CIUDAD DE MÉXICO.- Carl Sagan fue uno de los divulgadores científicos más lúcidos del siglo XX, y también uno de los más visionarios. En 1995, apenas un año antes de su fallecimiento, publicó “The Demon-Haunted World: Science as a Candle in the Dark”, una obra en la que advertía sobre los peligros de abandonar el pensamiento crítico y dejar que la ignorancia se convirtiera en norma.
De acuerdo con código oculto, en ese libro, escribió una de las reflexiones más citadas de su legado:
“Tengo un presentimiento sobre el futuro de Estados Unidos, en la época de mis hijos o nietos: cuando el país sea una economía de servicios e información; cuando casi todas las industrias manufactureras clave hayan pasado a otros países; cuando asombrosos poderes tecnológicos estén en manos de unos pocos, y nadie que represente el interés público sea capaz siquiera de comprender los problemas; cuando la gente haya perdido la capacidad de establecer sus propias prioridades o de cuestionar con conocimiento a quienes tienen autoridad; cuando, aferrándonos a nuestros cristales y consultando nerviosamente nuestros horóscopos, con nuestras facultades críticas en decadencia, incapaces de distinguir entre lo que se siente bien y lo que es verdad, deslicemos, casi sin darnos cuenta, de nuevo hacia la superstición y la oscuridad.
El embrutecimiento se hace más evidente en la lenta decadencia del contenido sustancial en los medios enormemente influyentes: los mensajes de 30 segundos (ahora reducidos a 10 o menos), la programación dirigida al mínimo común denominador, las presentaciones crédulas sobre la pseudociencia y la superstición, pero, sobre todo, una especie de celebración de la ignorancia.”
Su advertencia no era una predicción mística, sino un análisis racional de tendencias sociales que ya observaba en la década de 1990: la pérdida de pensamiento crítico, el dominio mediático del entretenimiento superficial y el desplazamiento de la ciencia por la pseudociencia.
Sagan temía que el avance tecnológico, sin educación científica ni valores democráticos sólidos, generara una sociedad vulnerable a la manipulación y la desinformación.
Hoy, casi treinta años después, sus palabras resuenan con inquietante precisión.
Fuente:- Carl Sagan, The Demon-Haunted World: Science as a Candle in the Dark (1995)
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