Miguel Tirado Rasso
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Andrés Manuel López Obrador presentó, en días pasados, su Proyecto de Nación 2018-2024, durante la celebración del lV Congreso Nacional de su partido, Morena, que, como era de esperar, mereció la aprobación unánime de todos los congresistas e invitados asistentes al acto, al estilo que ellos acostumbran, a mano alzada, que es como el eterno aspirante presidencial maneja sus acuerdos.
Un nuevo Plan, que no resulta muy novedoso respecto de los que, con anterioridad, en sus campañas presidenciales de 2006 y 2012, presentó como programas de gobierno, salvo que ahora añade actualizaciones sobre los cambios y cancelaciones de proyectos y reformas a los que el gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto lleva a cabo.
La propuesta de López Obrador incurre, una vez más, en el defecto de señalar lo qué propone hacer, sin decir cómo lo va a lograr. Sus planteamientos son razonables, porque señalan las deficiencias, los problemas, los errores, las carencias que conocemos, padecemos y a todos preocupan, y que, a pesar de los años, no han sido resueltos. Pero identificarlos no es suficiente, se necesita proponer soluciones viables y no sólo generalizaciones que suenen bien, pero que no resulta fácil ponerlas en práctica.
Hablar, por ejemplo, de la cancelación del Nuevo Aeropuerto para la capital del país, cuya necesidad es evidente ante la saturación en las operaciones del actual y el crecimiento en la demanda de las conexiones aéreas, resulta una irresponsabilidad. Aún más, cuando lo que propone como alternativa, el aeropuerto de Santa Lucía, en su oportunidad, se consideró, estudió y se desechó. Pero es un buen discurso para ciertos sectores de la población que no son usuarios de los servicios aéreos y que escuchan que esa inversión de miles de millones de pesos, el dirigente de Morena la destinará para combatir la pobreza. ¿Quién podría estar en contra de esto?
Cancelar los exámenes de admisión, otorgar becas de 2,400 pesos mensuales para 300 mil estudiantes, pagar sueldos mensuales de $3,000 a 2 millones 300 mil jóvenes, con cargo al gobierno; impulsar medidas de austeridad para generar un ahorro de más de 400 mil millones de pesos; reducir el déficit fiscal, sin aumentar impuestos, etc. Son propuestas políticamente correctas, que a muchos seducen, solo que, a pesar de los muchos años que lleva el líder tabasqueño en campaña insistiendo en medidas como estas, no ha logrado plantear el camino viable para su realización.
López Obrador está listo para la contienda, son muchos años de práctica y de auto promoción. Ha dicho que si en esta pierde, se retirará, pero eso mismo declaró en su segundo intento, hace seis años, y aquí lo tenemos, por tercera vez. Así que no habrá que tomar muy en serio sus palabras.
En las encuestas aparece en la mejor posición, desde hace un buen tiempo, aunque esto es engañoso, porque lo comparan con personajes que no están definidos como candidatos. Su ventaja indiscutible es como el personaje más conocido. Quince años en campaña para algo han servido. Pero cuando se habla de preferencias, algo cambia y, cuando se ven sus negativos, pierde puntos.
Su máximo en las encuestas ronda los 30 puntos que parecen ser su techo, porque lo que sigue, de acuerdo a las etapas del proceso electoral, precampañas y campañas, no diferirá mucho de lo que ha venido haciendo y diciendo en los últimos años y que lo han colocado en esos porcentajes en los estudios de opinión.
Algo, sin embargo, ha detectado el macuspeño, que, recientemente, ha vuelto hacerle ojitos a cualquiera de los partido existentes, para formar alianzas,”menos con el PRI o el PAN”, por supuesto; además de darle la bienvenida a personajes de dudosa reputación, que, con su sola incorporación a Morena, automáticamente obtienen el perdón de sus excesos y quedan exonerados de toda culpa.
Y es que los 15 puntos, que afirma el fundador de Morena, le saca de ventaja sus competidores, sólo existen en sus encuestas, que nadie conoce, porque en las publicadas y que pueden consultarse, la distancia entre los tres (Morena, PRI y el Frente), es cada día menor, y contando.
TEMAS CENTRALES: Morena y su utopía.
