GROENLANDIA, 24 de julio (AlmomentoMX).- Una impredecible montaña de hielo de 11 millones de toneladas se estacionó justo frente a la alejada comunidad de pescadores Innaarsuit, una pequeña isla en el oeste de Groenlandia. Las 170 personas que viven allí esperan que se vaya sin causar problemas.
“Es el más grande que he visto aquí”, dijo la concejal del pueblo Susanne Eliassen, gesticulando hacia la montaña de hielo. El iceberg se levanta casi 100 metros sobre el agua, según estimó para CNN el Instituto Danés de Meteorología. Es casi tan alto como el Big Ben de Londres.
Que esté en la costa frente a Innaarsuit es una experiencia increíble. También lo es darle la vuelta en un bote. Y sobrevolarlo en helicóptero. Podrías quedarte viéndolo todo el día. Es sobrecogedoramente hermoso.
El lado que da a tierra es una caída recta desde su afilado borde superior, un auténtico acantilado de un blanco brillante. La parte posterior se inclina más suavemente hacia la línea de flotación. Un brazo estrecho sobresale de un lado con un arco perfectamente formado por el que puedes conducir un bote si te atreves. Desde el aire puedes ver una sombra turquesa por debajo de la superficie.
Hay grietas en todas las superficies, algunas muy profundas. Incluso desde la distancia puedes escuchar el agua se derretirse. Y muy a menudo: un fuerte estruendo desde adentro, seguido de una parte del hielo cayendo al agua.
Como todos los icebergs, este siempre está cambiando y acercándose a su final. Los pobladores de Innaarsuit temen que termine violentamente con una ruptura repentina o que ruede, enviando olas como de tsunami hacia ellos.
En el puerto, pequeños botes de pesca van y vienen, pasando por alto al único empleador significativo aquí, una planta de procesamiento de mariscos. El cadáver de una foca yace atado, justo encima de la línea del agua. Los lugareños visitan la única tienda de su comunidad. El iceberg se cierne sobre la escena.
Hans Mathias Kristensen está preparando su bote para un viaje de dos días de pesca. El hombre de 52 años ahora mantiene anclada su embarcación al otro lado de la isla para protegerla del iceberg. Este hombre fuerte del ártico, con voz suave, no se asusta fácilmente.
“Estoy acostumbrado. Pero este [iceberg] me da miedo. Mi padre me enseñó que cuando un Iceberg está detenido en tierra, el hielo debajo de las aguas se hace más pequeño, se derrite y eventualmente se rompe”, dice Kristensen. “Habrá grandes olas si se llega a romper”. Él recuerda que otro iceberg hace mucho tiempo destrozó o dañó 11 botes.
AM.MX/fm