Roberto Fuentes Vivar
· ¿Intentan culpar a AMLO de un fracaso ajeno?
· Justicia, balanza, discriminación, inmuebles, Chile
Lo que ocurrió esta semana en torno a Banamex (por razones específicas obvio ahora el prefijo Citi), a las negociaciones entre el gobierno y Grupo México por la expropiación (la llamo así en el sentido de la palabra en los diccionarios y no el político), y a la intervención del presidente Andrés Manuel López Obrador en ambos casos, tiene muchas interpretaciones.
El hecho en concreto es que Citigroup decidió no vender Banamex a Germán Larrea (quien era el principal postor conocido) en un momento en el que 117 kilómetros de vías de Grupo México (propiedad de este empresario, quien tiene alrededor de 12 mil kilómetros de vías férreas) fueron requeridos por el Gobierno Federal por considerarse estratégicas y de utilidad pública.
Los dos elementos del hecho (la venta de Banamex y la utilización de las vías) ocasionaron un sinnúmero de versiones, notas falsas, desmentidos y desde luego elementos de posverdad. (La posverdad es definida por la Real Academia de la Lengua como: “Distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales” y por el diccionario Oxford como “información o afirmación en la que los datos objetivos tienen menos importancia para el público que las opiniones y emociones que suscita”. Incluso puede definirse en sólo dos palabras: “verdad emotiva”.).
Dentro de ese entramado de noticias reales y falsas se han presentado diversas interpretaciones de lo ocurrido (algunas contradictorias y otras suplementarias) que darán pie a muchas investigaciones posteriores y han servido incluso para noticias principales publicadas en diarios capitalinos.
1.- La culpa de AMLO.- Una de las versiones más difundidas (este jueves varios diarios, encabezados por Reforma y El Universal, la publicaron como su información más importante) es que Citigroup se habría asustado por la intromisión del presidente Andrés Manuel López Obrador en el proceso de venta de Banamex (la parte mexicana del grupo financiero estadounidense). Esta versión divulgada por analistas financieros indica que los accionistas globales (y seguramente también los mexicanos) de Citi no estarían de acuerdo con que el gobierno mexicano adquiriera el banco (o la parte en venta de él) como lo propuso el mandatario esta semana al expresar abiertamente que estaría interesado. porque la Cuarta Transformación necesita un banco. Esta versión indicaría que la decisión anunciada por Jane Fraser, presidenta global de Citigroup, fue una respuesta inmediata a esas declaraciones del presidente mexicano. En este sentido hay que recordar que en las elecciones de 2006, 2012 y 2108, los analistas de Banamex hicieron campaña en contra de López Obrador. Pero también hay que señalar que desde hace más de un mes (el 25 de abril) la misma Fraser desde Nueva York dijo que la operación mexicana era más compleja de lo esperado, pues ya en 14 plazas se habían cerrado operaciones estrategia para quedarse con las cuentas de más alto valor, como se pretende hacer en nuestro país. En ese momento, desde luego, Larrea era públicamente en principal postor por Banamex.
2.-Los casos, separados.- El comunicado de Citigroup en ningún momento hace alusión a las conversaciones con Larrea ni mucho menos a las negociaciones de Grupo México por la expropiación del uno por ciento de las vías en poder de ese consorcio, lo que hace suponer que el caso Ferrosur no tuvo nada que ver con la decisión del grupo financiero de suspender la venta (y las negociaciones con Larrea y hasta la posible adquisición de Banamex por parte del gobierno mexicano), sino que fue una medida para beneficiar sus 12.7 millones de clientes en la banca de consumo, a sus seis mil 600 de banca empresarial y a los10 millones inscritos en su Afore. Además de proteger sus activos por un billón 416 mil 659 millones de pesos (10.95 por ciento del total) y también su cartera de crédito, con un portafolio de 595 mil 755 millones de pesos. Además de que obedecería a los intereses de sus accionistas. Si no me equivoco hay más de cinco mil accionistas mexicanos en Banamex, por lo que es probable que Larrea y/o Grupo México se encuentren entre ellos.
3.- Sí hubo relación con Grupo México.- Otra versión señala que la negativa de Citigroup de deshacerse de momento de sus activos mexicanos, sí tuvo relación con lo que estaba sucediendo entre el gobierno mexicano y Grupo México por las vías de Ferrosur. En este sentido circularon (por horas y quizá días) versiones de que Germán Larrea se había desistido de su oferta por Banamex con la tesis de: ¿Para qué comprar un banco si mañana me lo van a expropiar? Esta versión, que no llegó a comprobarse, prácticamente ha sido desmentida porque Banamex en ningún momento ha señalado que fue el empresario mexicano quien se desistió, sino más bien ha aclarado que se trató de una medida unilateral por parte del corporativo estadounidense, con miras a una reestructura de largo plazo en la que se haga una oferta bursátil inicial para deshacerse de algunos nichos de negocios que ya no convienen a su operación financiera global.
4.- El maquiavelismo de Larrea.- Otra interpretación más es que Citigroup no tomó la decisión de manera apresurada ante la posibilidad de que el gobierno mexicano adquiriera Banamex, sino que la había asumido desde antes de que se presentara el caso de la ocupación de las vías de Ferrosur y se la había hecho saber al propio Larrea. De acuerdo con esta versión al registrarse el decreto para utilizar sus vías, el empresario habría unido los dos temas para atestar un golpe (mediático y entre la comunidad financiera internacional) al presidente López Obrador. Hay que recordar que también Larrea fue opositor al actual mandatario en las elecciones de 2006, 2012 y 2018 porque lo consideraba (¿o lo considera aún?) un peligro para México. Por ello habría utilizado a personajes como Fernando Gómez Mont y sus huestes infiltradas en medios y en organismos no gubernamentales para difundir verdades a medias (a través de filtraciones, comunicados a inversionistas y boletines de prensa) que dieran como resultado la tesis de que el presidente habría sido el culpable de la decisión de Citigroup. Si uno analiza la respuesta de los medios, ésta última interpretación no suena descabellada, sobre todo tomando en cuenta que supuestamente habría pedido inicialmente 40 mil millones de pesos como pago indemnizatorio por la expropiación de 117 kilómetros y luego bajó su demanda a nueve mil 500 millones de pesos, cuando él se los compró a Carlos Slim en menos de la décima parte de esa cantidad. El resultado fue que el presidente López Obrador anunció que no se pagará un solo peso por esa ocupación, sino que lo negociable son otras cuestiones que están en la mesa de pláticas.
Tuve la oportunidad de conocer a Larrea (a través de su equipo) hace ya muchos años, cuando apenas comenzaba a forjar su imperio financiero y sé de lo que es capaz.
Por eso en este caso creo en la interpretación que habla sobre el maquiavelismo de este personaje. Es decir que se trató de dos casos separados que él unió para su beneficio y hasta para generar malestar contra el actual gobierno.
Dice el filósofo del metro: Piensa mal y acertarás; piensa peor y a lo mejor.
Tianguis