martes, abril 23, 2024

Emotivo y vibrante libro-reportaje del inglés John Ludden

Luis Alberto García / Moscú

*Es el biógrafo del futbolista Diego Maradona y del piloto Ayrton Sena.

*“Los partidos del siglo”, con referencias históricas de la II Guerra Mundial.

*Cuando Hungría, con Puskas, Bozsik y Coksis era legendaria e invencible.

*En México 70, lo mejor fue Italia vs. Alemania y Brasil vs. Italia.

*Denunció presiones políticas de los militares sobre Perú en Argentina 78

 

 

John Ludden inicia su gran libro-reportaje (T&B Editores, Madrid, España, 2010), tomando como referente histórico la invasión alemana a Rusia –el 22 de junio de 1942-, describiendo cómo fue que un grupo de futbolistas ucranianos prefirió caer bajo las balas de la soldadesca nazi, antes que someterse a aquéllo que los ocupantes de su territorio habían ordenado:

“Los conminaron a dejarse ganar por el equipo alemán Flakelf SS a cambio de sus vidas, al que vencerían (5-3), prefiriendo demostrar que los arios no eran superiores a nadie, pagando con sangre su valiente osadía”.

Realidad o no, la leyenda de aquel equipo de Kiev recorrió Europa durante y después de la Segunda Guerra Mundial hasta llegar a los años presentes, en un episodio que es la trágica imagen que resume el espíritu y contenido de “Los partidos del siglo; los duelos más apasionantes de la historia del futbol”.

Alto, robusto, con un mechón rubio sobre la frente, de ojos azules y una cabeza redonda que almacena una memoria envidiable, Ludden dice que sus crónicas son para el recuerdo, historias de suspenso y emoción al invocar al FC Start de los ucranianos, o aquel escuadrón integrado en 1954 en Hungría por un grupo invencible y legendario de jugadores aparecidos en la década de 1950.

En él estaban Grosics, Lantos, Bozsik, Hidegkuti, Kocsis, Puskas y Czibor como las muestras más acabadas de ejecutantes de un estilo que debió imponerse en la Copa Jules Rimet de 1954 en Suiza, con una alineación que, el 25 de noviembre del año anterior, había roto la invencibilidad de Inglaterra en Wembley, al vencerla (3-5) en un match para la historia.

Sin embargo, en la antigua Helvetia se impuso la fuerza épica de una Alemania renacida -que se suponía el probable perdedor, con las figuras de Max Morlack, Helmut Rahn, los hermanos Ottmar y Fritz Walter, y la estrategia e inteligencia de Sepp Herberger, en el cargo de entrenador desde 1936.

Ésos y otros fueron los factores determinantes para una heroica remontada que, antes de los diez minutos de juego, iba con un marcador (2-0) a favor de los húngaros que acabaron vencidos (3-2) por los alemanes en el Wankdorf Stadion, la tarde torrencial del 4 de julio de 1954 en que se hizo realidad el famosísimo milagro de Berna.

Nacido en Manchester, Inglaterra, Ludden es autor de “Maradona y Nápoles: el mito a la sombra del Vesubio”, biografía narrativa del divo argentino; y de “1978”, “non-fiction novel” sobre el tiempo del terror de Estado que atravesaba Argentina durante el torneo mundialista de ese año bajo la dictadura militar de Jorge Rafael Videla y sus generales multihomicidas y sin batallas.

Uno de los capítulos refiere a la sospechosa victoria (6-0) de los platenses –el 21 de junio de 1978, en Rosario- sobre Perú, para avanzar hacia la final contra Holanda; también redactó “Senna”, donde cuenta la vida del piloto brasileño fallecido en Ímola, Italia, el 1 de mayo de 1994, textos en los cuales Ludden destaca por sus lecciones de buen periodismo.

Además es autor de “Historia de dos ciudades: Madrid-Manchester”, sobre los célebres equipos y los escenarios que los engrandecieron; pero es en “Los partidos del siglo” donde emociona a los lectores contando los 18 encuentros más notables en 57 años, que inicia con “La historia más grande jamás contada”, ocurrida en los campos de batalla del frente europeo oriental entre los ejércitos soviético y alemán.

El desarrollo de los textos abarca entre 1942 y 1999, cuando, en el alba del siglo XXI, en Barcelona, en un juego en el que solamente una intervención del destino favorable al Manchester, se explica la victoria (2-1) del equipo favorito de Ludden sobre el Bayern, en la gran final de la Liga de Campeones, en la cual el noruego Gunnar Solksjaer brilló como un sol de medianoche, con un gol a los 93 minutos de juego, que dio el trofeo continental a los rojos de Alex Ferguson.

En 335 páginas se dan la mano personajes de todos los tipos imaginables y sus respectivos conjuntos: Alfredo Di Stéfano, Luis del Sol, Francisco Gento, Raymond Kopa, magos del Real Madrid; el Celtic de Billy McNeill; el Santos de “Pelé”; el Benfica de Eusebio da Silva; el Nápoles de Diego Maradona; y el Milán de Giacinto Facchetti, además de la narración de un par de los llamados “juegos mundialistas del siglo”.

En dos capítulos aparecen los integrantes de Alemania e Italia jugando ante 115 mil espectadores en el estadio Azteca de la ciudad de México, en un juego que concluyó el tiempo reglamentario empatado (1-1), con el triunfo final (4-3) de los azules de Ferruccio Valcareghi, con tantos agónicos de Gerd Muller a los 110’ y de Gianni Rivera a los 111’.

Sin embargo, es en “El hijo de Dondinho”, recuento de lo que pasó el 21 de junio de 1970, donde John Ludden llega a lo más alto de sus cualidades como periodista, al reseñar los increíbles pasos de batuque ejecutados por Brasil para derrotar a Italia (4-1) en la final mexicana: ese domingo, con llovizna, “Pelé”, Gerson, “Jairzinho” y Carlos Alberto Torres, se cubrieron de oro en nombre de un equipo que no podía perder.

Para el cronista inglés, esos fueron los encuentros del siglo, sin dejar pasar episodios oscuros como la extraña y obligada victoria (6-0) de Argentina sobre Perú en 1978 –el capítulo se llama “Un puñado de dólares”- que, se presume, fue alcanzada por la celeste y blanca mediante un soborno millonario aportado por la Junta Militar que entonces secuestraba y asesinaba en la nación sudamericana, con el teniente general Jorge Rafael Videla como matarife mayor.

Estamos pues ante un libro que contiene dolor, lágrimas, risas y alegrías infinitas, provocadas por un colega que –sin explicación, como a tantos nos pasa- ha vivido el futbol como el último de los instantes en la vida, detalle que hace tan recomendables lecturas como los descritas, que es cuando queda probado que admiramos y queremos un deporte que es el más bello del mundo.

 

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