jueves, marzo 28, 2024

OTRAS INQUISICIONES: “Giro a la izquierda”

Pablo Cabañas Díaz
El contexto social, económico y político en que emergieron los gobiernos de izquierda es completamente diferente al que primaba en décadas previas.  Éste auge de la izquierda se caracterizó en América Latina, por tres rasgos: el profundo empobrecimiento de las sociedades debido a la implementación de las políticas neoliberales,  el creciente malestar ante la corrupción e incapacidad de las élites  y por la crisis de representación política. Durante los años noventa del siglo XX, la estructura socio-económica se modificó drásticamente: el grueso de trabajadores formales se redujo en la región. Las  identidades sociales y políticas ancladas en el mundo del trabajo operaron una reconfiguración y nuevos sujetos sociales emergieron –los excluidos del sistema- con nuevas demandas sociales. La politización y ampliación de las esferas públicas a través del surgimiento de poderosos movimientos sociales –indígena, campesinos, derechos humanos, minorías sexuales- actuaron como verdaderos baluartes de resistencia al neoliberalismo  y lo pudieron contener por varios años.
Entre 1998 y 2011 fueron favorecidos por el voto popular 12 presidentes de izquierda de los 18 países de América Latina: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. Este fue un logro de proporciones históricas para una izquierda que durante los 50 años anteriores solo había ganado una elección presidencial: la de Chile en 1970, que además desembocó en el golpe de Estado contra Allende (1973) y en la larga dictadura de Pinochet (1974-1990).
El análisis comparativo puede ayudar a establecer ciertos marcos para nuestras expectativas. Honduras, Paraguay, Uruguay, Argentina, Brasil, Ecuador, Venezuela, Bolivia, Chile, Perú, El Salvador y Nicaragua han tenido gobiernos que decían ser progresistas. Cada uno de esos gobiernos aplicaba una estrategia de lo que se podría denominar de “giro a la izquierda .” Cada uno de los gobiernos, incluyendo las expresiones más radicales de Chávez, Morales y Correa, gobernaba de manera conjunta con sectores importantes de las oligarquías, burguesías nacionales y grupos de capital
Hoy, solo cuatro de los 12 países tienen hoy un presidente que se autodefine como de izquierda (Bolivia, Nicaragua, Uruguay y Venezuela), En Brasil, Jair Bolsonaro, capitán del Ejército  gana la elección del 2018, señalando que “a través del voto no va a cambiar nada en su país. Solo va a cambiar, dice Bolsonaro haciendo el trabajo que el régimen militar no hizo: matando a 30 mil activistas.
 En Argentina, los Kirchner lograron recuperar mucho de lo perdido con la debacle económica de Menem/ De la Rúa (1998-2002), pero en 2015 perdieron las elecciones. Cristina Kirchner se encuentra acusada  en la causa conocida como la “Ruta del Dinero K”. En este expediente Lázaro Báez, ex socio comercial de los Kirchner se encuentra detenido y acusado de haber lavado 60 millones de dólares.
En Uruguay los indicadores sociales llevan diez años de mejora sostenida y la izquierda  sigue en el poder con el presidente Tabaré  Vázquez y el Frente Amplio de Uruguay, representa una izquierda inspirada en los ideales universales del socialismo democrático, alejado de deformaciones autoritarias o caudillistas, y consciente de que, en el actual sistema internacional unipolar, es indispensable avanzar en forma reformista y gradual, combinando las presiones sociales con la permanente disposición a negociar.
En Bolivia la izquierda redujo la pobreza a la mitad después de cinco siglos devolvió la dignidad a los indígenas. Las cifras muestran que en América del Sur los gobiernos de izquierda en efecto lograron avances sustanciales en materia de pobreza, de empleo y de ampliación de la llamada clase media que ganan entre 10 y 50 dólares al día.
La  democracia representativa para la izquierda cobró vigencia como vía de acceso al poder y la transformación social, aunque reconociendo que la política no se agota en su componente electoral. Las nuevas izquierdas tiene otros espacios de participación y movilización  a través de la democracia, participativa, deliberativa, comunitaria, que se traducen en las nuevas Cartas Magnas en países  como se observa en  Bolivia, Ecuador y Venezuela . El ciclo de victorias electorales de la izquierda comienza con la llamada ´media década perdida´ (entre los años 1998 y 2003), con lo cual puede argumentarse que más que votar por programas de izquierda el electorado votó por cambios de Gobierno”. La victoria electoral de la izquierda responde más a las posturas antipartidocracias que ofrecen los nuevos líderes que a sus posiciones ideológicas. No es casual que en las ofertas de campañas electorales y discursos de varios candidatos, luego electos como Presidentes, los organismos internacionales de crédito y las élites políticas tradicionales se hayan establecido como los adversarios políticos por excelencia . La relación que entablaron las diversas formas de acción colectiva – especialmente los movimientos sociales- con los gobiernos progresistas y los partidos políticos o coaliciones que sostuvieron a esos gobiernos mostró una multiplicidad de tensiones  que a medida que avanzaban los procesos de cambio  se enfilaban  a su derrota electoral.

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