miércoles, abril 24, 2024

Un pequeño respiro… Ramón Márquez C.

-I-

La vorágine de la Copa del Mundo abre al fin un par de días de descanso. Cuarenta y ocho horas que permiten algunas reflexiones, algunos análisis de este sorprendente torneo en el que campeón y subcampeón fueron eliminados, respectivamente, en la primera y en la segunda rondas.

Alemania: los números finales hablan por sí mismos del rompimiento de una selección que, apegada a su histórico prestigio, trataba de ocultar negros presagios: tres partidos, dos derrotas y una victoria, dos goles a favor y cuatro en contra. En la etapa final de su preparación rumbo a Rusia, Alemania cayó ante Brasil -1-0- y Austria -2-1-, empató a uno con España y –tan apuradamente como refleja el marcador-, venció 2-1 a Saudi Arabia. “Algo aquí no está bien”, clamó la afición. Técnicos y jugadores trataron de convencerla de que todo cambiaría en el torneo. No fue así. Sacudida además por un serio problema político ocasionado por Ozil y Gundogan -nacidos en Alemania pero de padres turcos-, quienes se tomaron una fotografía con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, repudiado por la numerosa colonia otomana en tierras germanas, Alemania llegó desmembrada a la Copa. Kroos, y nada más que Kroos. Sólo él jugó y peleó. Suyo fue uno de los dos tantos; gol maravilloso que contrastó con la ridícula anotación sufrida por Neuer, quien abandonó su arco para intentar un empate ante Corea en el último momento –que no significaba la clasificación-. Ni portería, ni defensa, ni línea medina ni delantera. Esa mezcla de ceros llevó a los orgullosos germanos a una derrota histórica: eliminados, por vez primera, en la ronda grupal.

Tres días después de la estrepitosa caída del campeón se produjeron la del subcampeón –Argentina, vencida 4-3 por Francia, marcador que no refleja la superioridad gala- y la de Portugal –derrotada 2-1 por Uruguay-. Era esperado. En ese orden, Alemania 5-1-, Francia -6-1-, y Brasil y España -ambos 7-1- encabezaban los momios mundiales. Argentina era quinta, Portugal octavo. Pero argentinos y portugueses tenían en sus filas a los dos jugadores en eterna pugna por el mítico título de mejor futbolista del mundo –algunos insensatos los han señalado, indistintamente, como el mejor de todos los tiempos-: Lionel -¿por qué “Leo”?- Messi y Cristiano Ronaldo.

MESSI en el mundial: un penalti fallado ante Islandia –que pudo haber sido el gol de la victoria ante Islandia- un gol –que trajo tres puntos frente a Nigeria-, oscuridad total al enfrentar a Croacia -0-3- y un triste zapatazo que no tenía destino y que, en grotesca acción al intentar salir de su trayectoria, Mercado y su tacón convirtieron en gol a Francia. Messi: 31 años, cuatro Copas del Mundo, 19 partidos y apenas seis goles. Ese es Leo con la camiseta albiceleste, apenas una sombra del Leo con la camiseta azulgrana. ¿Volverá a la selección en Qatar 2020? Ya una vez, al fallar un penal en la ronda de penas máximas de la final de la Copa América –Argentina perdió por segunda vez consecutiva y en las mismas circunstancias ante Chile- lloró al salir del campo e hizo pública su renuncia al seleccionado. Ahora se refugia en la mudez. Pero ya se alzan voces, y voces importantes como la del ex capitán Óscar Ruggeri –campeón mundial en México 1986 y dos veces ganador de la Copa América-, que sugieren armar una selección sin Messi.

RONALDO en el mundial: cuatro partidos, cuatro suspiros convertidos en goles y cuatro puntos. Después, el desvanecimiento absoluto. No pudo ofrecer más en un equipo en el que sólo hay un gran jugador: él. Cristiano: 33 años, cuatro Copas del Mundo, 17 juegos y 7 goles. ¿Volverá en Qatar 2020? Difícil: tendrá 37 años. Y más difícil aún: ¿para qué?

Abundan reflexiones. Sobre Argentina, sobre España y, por supuesto, sobre México. Pero todavía tenemos un día de descanso antes de que se reanude el vértigo cotidiano…

Ramón Márquez C.

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