CIUDAD DE MÉXICO.- La presencia femenina en el blues nacional es magra, por ello la existencia de una compositora-vocalista en su seno siempre será bien recibida. Es el caso de Raquel Esquivel (voz, guitarra), fundadora de Sirena Blues, agrupación gestada en Monterrey, y complementada en la actualidad —la alineación ha sufrido constantes cambios— por Christian Wolf, guitarra; Demex García (ex Trolebús) en batería; e Isaac Batz (bajo).
A pesar de contar con una década de trayectoria, su producción discográfica se reduce a un par de álbumes, siendo el más reciente Al calor de la noche (Denver, 2022).
Se trata de un trabajo que no se apega a los cánones del blues, aunque sí parte de allí para tejer una música en donde ya es advertible una impronta personal.
“Sirena” compone letras y música y su lírica, así como su voz, despliegan sensualidad desde el inicio (“Al calor de la noche”) y ésta se esparce a lo largo de una docena de tracks.
La guitarra de Wolf, con un tono cálido, añade un plus al todo y los invitados (Jorge García Ledesma, de Follaje, en la armónica se hace presente en “Karma”) dan el último toque a un trabajo que rebosa erotismo y noche.
Como es sabido, el blues mexicano no es puro y “Noche de blues” —gran corte—, con ciertos toques de bolero y country es un buen ejemplo. Ese toque campirano se extiende a la contagiosa “¡Qué soledad!” y a “Después del fuego canciones quedan”, mientras en “El fuego” y “Noche” se asoma el jazz, en la última con énfasis en su vertiente gitana.
La banda brilla en la intensa y pasional “Todavía”, una canción que enchina la piel y una pátina de rock asoma en “Rebelde”, composición de Wolf y única en toda la placa que no pertenece a Raquel. Lectores: una vez pongan el oído en Al calor de la noche no podrán desprenderse de él. Sencillamente es adictivo.
AM.MX/fm