Pablo Cabañas Díaz
Alejandro Rojas Pruneda, abogado de Emilio Lozoya Austin, solicitó de nuevo una prórroga al juez y alegó que la Fiscalía General de la República le entregó 8 discos compactos con 46 archivos, 900 fojas, y cuatro videos con un total de 4 horas y 43 minutos en idioma extranjero, mismos que la defensa no ha podido terminar de revisar y que son los datos de prueba que la fiscalía tiene en contra de Lozoya. El juez concedió la prórroga, por lo que la audiencia se realizará el próximo 10 de marzo. El fiscal expresó: “estamos listos y preparados para llegar en este caso hasta las últimas consecuencias, es decir a un juicio oral y lograr las penas de más de 46 años que solicitamos para el señor Emilio Lozoya Austin y de 20 años para la señora Gilda Austin” quien es su madre y tiene 75 años de edad .
Lejos quedan los años en los que Lozoya se movía como pez en el agua en varias empresas españolas y en especial con el dueño de la constructora OHL, Juan Villar Mir y con su yerno Francisco Javier López Madrid con quien tenía importantes negocios en México, a través de una firma ajena a la constructora llamada Infoglobal. De esa compañía salió la transferencia el 8 de junio de 2011 a la cuenta 024088097460 del banco suizo Gonet & Cie que estaba a nombre de la empresa offshore Tochos Holding, establecida en las Islas Vírgenes Británicas, cuya beneficiaria fue su hermana Gilda Susana Lozoya Austin. De Tochos Holding surgió el capital con el que Lozoya compró la casa de Lomas de Bezares, propiedad por la que desembolsó 38 millones de pesos, ese dinero provenía de los sobornos que Odebrecht le había pagado en 2012.
Gracias a las relaciones que tenía Lozoya, Infoglobal logró en 2012 un contrato de vigilancia penitenciaria, y ese mismo año se convirtió en coordinador internacional de la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto. Ese año la vida le sonreía. Sería director de Petróleos Mexicanos en 2013, y consejero de Infoglobal entre el 2 de agosto de 2011 y el 29 de agosto de 2012, siendo a su vez miembro del consejo de OHL, en pocas palabras se había convertido en una especie de rey Midas. El contrato de vigilancia debía reportarle 60 millones de euros a la filial mexicana de Infoglobal, e incluso elevar a 200 millones de euros, las expectativas de ganancias de la empresa eran muy prometedoras, pero todo acabó en un fracaso.
La empresa quebró, dejando muy molestos a los inversores que habían creído en la palabra de López Madrid y en Lozoya. Los inversionistas perdieron siete millones de euros que habían aportado, a diferencia del yerno de Villar Mir, que sólo invirtió su relación con Lozoya. López Madrid y Lozoya tienen cuentas pendientes con importantes financieros, que en su momento se sintieron no sólo robados, sino humillados. Cuando el negocio se deshizo se vendió la compañía, liquidando el contrato con Infoglobal, de la que se vendió el 30% de su participación accionaria a los mismos inversores. Estos presentaron después una querella por presunta estafa y falseamiento de cuentas contra López Madrid. Lozoya y López Madrid eran en ese momento “intocables” y abusaron de su poder. Hoy, enfrentan no sólo en los tribunales sino en su vida una condición muy distinta a la del poder y el éxito social.