CDMX.- Cada 23 de enero se conmemora el día luctuoso por la muerte de Nahui Olin, quien hace muchos años la mujer que trajo la libertad femenina a México, la pionera de la minifalda en una conservadora sociedad y la artista que se desnudo ante una cámara para mostrarle al mundo el poder, detalle y magnificencia del cuerpo femenino.
Del 15 de junio al 9 de septiembre de 2018, el Museo Nacional del Arte (MUNAL) presentó una exhibición sobre la vida y arte de esta mujer. La exposición revelaba el genio creativo de una de las artistas más apasionadas y versátiles de la época de los 20 en México, una mujer que con su mirada cautivo al mundo por el color de sus seductores ojos verdes.
Su arte en el MUNAL se componía de más de 250 obras entre pintura, impresos, dibujos, caricaturas y fotografías con la obra llamada: La mirada infinita.
Nahui nació en 1893 en un barrio de Tacubaya en la Ciudad de México. Su verdadero nombre era Carmen Mondragón. Fue hija de Manuel Mondragón, ingeniero de armas y perteneció a una familia acaudalada del Porfiriato, por lo que la época la obligaba a ser conservadora, educada y reservada.
Pero Carmen dedicó parte de su vida a romper con los estereotipos de su sexo y se convirtió en una de las mujeres más controvertidas de la primera mitad del Siglo XX en México. Fue protagonista de escándalos y la pionera en usar minifalda en este país.
Muchos hombres la señalaron y criticaron pero la mayoría de las mujeres la amaron y apoyaron, otras incluso siguieron su ejemplo y adoptaron sus modas.
Fue en 1921 que se enamoró carnalmente de Gerardo Murillo, mejor conocido como el Doctor Atl. Fue él quien la hizo renacer con el nombre de Nahui Olin, un hombre celoso que intentó aprenderla para él pero Carmen lo desafió posando libremente desnuda para el exitoso fotógrafo Edward Weston.
Tuvo varios amantes, amores y maridos. Entre sus amistades había influencias de rebeldía y erotismo por todos lados. Nahui solía reunirse con Tina Modoti, Antonieta Rivas Mercado, David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera, Clemente Orozco y Frida Khalo, en el famoso círculo de la costura, grupos donde las mujeres buenas y de alcurnia aprendían de este hábito, pero en realidad se trataba de las reuniones lésbicas más famosas de México.
Su familia la rechazó por ser una mujer erótica, pasional, sin moral, ni ética, libertina, impulsiva y anti religiosa.
Por eso, su arte es inigualable y muy significativo para México pues ella fue una mujer que poseía una agilidad mental brillante y estaba muy adelantada a su tiempo. Ella misma dijo “La vida no fue hecha para mí. soy una llama que se devora a sí misma“.
Su vida terminó en 1978 pasando de ser una joya femenina sensual y cautivadora a una mujer irreconocible en su forma y cuerpo. Lo que nunca perdió fue la perdurez de su mirada cautivadora.
Bellas Artes le otorgó una modesta beca reconociéndola como una artista plena y con eso terminó sus días. Aquella mujer rodeada de pasión, erotismo, sensualidad, mujeres, hombres y amores fugaces terminó completamente sola hundiéndose en la pobreza hasta el día de su muerte, siendo hasta el final de sus días una mujer que vivió como Nahui Olin y murió como Carmen Mondragón.
AM.MX/vgs