viernes, abril 19, 2024

TOQUE DE CRISTAL. Ramón Márquez C.

Justo el día en el que AMLO anuncia que el Ejecutivo no será más el poder de los poderes, recupera la libertad doña Elba Esther, el gran poder detrás del poder en los sexenios de Salinas, Fox y Calderón. Hace doce años AMLO especuló que detrás de la elección de Calderón se encontraba el formidable y largo brazo ejecutor de la ultra-millonaria profesora, y la acusó de formar parte de la mafia del poder. Eso hacía, eso era la reina del trapecio político. Vestida unas veces con el verdiblanco del PRI y otras con el azulblanco del PAN, la recién liberada señora –me resisto a llamarle dama- parece sentirse a gusto con el rojiblanco de Morena: Fernando González –su yerno-, René Fujiyama –su nieto- y Rafael Ochoa –su mano derecha- se incorporaron a la campaña de Andrés Manuel, quien declaró, con cinismo que encabrona: “estamos con una actitud de apertura. Son bienvenidos mujeres y hombres de buena voluntad que se proponen ayudar”. ¿De verdad, peje? “¡Putísima madre!”, gritarían mis paisas allá, en el Puerto. Ya se entiende tu promesa: sí que otorgas el perdón a quien delinque y sí, también: tu Ejecutivo no será más el poder de los poderes. Esa gran silla, ya vemos, será ocupada por el avejentado trasero de la señora que representa lo peor, lo más indignante de la política mexicana: la corrupción en su estado más puro. La corrupción, Andrés Manuel, eje de tu campaña fue decir que la combatirías. ¿O fue tu gran mentira?

Ramón Márquez C.

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