Adrián García Aguirre / Zamora Pico de Oro, Chiapas
* Dudas y preguntas sobre el trazo del Tren Maya.
* Ninguna autoridad se ha acercado para exponer el proyecto.
* No han llegado las campañas de información de ningún tipo.
* Entre las víctimas del avance ferroviario está en jaguar.
En medio de la oscuridad de la noche selvática que cae sobre los expedicionarios que conduce Daniel Saturnino Moreno Guzmán, aparece algo que es como un debate lejano, y es que entre los defensores del jaguar, el Balam de los aborígenes, han surgido divergencias.
Una minoría asegura que supondrá más recursos y vigilancia para el bienestar del felino, otros defienden que después de la deforestación, el tráfico y el desarrollo urbano, las vías del tren se convertirán en otra frontera, quizás la última, para el gran nómada de Mesoamérica.
Un defensor del Tren Maya entre los activistas del jaguar es el más célebre de ellos es Gerardo Ceballos González, quien con visión de negocios participa en el proyecto diseñando los pasos de fauna a lo largo de mil 500 kilómetros de recorrido.
Ceballos ingresó como “asesor voluntario” en enero de 2019 y, un año después, obtuvo un contrato a título personal por casi diez millones de pesos para la elaboración del estudio técnico.
La decisión de Ceballos, según varias fuentes consultadas, no le pareció “positiva” a la mayor parte de los miembros: “Somos varios los que no estamos de acuerdo”, dice uno de ellos de manera anónima para evitar represalias profesionales.
El mal llamado Tren Maya es una iniciativa arrancada desde la transición del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, con el objetivo de “mejorar la calidad de vida de las personas, cuidar el ambiente y detonar el desarrollo sustentable”.
El papel para este megaproyecto consiste en coordinar las estrategias económicas, sociales, ambientales y culturales; aunque se define como un “instrumento estratégico para el desarrollo de la inversión turística”.
Al frente del plan ferroviario está Rogelio Jiménez Pons, proyectado desde 2018, y quien a finales de ese año sostuvo una reunión para escuchar y explorar las propuestas de Gerardo Ceballos, mal vistas por los genuinos ambientalistas y defensores de los recursos naturales y los territorios propiedad de los habitantes originarios de la nación.