sábado, abril 20, 2024

LA COSTUMBRE DEL PODER: Democracia está Nepantla IV/V

Gregorio Ortega Molina

*Es posible que Mario Vargas Llosa diese en el clavo con su definición del modelo de gobierno en México, dicha de viva voz y por primera vez cuando vino a presentar El pez en el agua. La curva de la <<accidentalidad>> “urangiana” que determina la no conclusión de la Revolución mexicana, se convierte en 100 años de una dictadura perfecta

La <<accidentalidad>> que según Emilio Uranga determina el ser del mexicano, también puede detectarse en la literatura de Estados Unidos, mucho antes de que llegáramos a la fatalidad de la Revolución inconclusa.

     Herman Melville describe puntualmente lo que es una ballena franca, y en una terrible reflexión -para nuestro destino como República- en Moby Dick el cristiano escritor anotó: “Pero si la doctrina del pez sujeto es aplicable de modo bastante general, la doctrina afín del pez sujeto lo es con mayor amplitud. Se aplica de modo internacional y universal.

     “¿Qué era América en 1492 sino un pez libre, en que Colón clavó el estandarte español poniéndole el arpón de marcado para sus reales señor y señora? ¿Qué fue Polonia para el Zar? ¿Qué, Grecia para los turcos? ¿Qué, India para Inglaterra? ¿Qué será al fin México para los Estados Unidos? Todos, peces libres”.

     Así las cosas, ¿cómo llevar a conclusión una revolución que, como todas, aspira a modificaciones radicales en los ámbitos interno y externo de la vida de una República? Imposible afectar los intereses extranjeros con mayor poder que el del Estado nacional. Tal como está diseñado y desarrollado el poder económico de las empresas estadounidenses, convertidas en transnacionales, la <<accidentalidad>> adquiere la constancia de una norma.

     Aquí, adiós al determinismo histórico, al destino y la predestinación. Se impone la alteridad por la voluntad del otro a manera de un accidente eterno. “El mejor testimonio de que las divergencias entre el gobierno de Estados Unidos y su embajador Henry Wilson no eran de principio, es el carácter agresivo que la política del imperialismo yanqui siguió teniendo respecto a México. Y una de las pruebas más elocuentes de semejante política agresiva fue la participación que los imperialistas de los Estados Unidos tuvieron en el golpe de Estado contrarrevolucionario ocurrido en México del 9 al 18 de febrero de 1913”, sostienen M. S. Alperovich y B. T. Rudenko en La Revolución mexicana de 1910-1917 y la política de los Estados Unidos.

     ¿<<Accidentalidad>>? Usted, lector, determine la línea de tiempo del accidente petrolero, que a 100 años de distancia permanece inconcluso, como la Revolución, según la teoría de Emilio Uranga.

     Rudenko y Alperovich rescatan para su ensayo lo siguiente: “El 19 de enero de 1916, Lansing envió el siguiente telegrama a Silliman, representante especial de los Estados Unidos en México:

     El departamento de Estado ha sido informado acerca de que el gobierno de facto se propone expedir un decreto respecto a la nacionalización del petróleo, decreto que, si los informes son fidedignos, afectaría seriamente los intereses de muchos ciudadanos norteamericanos y demás extranjeros que hasta hoy se han venido dedicando a la extracción y venta del petróleo en México. Explique al general Carranza, en términos bastante claros, el peligro que entrañaría la promulgación de un decreto de esa naturaleza; ruéguele que se aplace la decisión final hasta que el Departamento de Estado estudie el texto del decreto. Transmítanos el texto del mismo por telégrafo.

     Siempre nunca el accidente es lineal. La gráfica, la estadística de la <<accidentalidad>> en México sobre el petróleo tiene una prolongación de 100 años, y amenaza con convertirse en normalidad una vez concluidas las rondas que hacen que la no conclusión de la Revolución mexicana deje de ser una hipótesis, para convertirse en aviso claro de que lo que se requiere para administrar lo que ya no fue, deben crearse las instituciones de gobierno que lo permitan, porque el presidencialismo fue diseñado y enriquecido para guiar los éxitos de una Revolución que, a la postre, no fue.

     Es posible que Mario Vargas Llosa diese en el clavo con su definición del modelo de gobierno en México, dicha de viva voz y por primera vez cuando vino a presentar El pez en el agua. La <<accidentalidad>> “urangiana” que determina la no conclusión de la Revolución mexicana, se convierte en 100 años de una dictadura perfecta, en nuestra propia fiesta del chivo con relevos sexenales, para ocultar detrás del espejo lo que no fue.

     Mañana, el desmantelamiento de lo que pudo haber sido un proyecto de nación original.

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