Pablo Cabañas Díaz
En el libro “Conociendo al General”, que Graham Greene escribió sobre Panamá y el general Omar Torrijos aparece un personaje de novela: el genial José de Jesús (Chuchú) Martínez, escritor, profesor universitario de filosofía y matemáticas, que a los 42 años de edad decidió hacerse soldado para estar bajo las órdenes directas de Torrijos. Su caso llegó a oídos de Torrijos, que lo tuvo haciendo instrucción durante dos años, hasta que lo convirtió en sargento y lo ascendió a jefe de su escolta personal. “Mi general Torrijos” es el libro central de Martínez, colmado de viajes y datos históricos, crónicas, intrigas y diálogos de Torrijos con cientos de importantes participantes, que se hubieran perdido sin la cercanía partícipe de Chuchú Martínez.
Era poeta, dramaturgo, ensayista, cineasta y profesor universitario. Se había graduado en universidades europeas y tenía dos doctorados. Hablaba seis idiomas –incluyendo latín– y a lo largo de su vida escribió más de 40 libros. En 1974 Chuchú aterrizó con su avioneta en la base militar de Río Hato –en el centro-sur de Panamá, frente al océano Pacífico– y se inscribió como aspirante a la Guardia Nacional. Nicaragüense de nacimiento y panameño por adopción, tenía 45 años. Durante el período de entrenamiento, en la pista sólo hay dos aviones: el del general Torrijos y el del recluta Martínez. Torrijos, aquella mañana de enero de 1974, ante mil reclutas formados en silencio en la plaza de armas de la base de Río de Hato, le dice: – ¡Critíquenos! ¡Critíquenos todo lo que quiera! ¡Pero venga a conocernos! ¡Vamos a ver si aguanta! ¡Vamos a ver si todavía está aquí cuando yo regrese! “Esta agresividad me pareció injusta”, escribió Chuchú. Cuando el general regresa, Chuchú todavía está ahí. Sigue estando varios años más: se convierte en su guardaespaldas, ayudante, asesor, traductor y confidente. Van juntos a Libia y Europa. Chuchú es el traductor oficial. Acude a la ceremonia más trascendente de la historia de Panamá: la firma en Washington de los tratados Torrijos-Carter que permitirán recuperar el Canal en el año 2000.
Escribió una antología de documentos sobre el Canal, que firma como “Cabo y Doctor José de Jesús Martínez”. Participó en delicadas misiones secretas. Vuela a Honduras, Nicaragua y Belice, negocia con insurgentes colombianos y salvadoreños, lleva miles de dólares, traslada armas y líderes guerrilleros. En El Vaticano se entrevistó con el Papa, y Torrijos lo presentó como ministro de Defensa… Chuchú se hace amigo del escritor británico Graham Greene, que viajó varias veces a Panamá porque estaba escribiendo una biografía sobre Torrijos. El libro de Greene termina siendo más una historia del sargento que del general. El 31 de julio de 1981 Torrijos muere, Martínez solicita su retiro de la Guardia Nacional. Le otorgan el grado de teniente para que pueda tener una jubilación digna. Nuevamente se deja crecer la barba, adquiere el aspecto de un Hemingway tropical, vuelve a escribir. Milvia Martínez hija de Chuchú Martínez le expresó al periódico “La Estrella de Panamá”, que a su padre “de chiquita lo vi muy pocas veces. Pero a los 16 años recuerdo estar con una amiga que escribía un trabajo y consultó el libro de Graham Greene donde aparece ‘Chuchú’ y yo le dije, orgullosa, ese es mi papá”. A esa edad lo conocí de verdad. Compartíamos lecturas existencialistas y ‘Chuchú’ respondía mis muchas preguntas”. Por un tiempo Milvia pensó que Chuchú no había sido un buen padre. “Ahora que soy mamá he logrado entenderlo mucho mejor. He experimentado lo difícil que es compaginar ambas vidas, la maternal y la artística. “Nadie me entendió tan bien como él. Y cuando lo leo, siento que sus textos me hablan directamente”. Después de la muerte de su padre, Milvia partió a Chile. “Me llevé ejemplares de todos los libros de ‘Chuchú’. En Chile pasé cuatro años estudiando danza. Después de ese tiempo volvió a Panamá.