jueves, octubre 17, 2024

La complicada elección que creó la C.U.

Adrián García Aguirre / Cdmx

*Difícil decisión de una Comisión de dictaminadores.
*Plan surgido de la tesis de Mauricio de María y Marcial Gutiérrez.
*Tres instituciones dieron el resultado final.
*La primera piedra fue colocada en 1950.

El interés generado en la Escuela Nacional de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México y en su director, el arquitecto Enrique del Moral, propició el desarrollo de un concurso interno para el diseño del anteproyecto de creación de la Ciudad Universitaria al sur del entonces Distrito Federal capitalino.
Los participantes fueron profesores de la misma Escuela, entre quienes estaban Mauricio de María y Marcial Gutiérrez Camarena, los mismos que realizaron la primera tesis al respecto; pero también concursó el mismo Enrique del Moral, quien con el arquitecto Mario Pano fueron seleccionados para concursar en el certamen nacional.
Las propuestas, junto con las realizadas por la Sociedad de Arquitectos, fueron presentadas ante el jurado conformado por el representante del rector de la UNAM y los presidentes del Colegio Nacional de Arquitectos de México y de la Sociedad de Arquitectos Mexicanos.
Ellos se encargaron de dictaminar a favor del proyecto de la escuela universitaria, designándose a Pani y a del Moral como los encargados de la dirección del proyecto final, y así, el jueves 8 de julio de 1948 iniciaron las primeras obras de infraestructura: drenajes, túneles y puentes.
Sin embargo por la escasez de recursos económicos las obras avanzaron lentamente, y como parte de esa tarea, la UNAM decidió constituir el Patronato Universitario, que a su vez creó el organismo denominado “Ciudad Universitaria de México”, y cuya gerencia general quedó a cargo del arquitecto Carlos Lazo.
En 1950 se colocó formalmente la primera piedra de la Ciudad Universitaria, en el edificio que posteriormente sería la Torre de Ciencias, en una ceremonia presidida por el rector Luis Garrido y el secretario de Gobernación, Adolfo Ruiz Cortines.
La labor de todo el equipo encabezado por el arquitecto Lazo brilló por su ejemplar eficiencia, ya que el uso óptimo de los recursos, el orden y una rapidez inusual con la que se trabajó permitió que las obras concluyeran en menos de tres años, incluido diseño del extraordinario estadio olímpico del que participó con sus ideas innovadores el arquitecto Eugenio Peschard.
“En México nunca se había concentrado a tantos arquitectos e ingenieros: más de sesenta proyectistas, doscientos residentes, contratistas y supervisores, y cerca de diez mil obreros trabajaron en esta magna construcción”, recuerda Alberto Ochoa Aguirre, arquitecto independiente experto en avalúos de todo tipo.
“Se determinó -añade- que el conjunto se proyectara para recibir a un máximo de 25 mil alumnos, ya que en ese entonces la UNAM contaba con menos de 15 mil, y de esa manera el 20 de noviembre de 1952 se efectuó la “Dedicación de la Ciudad Universitaria”.
Esa ceremonia estuvo encabezada por el presidente Miguel Alemán Valdés, con la que se inauguró oficialmente la Ciudad Universitaria, iniciándose la mudanza de las escuelas dio comienzo en 1953 coordinada por el doctor Nabor Carrillo.
Así se puso punto final a un hecho histórico, memorable, con el estreno de la gestión de un rector que había tomado posesión en febrero de ese año, para que, en marzo de 1954, dieran inicio las actividades escolares.
A más de siete decenios de su creación, el Campus de la Ciudad Universitaria continúa siendo un ejemplo único de la arquitectura del siglo XX en México, y sin duda el alma mater de generaciones y generaciones de profesionistas que cantan con fervor el Himno Universitario, llenando así de gloria y honrando el lema vasconcelista “Por mi raza hablará el espíritu”-

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