Pablo Cabañas Díaz
Al realizar un balance previo del Sexto Informe de Gobierno, el presidente Enrique Peña Nieto expresó en un mensaje sobre el caso Ayotzinapa transmitido en radio y televisión que los 43 normalistas Normal Rural de Ayotzinapa “fueron incinerados por un grupo criminal”. Da la impresión que el presidente busca que su “verdad” se haga presente. Peña Nieto justifica su ejercicio del poder como lo hizo en su momento, Gustavo Díaz Ordaz quien expresó : ” Sé y los mexicanos saben que en mi actuación ha habido aciertos y errores, pero que mis errores han sido involuntarios, que todo lo que he hecho, lo he hecho tratando de servir lo más eficazmente posible a México”.
¿Qué fue lo que aconteció en Ayotzinapa?. En pocas palabras, hubo una desaparición forzada ese 26 de septiembre de 2014, hecho que ahora busca eludir el titular del poder ejecutivo federal. Desde 2012, México ha estado presente en las noticias internacionales por escándalos mayúsculos derivados de violaciones de derechos humanos encubiertos desde las más altas esferas del poder. El titular del poder ejecutivo omite en las entrevistas a modo que le han hecho que a partir de septiembre de 2014, lo que parecía ser una historia de éxito de una tecnocracia que había logrado completar el ciclo neoliberal, se convirtió en un relato de horror, incompetencia y abierto desafío a la mayoría de la población .
El legado de Peña Nieto no es otro que el de una crisis política y moral más grave que la sufrida en 1994-95, cuando coincidieron el zapatismo, la lucha por la democracia electoral, varios magnicidios políticos y una crisis económica estructural. México vivió de 2012 a 2018, las llamadas reformas estructurales que protegieron los intereses de grupos de poder públicos y privados que a través de la corrupción, el despojo y el robo se apropiaron de bienes nacionales. En términos económicos, lo único que se ha logrado es un prolongado estancamiento y un agravamiento de la desigualdad y la pobreza; en términos políticos, el PRI fue derrotado en las urnas y su gobierno termina el más profundo descrédito.
La crisis es multidimensional: económica, política, moral y social, en todos los frentes y atravesando complejos momentos de definición. La pregunta sobre el paradero de los normalistas ha impulsado la búsqueda imparable de familiares y amigos. La ausencia de los cuerpos, como prueba de realidad, sea cual sea, no remite al olvido como lo intenta hacer Peña Nieto desde 2015. El gobierno priista en voz de su jefe intenta borrar a toda costa la existencia de un país que vive el dolor de no saber que sucedió con los 43 normalistas. El compromios de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados es con las víctimas por lo que se efectuó un conteo a la memoria de los 43 estudiantes desaparecidos en la sesión constitutiva de la LXIV Legislatura de la Cámara de Diputados. Los legisladores contaron del 1 al 43 en la apertura de la sesión y al final exclamaron “¡Justicia!” ante desaparición forzada de los normalistas en Iguala, Guerrero.