Rajak B. Kadjieff / Dohan, Qatar
*El dueño de la Copa del Mundo responde a críticas.
*”The Guardian” y otros medios lanzaron recriminaciones.
*La FIFA no reconoció ninguna prueba de corrupción.
“Únicamente contempló “comportamientos dudosos”.
“Los puntuales reclamos de Toni Kroos, astro alemán.
El pequeño tamaño del país de 2.4 millones de habitantes -vecino de los Emiratos Árabes UnIdos, Kuwait, Omán y Bahrein, todos con opulentos recursos petroleros- fue criticado por la ausencia de grandes estadios y su escasa tradición deportiva, sumada al fortísimo calor de su verano.
Debido a esos y otros factores concentró las críticas previas al desarrollo de un evento deportivo de las dimensiones del XXI Campeonato Mundial de Futbol FIFA Qatar 2022.
En torno a la discutida nominación de la nación árabe hubo acusaciones de corrupción en la prensa británica –destacadamente de The Sunday Times, The Guardian y BBC- antes incluso del escrutinio efectuado en Suiza en 2010
La Cámara de Instrucción del Comité de Ética de la Federación Internacional de Futbol (FIFA), dirigida por el ex fiscal estadunidense Michael Garcia, inició en agosto de 2012 una investigación sobre el proceso de atribución de sede de los encuentros mundiales de 2018 a Rusia) y de 2022 a Qatar.
En noviembre de 2014, tras la entrega del informe de la investigación, Hans-Joachim Eckert, presidente de la Cámara de Enjuiciamiento del Comité de Ética, no reconoció ninguna prueba de corrupción, contemplando únicamente “comportamientos dudosos”.
Descontento con esa presentación “errónea e incompleta” del asunto, Garcia presentó su renuncia al cargo que desempeñaba, luego de que se presentara una denuncia a finales de 2014 ante la justicia suiza, que investigó desde mayo de 2015 por “lavado de dinero y gestión desleal”.
Si bien Qatar centró la atención, el Campeonato Mundial de 2018 en Rusia y el de 2010 en Sudáfrica, también se vieron manchados por sospechas de corrupción, de modo que Suiza tuvo que cerrar el caso en abril de 2020, debido a una prescripción sobre un proceso sobre la atribución de sede mundialista de 2006 a Alemania.
De manera paralela, la justicia francesa investigó por “corrupción activa y pasiva” una comida que tuvo lugar el 23 de noviembre de 2010 entre Nicolas Sarkozy, entonces presidente de la República Francesa, con dos altos dirigentes qataríes y con Michel Platini, entonces presidente de la Unión Europea de Futbol (UEFA).
Con temperaturas que rondan los 50 grados centígrados en el corazón del verano qatarí, la organización de la mayor actividad futbolística internacional del mundo en los meses de junio y julio pareció poco conveniente.
Desde muy pronto, tras la elección de la sede hubo voces importantes, como la de Platini, que hablaba de celebrar el evento en el otoño o invierno local, a tal grado que Joseph Blatter, entonces presidente de la FIFA, se fue alineando progresivamente con esa postura.
La cuestión del cambio de fechas provocó fuertes tensiones con las ligas europeas, de modo que Comité Ejecutivo de la FIFA tomó su decisión en 2015: el Mundial de Qatar-2022 tendría lugar del 22 de noviembre al 18 de diciembre.
En septiembre de 2013, el diario británico The Guardian publicó y reveló un impactante y documentado expediente sobre las condiciones de trabajo en las obras de construcción en Qatar, hablando de una “explotación” de los trabajadores migrantes que “se parece a la esclavitud moderna”.
La FIFA instó a Qatar a reaccionar, hasta que los jefes del emirato se comprometieron a abolir la “Kafala”, el sistema de padrinazgo local que hace que los asalariados sean completamente dependientes de su empleador.
Qatar introdujo además en 2020 un salario mínimo de 1,30 dólares la hora, al tiempo en que los emires subrayan que habían realizado más avances al respecto que cualquier otro país de la zona.
Desde 2015, varios medios y organizaciones defensoras de los derechos humanos de los migrantes denunciaron también un número importante de muertos en las obras de construcción en el país.
Dos días del sorteo de la fase final del Mundial de 2022, que tiene lugar en Doha, el sindicato internacional de trabajadores de la madera y la construcción (IBB) reclam un “Centro de Trabajadores Migrantes” para que las reformas obtenidas en Qatar sean duraderas una vez que terminen las actividades mundialistas
Por otro lado, varias selecciones nacionales –entre ellas las de Noruega, Bélgica, Holanda y Alemania- realizaron gestos simbólicos de protesta durante sus partidos de las eliminatorias al Mundial.
De la cuestión de los derechos humanos en un país que contempla en su legislación la pena de muerte a la penalización de la homosexualidad, pasando por el sistema de tutela para las mujeres: las críticas de los futbolistas occidentales se sucedieron a medida que el evento se aproximaba.
En marzo de 2021, el internacional alemán y uno de los grandes futbolistas del Real Madrid, Toni Kroos, resumió así sus sentimientos sobre el caso:
“La elección del Campeonato Mundial de 2022 para Qatar no fue algo bueno y la primera razón son las condiciones de los trabajadores y, luego, que la homosexualidad esté penalizada y castigada, en un país que presume de su modernidad; pero con ideas medievales que no corresponden a la era que hoy vivimos”.