viernes, abril 19, 2024

Fallece Rius

CIUDAD DE MÉXICO, 8 de agosto (AlmomentoMX).-  El caricaturista, escritor y activista del vegetarianismo y defensa del ambiente, Eduardo del Río, mejor conocido como Rius, falleció la madrugada de este martes a la edad de 83 años en su casa en Tepoztlán. La noticia fue confirmada por el gobernador de Morelos, Graco Ramírez a través de su cuenta de twitter.

Eduardo del Río, nacido en Zamora, Michoacán, fue un referente para varias generaciones, no sólo por sus publicaciones en medios impresos, si no por sus historietas como “Los Agachados” y “Los Supermachos”, algunos de cuyos personajes incluso fueron llevados al cine.

También fue un crítico del autoritarismo, sus obras se consideran peculiares porque combinaban de forma pedagógica el texto y las caricaturas.

Eduardo del Río es autor de “Marx para principiantes”, “Hitler para masoquistas”, “La Biblia, esa linda tontería”, “La panza es primero”, “Manual del perfecto ateo”, “El mito guadalupano”, entre otros.

De formación autodidacta, empieza a publicar sus primeras caricaturas en 1955 en la revista “Ja-Já”. Desde entonces, ha colaborado en casi todas las revistas importantes de México, como Proceso, Siempre!, Sucesos o Política; en periódicos tanto derechistas como de izquierda: Proceso, El Universal, Ovaciones, La Prensa o La Jornada. Ha creado revistas de humor político y blanco: La Gallina, Marca Diablo, La Garrapata, El Chahuistle y El Chamuco Y Los Hijos Del Averno.

Wikipedia señala que uno de sus mayores éxitos fue la historieta Los Supermachos, con la cual empezó a acercarse al pueblo, combinando el humor y la política. El éxito fue inusitado, alcanzándose un tiraje semanal de 250 mil ejemplares. El editor de la revista, presionado por el gobierno, le quitó los personajes a Rius, quien se vio obligado a fundar un nuevo cómic: Los Agachados.

Los Agachados son la clave para entender la gran producción editorial de Rius. En esta revista Rius abordó, de 1968 a 1981, todos los temas imaginables: política, religión, sexo, música, fútbol, economía, filosofía, historia, ecología, vegetarianismo y naturismo, física, etc. Con esto, formó una fuente de material importante, el cual recurrentemente utiliza, revisándolo y corrigiéndolo, para hacer sus libros. Se puede afirmar que el 20% del material utilizado en los libros de Rius se publicó previamente en Los Agachados o tuvo su origen basándose en algún ejemplar del mismo.

Máximo exponente de lo que podría considerarse como historieta de corte costumbrista, los libros de Rius son característicos por ser escritos de manera informal, ilustrados con sus propias caricaturas y recortes de obras artísticas de otros autores, muchas veces intervenidas. Utiliza un lenguaje sencillo y coloquial para acercar el tema a los lectores no versados en el mismo. Su estilo es irreverente e incisivo, llegando a lo soez. Ha publicado libros con temáticas de diferente índole, como son historia, filosofía, religión, y medicina popular con propósitos de divulgación.

Sus ilustraciones aparecen realizadas con un trazo ágil y espontáneo, de ejecución rápida y directa, quizás a consecuencia de la velocidad a que se vio obligado a realizar su tarea (él mismo se refería a su trabajo como «horrorosos monos»), pero que dotó a sus historietas de una frescura característica. Su grafismo se sitúa dentro de la línea realista, perfilando a sus personajes a partir del menor número posible de recursos, permitiendo al lector reconocer inmediatamente al político cacique y al honrado trabajador. Los fondos de las viñetas están resueltos a través de líneas sencillas.

Sus ideas fueron siempre de contenido izquierdista. Durante la Guerra Fría fue un entusiasta apologista del comunismo y el bloque soviético. Rius fue un fuerte crítico del sistema político mexicano y sus instituciones (Su majestad el PRI, Los Panuchos, Desde los cristeros hasta Fox), del consumismo (La droga que refresca), del imperialismo (Vera Historia del Tío Sam, La interminable conquista de México) y del combate contra la religión en general, particulamente contra el Catolicismo (Manual del perfecto ateo, El mito guadalupano, El supermercado de sectas).

Rius se declaró abiertamente ateo, pero al mismo tiempo destaca el ser ateo pero “cristiano”, probablemente refiriéndose a la cierta admiración que siente por la filosofía cristiana; en sus libros, remarcaba que quienes se dicen cristianos lo que menos practican es el cristianismo.

Colaboró con la revista de crítica sociopolítica El Chamuco y los hijos del averno, de la cual fue fundador. En dicha revista colaboran otros moneros altamente reconocidos: Rafael Barajas El Fisgón y José Hernández.

De acuerdo con información oficial de la gubernatura del estado de Morelos, Eduardo del Río falleció el día 08 de agosto del 2017. Según algunas fuentes, se encontraba en su casa, ubicada en Cuernavaca, ciudad donde residía. Según otras fuentes, falleció en Tepoztlán, Morelos)

En su página personal señala que Así es Rius:

Veinte años han transcurrido desde que Rius publicó su primer ejercicio autobiográfico, memorial: Rius para principiantes. En él «digo una buena parte de lo que escribí para este nuevo libro. Aquel fue celebrando mis 40 años como caricaturista y 60 de vida. Este sería para celebrar (o recordar, más bien) mis 60 años de monero y 80 de edad» escribe el autor en el prólogo y a su vez, con el humor que siempre empapa sus textos, advierte que el lector no encontrará mayor diferencia entre un libro y otro, a menos que éste, el posible lector, sea masoquista: «En estos últimos veinte años he trabajado menos, he viajado menos y he follado menos, lo cual es completamente normal para el ser humano».

No obstante, el autor del Manual del perfecto ateo sabe que sus Mis confuisones. Memorias desmemoriadas (inspirado el título en Mis confesiones de San Agustín) revelan aspectos de su vida nunca escritos ni mencionados, donde el seguidor (y aún el que no lo sea) de su prolífica obra encontrará «capítulos dedicados más a mi vida sentimental y coqueta, a mis viajes, a los colegas, a mis matrimonios y otros chismes que no aparecen en Rius para principiantes».

Haciendo gala del desenfado, Rius se desnuda y desglosa en los 62 capítulos que componen este libro –escritos a un ritmo vertiginoso, siempre mordaz– los episodios que formaron al autor –y sobretodo al hombre– que actualmente es: desde la pobreza ínfima que vivió en su niñez (condición que abandonó por tantos años de trabajo, escribe), hasta el día en que conoció al Che Guevara o a Diego Rivera; su incursión casi fortuita como ilustrador en una pequeña publicación y la más deliberada al medio periodístico nacional en medios como La Jornada, Novedades y Proceso; su amistad y enemistad con sus colegas dibujantes –contemporáneos o no–; sus fobias, aversiones, filias y gustos políticos, culturales y sociales; los personajes que ha creado y a los que les dio y le han dado vida; sus gustos literarios y musicales; sus fracasos matrimoniales, su método de trabajo y anécdotas editoriales… ultimadamente: los secretos del oficio que ha ejercido durante seis décadas de una vida a través del humor.

De esta forma, con menos monitos pero con más fotos (muchas de ellas auténticos tratados históricos), Mis confusiones es un libro indispensable no sólo por la celebración de los ochenta años de Rius, sino porque profundiza en detalles desconocidos y significativos en la vida de un autor del que –desde luego– no se ha escrito ni dibujado la última línea.

AM.MX/fm

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