martes, enero 14, 2025

El imperio purhembe y la conquista de la Nueva España

Luis Alberto García / Pátzcuaro, Michoacán

* Purhépechas, contra Tenochtitlán y con los conquistadores.
* Tlaxcaltecas y otros señoríos, aliados de los españoles.
* Los primeros cinco siglos del Mechuacan de Jesús Romero Flores.
* Cristóbal de Olid y Nuño de Guzmán sometieron a Tanganxoán II.
* Tres centurias de historia, parte de un proceso inacabado.

Cuando se hace referencia a la conquista de México, ésta se centra principalmente en los eventos en torno a la caída de Tenochtitlán -capital del imperio mexica-, en el emperador Cuauhtémoc y en quienes resistieron con valentía y resueltamente a las huestes españolas de Hernán Cortés.
Sin embargo, cuando se menciona a los aliados indígenas, siempre figuran los tlaxcaltecas y su resentimiento, simplificando todo el proceso en este evento y sus implicaciones, no menores; pero que no terminan por explicar todo lo que abarca la creación y expansión de la Nueva España.
El profesor Jesús Romero Flores, autor de Michoacán: cinco siglos en su historia (Costa Amic, México, 1976) escribió que, definitivamente, tantos años fueron parte de un proceso inacabado en más de tres centurias, que en algunas regiones más al norte no se consolidó y en otras las rebeliones indígenas siempre debatieron el dominio español de ciertos territorios.
Cristóbal de Olid y Nuño de Guzmán fueron los encargados de someter al cazonci Tanganxoán II Tzintzicha y a sus prosélitos, a quienes llamaban “tarascos”, para consumar así la conquista del antiguo imperio, y de ello existen testimonios en el lienzo de Tlaxcala elaborado por Manuel de Yáñez.
En sus clases de historia de México en la Secundaria 3 de la capital del país, Romero Flores recomendaba a sus discípulos analizar y observar cómo los conquistadores hicieron uso de tropas nativas del occidente, originarias de lo que él llamaba Mechuacan, territorio vecino al oriente de la ciudad imperial.
Otras imágenes relatan la campaña en los territorios purhembes, purhés o pohrés realizada por Guzmán -nacido en Castilla la Vieja en 1490 y muerto en la capital de la Nueva España en 1558-, integrante de la Primera Audiencia y luego un asesino de pueblos que, a sangre y fuego, se impuso sobre ellos por las armas.
Para entender la conquista de México -explicaba a sus alumnos el legislador, escritor y educador- se debe conocer el papel que tuvieron otros señores indígenas y sus gobiernos en todo ese proceso, y que éstos no se reducen solamente a los tlaxcaltecas, sino que hubo una diversidad de aliados que apoyaron la conquista española.
Entre ellos -reiteraba el maestro emérito- se contó con los purhépechas, quienes tuvieron un rol de enorme importancia y, debido a ello, también fueron protagonistas de esa parte de la historia, que culminó en Tlatelolco el 13 de agosto de 1521 con la derrota del emperador Cuauhtémoc.
Asentados en el actual estado de Michoacán, al occidente de México, los purhembes, cuyos orígenes debaten escritores, ensayistas, conferencistas, historiadores, antropólogos físicos y arqueólogos, han opinado que puedan ser de alguna región del mismo Michoacán.
Romero Flores -cuyo nombre lleva la calle donde se ubica el hospital civil “Dr. Gabriel García” de Pátzcuaro, a una cuadra de la Plaza Grande de la población, fue miembro de sociedades científicas, premiado con la medalla Belisario Domínguez por sus aportaciones históricas-, decía que Mechuacan no presentó la formación de un Estado sino hasta finalizar el siglo XIV.
Fue cuando, unificados bajo el mando del linaje del cazonci Uanácaze, se lanzaron a la conquista de la región lacustre de Pátzcuaro, Tzintzuntzan e Ihuatzio, en donde fundaron las principales poblaciones, en lo que Romero Flores llamó “el corazón de su gran señorío”.
Los señores de la dinastía Uanácaze son resultado de la unión de esa rama -que durante un largo periodo se ubicó en Zacapu- con un grupo mayoritario, conocido como chichimecas Uacúsecha, que luego se fraccionó y combatió por el control del lago de Pátzcuaro y tierras aledañas, en lo que hoy se conoce como Meseta Tarasca.
Los Uanácaze, bajo el liderazgo de Tariácuri, fundaron Tzintzuntzan y Pátzcuaro y desde ahí comenzaron el proceso de sometimiento de los adversarios Uacúsecha, provenientes de la mencionada etnia chichimeca, aunque hay teorías diferentes.
Durante esas conquistas tomaron Tzintzuntzan e Ihuatzio, dos poblaciones importantísimas que, a la muerte de Tariácuri, también fueron elevadas al rango de capitales, ya que el señorío lo repartió entre sus sobrinos Hirepan y Tanganxoán I y su hijo Hiquíngari.
Ambos siguieron con las conquistas más allá de la región lacustre, y durante las últimas décadas del siglo XV fue centralizado nuevamente el poder en favor de la descendencia de Tanganxoán I, en su hijo Tzitzipandácuri.
Este cazonci, irecha o rey, trasladó los poderes a Tzintzuntzan y continuó con las conquistas hacia todas las latitudes, reconocido como un gran señor cuyas fronteras se encargó de extender hasta encontrarse con los mexicas al oriente, para que, pronto, las dos grandes entidades guerreras de Mesoamérica se enfrentaran a muerte, en una rivalidad que hizo historia.

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