Francisco Gómez Maza
· Cortés se empantanó en la noche azulada
· Solamente odios, miedos, crisis existenciales
La derecha partidista, la ultraderecha empresarial, el “periodismo” al servicio de la naco-oligarquía andan hechos un ovillo de contradicciones, de odios y miedos, de crisis existenciales ante el fracaso electoral que se les avecina. No saben qué hacer. A falta de un candidato o candidata que hubiera podido enfrentar al más débil de los aspirantes de Morena, acaban de caer en manos del Partido Acción Nacional, obviamente con la venia de Señor X. Y sus voceros andan desatados, como perros sin bozal y sin cadena, atacando al presidente de la república e inventando mentiras para poner en entredicho la verdad en los oídos de quienes los leen o escuchan a través de los medios de propaganda, tanto escritos como electrónicos.
Los opositores cayeron en manos del viejo y desvencijado panismo de Vicente Fox y Felipe Calderón, el porfirista Santiago Creel, y ahora abrigan una esperanza que no es tan esperanzada, en la persona de una mujer que se ufana de ser india, cuando la indiada es despreciada, discriminada, segregada por sus correligionarios del PAN.
Todo sea por posicionar al Frente Amplio por México, una amalgama de muy mala calidad imaginada por derechistas conservadores que se ufanan de analistas y politicólogos pero no se ponen de acuerdo porque carecen de una lúcida y clara “conciencia” (maltrecha, por supuesto) de la lucha oligárquica por apropiarse del poder político de la nación, y sobajar al poder del pueblo que lucha con auténtica conciencia de clase.
Primero, las clases o cuadros “dirigentes” que están a la cabeza del frente opositor pierden miserablemente su tiempo en atacar frontalmente a Morena, cuando este partido triunfó sobre ellos con poco más de 30 millones de electores, que se han multiplicado en los últimos cinco años que, por cierto, fue recordado y celebrado por multitudes tanto en el zócalo de la Ciudad de México como en todas las plazas del país, el pasado sábado primero de julio.
No lo entienden, no lo captan, los analistas y los políticos de la derecha: Sea quien fuere el candidato presidencial de Morena de entre los cuatro que están en la contienda interna del partido, la verdad desnuda, que no necesita demostración alguna, es que el partido del presidente se alzará con la victoria.
La situación panista, y digo panista porque en la realidad, los otros dos partidos – el PRI y el PRD – no tienen ninguna fuerza para enfrentar a nadie; se mantiene en entredicho, especialmente porque no tiene claridad en las reglas para seleccionar al candidato o candidata presidencial.
Por el momento está gozando la idea de que una mujer podría ser su representante. Xóchitl Gálvez, colaboradora de Vicente Fox, durante el primer gobierno panista, sedicente marxista vividora de la derecha. Pero aunque la idea la entusiasma -imagine una india con la banda tricolor al pecho- la señora de las botargas no está muy segura de aceptar la encomienda por las broncas que eso conlleva y particularmente por el machismo de los miembros de las derechas que, en honor a la verdad, no verían con buenos ojos a una mujer representándolos. Acuérdese lo que ocurrió con aquella candidatura del PAN, fracasadísima, de Josefina Vázquez Mota, que los mismos panistas desecharon, en 2012, para apoyar abiertamente al priista Enrique Peña Nieto.
Se han dado muchas muestras, en muy pocos días, de la ínfima fortaleza de este pomposo frente amplio, anunciado por los tres partidos de la oposición, hace unos días, con la bendición del jefe, Señor X. Muchos se han bajado de su participación, principalmente mujeres como Lilly Téllez y Claudia Ruiz Massieu. Téllez tiene muy claras las razones prácticas de su renuncia. Téllez anunció el día 28 de junio, que no participará en el método por el que Va por México seleccionará a su candidato o candidata presidencial, debido a la falta de certidumbre y equidad que prevalecen en el proceso.