jueves, marzo 28, 2024

TEXTOS EN LIBERTAD: Los nazis y el fraude electoral de 1940

José Antonio Aspiros Villagómez

Para mi abuelo y tutor

José Antonio Villagómez Farfán,

un almazanista de cuyo nacimiento

en Zinapécuaro, Michoacán,

se cumplirán 130 años el 5 de marzo

 

Hace 80 años comenzó la campaña para la elección presidencial de 1940 en México, donde se dio el triunfo al candidato oficial Manuel Ávila Camacho luego del fraude cometido contra el aspirante opositor, general Juan Andreu Almazán, quien habría obtenido “el 95 por ciento de los votos en el país” según una investigación que aquí se comentará.

En esa ocasión, para desacreditar a Almazán el gobierno de Lázaro Cárdenas denunció un complot nazi en el que estarían involucrados el candidato adversario y el entonces desterrado ex presidente Plutarco Elías Calles, con quien incluso acordó levantarse en armas.

Sobre ese episodio, la publicación cuatrimestral Boletín, editada por un fideicomiso del Banco de México, divulgó en su número 88 de mayo-agosto de 2018 el artículo de la historiadora Josefina Moguel Flores titulado ‘Los generales Plutarco Elías Calles y Juan Andreu Almazán, en situación comprometida frente al nacionalsocialismo (nazismo)’.

La autora -quien amablemente nos envió ese material- es experta en el personaje Almazán y lo reafirma en una nota al pie de página en su artículo: “A través de años de investigación, he intentado rescatar para la historia de México su figura guerrillera, empresarial, militar y política, así como la historia almazanista”. Además, recurre a 20 fuentes documentales entre archivos privados y de instituciones oficiales, libros y fotografías, incluidos su propio acervo y el de su padre Eduardo Moguel Santaella, partidario del político opositor.

En este texto, que abarca en su totalidad las 36 páginas del Boletín coeditado por el Fideicomiso Archivos Plutarco Elías Calles y Fernando Torreblanca del Banco de México, y la Secretaría de Educación Pública, Josefina Moguel se remonta a 1934, cuando los alemanes comenzaron a distribuir aquí “orientación” nazi (“no propaganda”, asegura), tarea que estuvo a cargo de Henri Schulz, radicado en México y miembro del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, de Adolfo Hitler, y en 1939 lo hizo otro grupo ideológicamente afín del que incluso se sospechó que había descargado armas en Veracruz.

Menciona que esa “orientación” era para “aprovechar la antipatía y animadversión que el pueblo mexicano manifestaba contra Estados Unidos” y “captar simpatías” hacia los nazis. Y que Alemania tenía “interés de intervenir” en la contienda presidencial 1940, “a fin de atraer la atención” estadunidense.

Según este relato, “circuló un libro” con la lista de civiles y militares que eran simpatizantes y activistas del nacionalsocialismo en América latina, entre ellos dentro de México algunos almazanistas como Gerardo Murillo Dr. Atl, y callistas como Joaquín Amaro, Alejandro Carrillo y José Vasconcelos.

Explica la autora que la sociedad mexicana sí tenía interés por conocer la ideología alemana, porque “causaría un impacto mundial”, pero no necesariamente porque estuviera de acuerdo “con las controvertidas medidas nazis que vendrían después”. Además, un sector de esa sociedad rechazaba por “comunista” al presidente Cárdenas.

Éste, sin embargo, en 1936 envió como embajador ante Hitler al doctor Leónides Andreu Almazán, quien más adelante fue visitado en Berlín por su hermano Juan, y por ello ambos y sus simpatizantes fueron acusados después como pronazis. Empero -dice la historiadora-, no se ha comprobado la existencia de documentos sobre un probable acercamiento de ellos con Hitler, y además las relaciones comerciales del gobierno cardenista con Alemania fueron normales, incluso cuando se nacionalizó el petróleo en 1938.

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