid hasta el del instrumento de carlos salinas de gortari –peña nieto—, los del fatídico periodo neoliberal.

Temen perder su último reducto que es la Suprema Corte de Justicia para defender todos los privilegios, concesiones y contratos leoninos – para México– que obtuvieron pagando ilegalmente cifras astronómicas pero pálidas frente a las fabulosas rentas que así consiguieron.

Lo que los ministros de ese tribunal buscaban realmente con su teatrito fue mantener sus millonarios sueldos y privilegios, y la ganancia adicional que les significa servir a intereses nacionales y extranjeros indecorosos y tan nocivos para todos los mexicanos.

Aprovecho la ocasión para decir que en mi concepto, es inadecuado e injusto escribir que la constitución de 1917 es producto de la Revolución mexicana soslayando que esto se debió al grupo de revolucionarios radicales, varios de ellos comulgantes con las ideas de Ricardo Flores Magón, que le imprimieron las banderas razón de ser de esa convulsión social contrariando así el proyecto de reformas a la Constitución de 1857 elaborado conforme a los intereses de venustiano carranza y a la tercia de sonorenses que encabezaron a los signatarios del Plan de Guadalupe y a la postre serían pie veterano de la oligarquía que nos manipuló hasta julio de 2018.

No se debía olvidar que precisamente los elementos impuestos por el aguerrido grupo encabezado sin acuerdo previo por Francisco José Múgica Velázquez convirtieron a nuestro Código Político en el más avanzado de la época en el mundo, pues comprendía los derechos sociales como garantías constitucionales, derribados sobre todo durante el periodo neoliberal (Final).

Artículos relacionados