sábado, septiembre 7, 2024

LA COSTUMBRE DEL PODER: La imaginación al poder

Gregorio Ortega Molina

*Si AMLO y el Congreso de la Unión tejen fino para reformar la ley, todo puede revertirse de no encabezar la regeneración nacional con una nueva Constitución que amarre voluntades, unifique criterios y garantice una patria común

Declara AMLO, feliz, que su Movimiento de Regeneración Nacional es un fenómeno político mundial. Sí, causa admiración, provoca perplejidad, suscita inquietudes en EEUU, porque compartimos tres mil kilómetros de frontera y somos su eje de seguridad regional e interna frente a la migración ilegal y legal, el narcotráfico y el terrorismo.

     Me pregunto si es único y cómo se construyó. Le echaron imaginación, porque tiene analogías -en su camino a la cúspide- con el Movimiento Popular de Salvador Allende, quien llegó al cuarto intento, mientras que el señor López Obrador lo logró al tercero; en cuanto al perfil socio-económico del mayor número de electores que le obsequia la silla del águila, me recuerda la sorpresa que causó el descubrimiento de saber quiénes y cómo conformaron el movimiento TUPAMARO, todos universitarios, profesionistas, clase media. La inteligencia rechaza el autoritarismo, reclama la imaginación en el ejercicio del poder, salvo que acá se hace por la vía democrática y electoral.

     Pienso que el futuro gobierno cabalgará entre ese Movimiento Popular chileno y el Pacto de la Moncloa, aunque su éxito exige audacia y profundizar. No puede ni debe haber Ley de la Memoria. El pasado inmediato tendrá que resolverse con el castigo, porque no implica sangre; necesita México justicia por encima de la ley: cero corrupción, impunidad y violación a los derechos humanos.

     Los 50 puntos de los Lineamientos Generales Para el Combate a la Corrupción tienen más de vacilada que de código de ética o un prontuario de buenas costumbres político-administrativas, en fea copia del Manual de Carreño. Sin sanción con cárcel no hay sanación social posible, se dificultará la gobernabilidad.

     En cuanto a la Reforma del Estado, me topo, el sábado 14 de julio, con el texto de Porfirio Muñoz Ledo para El Universal, donde refiere la necesidad de crear un Congreso Constituyente, porque urge, para que el país deje atrás rencores y envidias y encuentre el camino de la reconciliación nacional y la reconstrucción de las instituciones, una nueva Carta Constitucional.

     Meter en cintura a políticos y empresarios que en armoniosa connivencia vivieron encantados en el latrocinio, la corrupción, la impunidad y la impudicia, no es tarea fácil, requiere pulso, pero más imaginación para exhibirlos y facilitarse el camino para que ellos mismos exhiban sus vergüenzas civiles y cívicas. Imposible dejar que se vayan de rositas.

     Si AMLO y el Congreso de la Unión tejen fino para reformar la ley, todo puede revertirse de no encabezar la regeneración nacional con una nueva Constitución que amarre voluntades, unifique criterios y garantice una patria común, por encima de la globalización y los compromisos adquiridos con el Imperio.

     Sí, la imaginación al poder, pronto empezaremos a constatar si les alcanza.

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