jueves, junio 19, 2025

TEMAS CENTRALES Un mal presagio, validar la elección judicial

Miguel Tirado Rasso
mitirasso@yahoo.com.mx

La afirmación de que en este proceso
ya se conocían los resultados y que
sólo faltaba la elección, no estaba tan errada.

Tras el informe preliminar sobre las elecciones del Poder Judicial, emitido por la Misión de Observación Electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA), que tanto molestó a la Jefa del Ejecutivo, Claudia Sheinbaum, quien, además de descalificar el trabajo de los observadores acusándolos de haber rebasado su mandato e incurrido “en acciones contrarias a los principios de la Carta de la Organización”, habría expresado, ante el secretario General de la OEA, a través de una nota diplomática, su firme rechazo a las recomendaciones contenidas en el documento, la calma volvió a los terrenos de la 4T y el proceso electoral judicial continuó su irrefrenable paso hacia su fase, casi final, la emisión de las constancias de mayoría a los candidatos que obtuvieron el mayor número de votos.

De las sugerencias y recomendaciones formuladas por la Misión de Observación, como si no hubieran existido. No hay que olvidar que la Misión de la OEA vino como observadora de la elección a invitación de las autoridades electorales mexicanas, como lo han hecho prácticamente en todos los procesos electorales que se celebran en nuestro país.

Y, como nunca antes había sucedido, al menos desde la creación del IFE y su sucesor el INE, por primera vez, su informe, lejos de contener un reconocimiento a las autoridades por la participación ciudadana, la transparencia y la pulcritud de la jornada electoral, ante tantas anomalías detectadas, se formularon algunas recomendaciones para “corregir las deficiencias actuales y garantizar la sostenibilidad de las soluciones adoptadas”, lo que no gustó nadita y motivó el tajante rechazo por parte de la Presidencia de la República, en particular, cuando la Misión desaconsejó, a otros países de la región, replicar este modelo de selección de jueces.

En fin, pasado el trago amargo del polémico informe de la OEA, el pasado 15 de junio, en sesión extraordinaria, el INE declaró la validez de la elección en una cerrada votación de seis votos a favor sobre cinco en contra. Interesante resultado en el que quedó muy claro, por si no se había advertido con anterioridad, que la objetividad, transparencia e imparcialidad del Instituto que, en otros tiempos mereció felicitaciones y sirvió de ejemplo a nivel internacional, ahora, para el Instituto de la Cuarta Transformación, esas cualidades resultan prescindibles.

Y es que la presidenta del INE, Guadalupe Taddei, particularmente celosa en cuidar el prestigio del organismo que encabeza, entre aplicar la ley y reconocer la serie de irregularidades que marcaron la jornada electoral, lo que merecería no declarar la validez de la elección, optó por no manchar el trabajo de miles de empleados del organismo, según su propia afirmación, y ser tolerante en extremo, subestimando la gravedad de las anomalías detectadas.

La presidenta Taddei, inclusive recriminó a sus compañeros consejeros que pedían dejar pendiente la resolución sobre la validez de la elección y que fuera el TEPJF quien emitiera el fallo final. “Proponer a este Consejo (no dar la validez), les habría reprochado, lo digo con todo respeto, es incorrecto a todas luces.“

Como en los viejos tiempos, en esta elección judicial resurgieron las prácticas fraudulentas que prácticamente habían desaparecido de nuestro folklor electoral como urnas embarazadas, casillas zapato, coacción del voto, entre otras, con una innovación: el reparto de acordeones. Esta práctica resultó ser la más efectiva para inducir el voto en favor de los candidatos, previamente, seleccionados por Morena. La afirmación de que en este proceso ya se conocían los resultados y que sólo faltaba la elección, no estaba tan errada.

En el caso de la elección para los cargos de la SCJN, del Tribunal de Disciplina Judicial, y de la Sala Superior del TEPJF, los resultados coinciden en 80 por ciento con la votación guiada en los acordeones detectados por el INE, según lo señaló el consejero Arturo Castillo. Para los ganadores de las cinco Salas Regionales del TEPJF, la coincidencia es del 85 por ciento con las llamadas “guías de votación” (acordeones) repartidas. Otras anomalías, documentadas por la autoridad, nos recuerdan viejas prácticas, comunes en elecciones del siglo pasado: boletas planchadas, robo de paquetes electorales, votación igual o superior al 100 por ciento de la lista nominal, votación en tiempo récord, boletas con la misma caligrafía, etc.

La consejera Dania Ravel votó en contra, porque validar la elección, advirtió, se entendería como un mensaje de que las elecciones pueden ser válidas y sin consecuencias, a pesar de las irregularidades, lo que puede propiciar que estas conductas se repitan y multipliquen en futuras elecciones.

Pero a pesar de las evidentes irregularidades, la mayoría de los consejeros prefirió declarar válida la elección, y evitarse problemas con el Poder Ejecutivo, aunque el mensaje ciertamente preocupante de la consejera Ravel, se pueda hacer realidad en un siniestro futuro para nuestro sistema electoral.


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