Roberto Vizcaíno
¿Estoy viendo -como decía mi sabia abuela- moros con tranchete? ¿Usted como algunos amigos míos cree que ando alucinando?
Mire Usted. A estas alturas de mi vida y con mi experiencia sé que por más coloquiales que sean, las conversaciones telefónicas entre mandatarios en el mundo generan acuerdos y compromisos de Estado… y sirven para adelantar intenciones.
No son para hablar de si sacaron a pasear al perro o si este le ladró al vecino.
Si entendemos esto, debemos advertir que la exigencia de Donald Trump -de que su ejército entre a México a combatir directamente a narcos-, acotación hecha durante su llamada a la presidenta Claudia Sheinbaum la semana pasada, podemos afirmar que estamos ante el primer aviso directo de que eso va a ocurrir.
Eso es lo que indica la experiencia… y la famosa Ley de Murphy, que establece que “si algo puede salir mal, saldrá mal“. Por eso es famosa esta Ley.
Más aún, si luego de esa llamada Trump reiteró que el Gobierno de México -o sea la presidenta- le tiene pavor a los carteles. Estará de acuerdo en que si lo digo yo, no tiene la mayor relevancia, pero si lo afirma Trump, eso ya es otra cosa.
“Queremos ayudar a México”, añadió, “porque no se puede gobernar un país así“.
Es decir, cree que la presidenta Sheinbaum no está haciéndolo bien su tarea según su punto de vista. Al menos eso se desprende de su comentario:
“México tiene, creo, mucho, mucho miedo de los carteles. De hecho, creo que los carteles controlan grandes zonas de México. Y no quiero decir eso, porque me llevo muy bien con la presidenta”, señaló a la cadena Fox.
No lo quiere decir, pero lo dice.
De ahí que Trump considere necesario que el ejercito de EU entre al territorio mexicano a combatir directamente a esos cárteles.
El tema no es nuevo. Trump ha venido diciendo -y reiterado muchos de su equipo- que EU tomaría medidas unilaterales si México no desmantela los cárteles.
Hay que decir que esa intervención directa demandada por el mandatario no significaría que desembarquen miles de soldados norteamericanos en México, sino que lo puede hacer por ejemplo con sus drones altamente tecnificados y armados.
O con misiles. O con grupos encubiertos… hay que recordar que para eso tienen a los sorprendentes “Seals” (acrónimo de sea-mar /air-aire/ land-tierra), equipos de operaciones especiales dependientes del Comando de Guerra Especial Naval.
Al revelar el tema, The Wall Street Journal señaló que Trump “demandó” (exigió no pidió) que las fuerzas armadas de EU “asuman un papel de liderazgo en la lucha contra los cárteles mexicanos” que producen y trafican fentanilo.
Sheinbaum respondió que mejor hablen de cooperación, intercambio de información de inteligencia, pero no de operaciones militares directas que pudieran verse como una violación a su soberanía.
La verdad es que Trump ya tiene muy avanzada su intención de irse directo militarmente contra carteles en México. En sus primeros 100 días de Gobierno ya tiene sellada su frontera con miles de soldados y agentes de todo tipo; ha ordenado ya cientos de sobrevuelos de drones y aviones super tecnificados que han rastreado blancos en territorio mexicano; tiene busques de guerra en aguas fronterizas del Pacífico y el Golfo de México; ya declaró formalmente terroristas a 6 carteles mexicanos lo que le permite justificar una intervención militar directa contra estos grupos y operaciones fiscales y aduanales a todo lo que huela a carteles; y ha generado -con sus comentarios y los de sus colaboradores- una opinión pública generalizada en EU y el resto del mundo -México incluido- de que no hay de otra más que intervenir militarmente en México”.
O sea, tenemos que entender que esta exigencia de la semana anterior de que el ejercito de EU intervenga en México no es ni casual ni una de sus locuras. No. Nos está advirtiendo a nosotros y al mundo que lo va a hacer.
FERNANDEZ NOROÑA SE VA A FONDO CONTRA NARCOJUECES
En medio de jaloneos internos y reproches de dirigentes de la 4T e instituciones involucradas, pero sobre todo ante la indiferencia, desdén ciudadano Gerardo Fernández Noroña, presidente del Senado, se reunió ayer con algunos de los 5 magistrados del Tribunal del Poder Judicial de la Federación para avanzar en la depuración de la lista de aspirantes a jueces, magistrados y ministros que tengan vínculos con el narco y crimen organizado.
El controvertido senador insistió en señalar que es inaceptable dejar que avancen las candidaturas de algunos aspirantes que se ha provado han favorecido o han defendido a personajes de carteles.
Reveló que el mismo cuenta con información sólida que presentará a magistrados del TEPJF, que deberán ser tomadas en cuenta, para retirar candidaturas de aspirantes a cargos judiciales en la elección del 1 de junio próximo.
Son, dijo, “un puñado” de candidaturas de abogados “que han estado favoreciendo a grupos criminales… también candidaturas no idóneas”, insistió.
Reconoció que los responsables de esta falla, fueron quienes integraron los comités de selección y ahora todo esto se debe corregir.
Indicó que solo como ejemplo de este tema, hay un juez que cuenta con sentencia firme en un proceso penal y va como candidato, “y eso no puede ser”.
Otros 2 aspirantes, agregó, tienen acusaciones de abuso sexual y hay algunos más que tienen sentencia por violencia de género.
Los hay acusados por portación de armas y drogas, y hasta por lavado de dinero e incluso por el asesinato de una persona.
Entre los casos más escandalosos está el de Fernando Villarreal, aspirante a juez del distrito en materia penal en Nuevo León que es exabogado defensor de Miguel Treviño Morales, el Z- 40.
Contra esos va Fernández Noroña.
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