Por David S. Celin
EL AGAVE SE ACABA y los factores son muchos, desde la rapiña, la sobre demanda, la proliferación de marcas, mala planeación en el cultivo. Si los productores de mezcal y tequila no sembraron la planta a tiempo, su materia prima se escaseará en algunos años y por mucho tiempo.
Para Rodrigo Mercado Díaz Mayorga, especialista de la UNAM, el maguey es una planta que ha tenido una gran diversidad de usos en diferentes regiones del país. “El quiote se usa como alimento energético y como material para la construcción de casas, y junto con las hojas del maguey se fabrican mecates. Cuando se fermentan, el aguamiel y pulque obtenidos de la savia son bebidas alcohólicas-alimenticias que se han consumido desde tiempos prehispánicos. El propio maguey horneado y sus flores son también utilizadas como alimentos”, enlistó.
Cabe señalar que el agave tarda de 6 a 8 años para que madure y pueda ser utilizado en la elaboración de mezcal; si es joven, se necesitarán más piñas para obtener la misma cantidad de azúcares que si se utiliza uno con mayor tiempo. Además, para producir un litro de esta bebida espirituosa se necesita –en promedio– siete kilos de agave.
Además de su uso para elaborar mezcal y tequila, el agave se utiliza para elaborar jarabes endulzantes benéficos para la salud por su gran cantidad de fructosa y su bajo índice glucémico, cuya demanda ha aumentado en los últimos meses; además de su utilización para fabricar jabones con los desechos del raspado de esta planta.
El agave se produce casi en todo el país, en desiertos, bosques y selvas, al nivel del mar o en las altas montañas; sin embargo, al aprovecharlos, debemos respetar y conservar su diversidad para que continúen su preservación y no se extingan las diferentes especies.
El cultivo intensivo generan beneficios de corto plazo pero tienen costos ambientales como la erosión, la contaminación y el desplazamiento de los magueyes nativos de cada región. Por su parte, la recolección indiscriminada puede provocar la desaparición de poblaciones silvestres.
“El agave se acabó, se escaseó a nivel país. Ahorita todos andan batallando. El tequilero se lo empezó a llevar todo porque ellos tienen mieleras. Se llevan la producción agavera hasta de dos o tres años”, asegura María del Refugio Cortés Robles, propietaria de la mezcalera zacatecana Mezcal Reserva de Don Chuy.
El agave es una planta que ha tenido una gran diversidad de usos en diferentes regiones del país
Refirió que esta situación los orilló a subir los precios de sus mezcales recientemente, sobre todo en lo que se refiere a sus productos de mezcal 100% y los de triple destilado.
Incluso, en Zacatecas se denunció la escasez de agave. De acuerdo con Fortino Bañuelos Carranza, presidente del Comité del Sistema Producto Maguey-Mezcal en este estado, la falta de esta planta a elevado el precio del kilo de agave a 22 pesos, mientras que hace un año estaba a la mitad del precio. En 2016 estaba a 6.50 pesos.
Advirtió que la situación puede complicarse y el precio llegar a los 30 pesos, además que la mayoría de las plantaciones tienen 4 años o menos, cuando se requiere que tengan al menos 7 años para producir el mezcal con la calidad requerida para mantener la llamada Denominación de Origen.
Ante esta situación, los productores deben implementar sistemas productivos que se adapten a las condiciones naturales de cada región y a la disponibilidad de otros recursos como la leña y el agua. Además, estas estrategias de producción deberían promover la conservación biológica, procesos de transformación más eficientes y mecanismos de comercialización que reconozcan la diversidad de origen de los mezcales.
Incluso, es necesario que el Consejo Regulador del Mezcal (CRM), cuya elección de nuevo presidente está próxima a realizarse, refuerce sus visitas a palenques y plantíos para verificar el tipo de agave que se está utilizando, así como de donde está saliendo la materia prima empleada.
Además, para evitar que esta escasez se prolongue por mucho tiempo, mezcaleros y autoridades estatales y federales del campo deben buscar soluciones, entre las cuales están crear viveros, tener técnicos certificados y otras variedades de agave, así como impulsar las mezcaleras artesanales y se permita aumentar las plantaciones con menos restricciones.
Incluso, en la Sagarpa hizo un llamado a maximizar el desarrollo productivo nacional del agave, a través de acciones para garantizar la sustentabilidad de esta materia prima, como el establecimiento de viveros certificados.
Un ejemplo de ellos es Casa Armando Guillermo Prieto, productora del Mezcal Zignum y Recuerdo de Oaxaca, el cual emplea un cultivo sustentable a través de invernaderos, a partir de semillas que extraen directamente de la planta. Esto, con la finalidad de rescatar la genética del agave, lo que ayuda a que crezca fuerte y garantice su existencia.
De forma natural, el agave se produciría a partir de clones. Los también llamados hijuelos se desarrollan en la base de la planta o emergen a alguna distancia de la planta madre, producen raíces y, con el tiempo, crecen de manera independiente. Sin embargo, son más vulnerables a morir, ya sea por alguna plaga, o son cortados antes de su maduración.
Casa Armando está implementando estos nuevos esquemas de plantaciones con variedades como el Karwinskii (también conocido como Madre Cuishe), Papalometl, Marmorata, Arroqueño, Rhodacantha (llamado Mexicano), entre otros, para conocer sus características y generar un proceso de reposición.
AM.MX/dsc